Crédito fotografía: 
El Ovallino
Con un documental que narra la vida de Luis, un niño de 12 años que se va quedando solo en un pueblo precordillerano, producto de la migración a la ciudad, el joven cineasta montepatrino Maximiliano Vidal ganó el premio a mejor director de documentales en el certamen fílmico de Rengo

 

En el recientemente finalizado Decimoctavo Festival Nacional de Cine de Rengo, una producción sobre la vida rural de Monte Patria tuvo un lugar especial: su realizador ganó el premio al Mejor Director en la categoría Cine Documental Nacional.

Se trata de la película de 23 minutos “El niño que tenía un pueblo”, del más joven de los realizadores presentes en la competencia, Maximiliano Vidal Michea, nacido en la comuna de Monte Patria y quien filmó junto a su equipo de producción parte de la historia y vivencias de su familia, en la localidad rural de Pampa Grande.

La pieza busca visibilizar la migración del campo a la ciudad, a partir de la vida cotidiana Luis, un niño de 12 años que ve cómo su pueblo se va vaciando, quedando en el olvido, aunque para él está lleno de identidad y de sentido.

Luis, protagonista de la cinta, estudiante del Colegio Los Conquistadores y primo del director, comparte la misma felicidad y orgullo, por contribuir a mostrar la realidad de las localidades campesinas, patio trasero de las ciudades, pese a tener tanta belleza, abundancia y sabiduría que no siempre se reconoce.

Vidal Michea desde los tres años de edad vive en la ciudad de Chillán, aunque visitan Monte Patria en vacaciones o para las fiestas. A sus 23 años y recién egresado de la Universidad de Chile como Realizador Audiovisual de Cine y Televisión, se vio sorprendido por este reconocimiento a mejor director.

“Cuando me dieron la noticia, no lo podía creer, es el premio más importante luego del de Mejor Película, y estaba entre medio de puros directores con trayectoria, estudios… lloré, porque es bonito demostrar que se puede. El premio me convierte –supuestamente- en el mejor director documentalista del año y eso es una alegría y un compromiso”, explica el cineasta entre risas.

Destacó que decidió retratar la vida del campo porque hay mucha gente que en realidad no sabe que existen estas realidades y estas maneras de vivir.

“Por ello es super importante mostralas al mundo, porque si la vida en la ciudad es importante, también lo es la vida en un pueblo. Mi objetivo era poder empoderar al pueblo y a su gente, para que puedan valorar más su territorio, la vida que tienen, porque la migración del campo a la ciudad cada vez es más grande, entonces, mucha gente no se da cuenta de lo valioso y lindo que es vivir en el campo y que a pesar de que Luis vive practicamente solo, él es feliz”.

 

Producción

 

Soble el filme, Vidal explica que tuvo una producción de tres años, y que contó con un apoyo logístico de la Universidad de Chile que pudo representar el 20% del costo de realización, mientras que el resto salió de cada uno de los integrantes del equipo.

“Fue un proyecto que nos ganamos como estudiantes. El documental lo realizamos por varios años y lo filmamos en 2019, durante casi una semana y media de rodaje en Pampa Grande, y apenas en marzo de este año lo tuvimos editado y listo”.

El equipo lo integraron Vidal como director, Verónica Catalán, como jefe de sonido y asistencia de montaje, y Gabriel Mena, que hizo fotografía y parte de la producción.

“Es muy bonito trabajar en equipo, porque nos tocó hacer de todo. A pesar de que éramos poquitos sentimos que hicimos mucho”, indicó.

“El Niño que tenía un pueblo” seguirá concursando en otros festivales en Chile y el extranjero, y estará disponible para el público en distintas localidades e instancias, según ha adelantado el mismo director.

 

 

 

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