Con 15 años ya lo proyectan como una de las próximas figuras a tomar en cuenta en la escena deportiva limarina. Es Juan Carlos Arteaga y desde hace un año y medio que entrena con acuciosidad en el lanzamiento de bala.
Todo comenzó cuando cursaba octavo básico en la escuela Óscar Araya Molina, donde el entrenador Manuel Zavala lo observó y lo invitó a practicar.
“El profesor Manuel Zavala llegó hasta la escuela Óscar Araya Molina cuando iba en octavo básico. Fui a ver los entrenamientos en la escuela y el profesor me dijo que yo podría ser lanzador de bala. Investigué qué era ser un lanzador de bala, me gustó y me llamó la atención. De a poco fui practicando y envolviéndome en esto”, cuenta Juan Carlos, quien ahora estudia en el Liceo Politécnico de Ovalle.
Pero el inicio en competencias oficiales no fue de las mejores, ya que debía lamentar los últimos puestos. Todo cambió en Coquimbo.
“Deportivamente, los primeros torneos eran una decepción, porque siempre sacaba último lugar. En cambio, tenía un compañero de la escuela que siempre sacaba primeros lugares. En ese momento, el profesor me motivaba a rendir más. Hasta que seguí entrenando y me fui acercando, sobre todo en la Copa Nestlè, pude ganar mi primer torneo con una marca de 10.20 metros”, recuerda.
Y esa marca fue superada ampliamente a finales del año pasado, cuando en el campeonato nacional de cadetes lanzó 12.55 metros, obteniendo el quinto lugar a nivel nacional, finalizando el año como el décimo mejor lanzador del país en su categoría. Todo un mérito.
“Ahí me di cuenta que puedo lograr más, porque venía saliendo de una lesión y obtuve un quinto lugar, a pesar de venir recién recuperándome. A veces me bloqueaba y el profesor me incentivaba a salir adelante”.
Juan Carlos va para más y este 2018 se alistará para competir en el próximo campeonato nacional, donde espera finalizar dentro de los tres mejores lanzadores y proyectar una carrera deportiva junto a la bala. Juan Carlos Arteaga, un balazo ovallino.