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El Ovallino
Desde la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (ANFUP) del Limarí manifestaron que actualmente hay cerca de 250 internos, los que deben ser controlados por 5 o 7 gendarmes disponibles por día. Esta sobrepoblación penal ha provocado riñas entre los internos, lo que dificulta aún más la labor de los funcionarios.

Cada vez que es detenido un delincuente la comunidad pide que este al menos quede en prisión preventiva, mientras la Fiscalía realiza la investigación. No obstante, hay otra cara de la moneda que muchas veces es ignorada, y es la sobrepoblación penal y la falta de funcionarios de Gendarmería.

Esta problemática a nivel nacional no deja exento al Centro de Detención Preventiva de Ovalle (CDP), y así fue manifestado por el gendarme Benedicto Cortés, quien es el presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (ANFUP) Provincial del Limarí. 

“Actualmente estamos casi sobrepasados con el nivel de internos que nos han llegado últimamente. Desde principio de año a la fecha ha aumentado considerablemente la población penal, ya sea por ingreso de internos de afuera que son los imputados, como internos que han sido trasladados desde distintas unidades del país”, comenzó apuntando. 

“Estamos casi con la capacidad máxima, y la verdad es que estamos bastantes complicados por la falta de personal, sabemos que en Huachalalume también están sobrepasados, esto es algo que nos está afectando a todos”, complementó. 

En este sentido, el dirigente comenta que actualmente hay cerca de 250 internos en el centro penitenciario ovallino, los que tienen que ser controlados por 5 o 7 gendarmes que trabajan diariamente. 

“Como máximo tenemos 7 funcionarios diarios, que es cuando hay harto personal, pero lo normal es que tengamos que trabajar con 5 funcionarios (…) en Ovalle ya estamos copados, entonces nosotros solicitamos que llegue más personal, pero no llega”, apuntó.

 

RIÑAS Y DROGAS

 

Con la sobrepoblación penal se ha generado otros tipos de inconvenientes, siendo las riñas internas el principal de ellos, “por la cantidad de internos que están llegando y el poco espacio que tienen sí se están provocando demasiados roces y disputadas entre ellos. Esto es algo común en la unidad, pero ha aumentado considerablemente el roce entre ellos, lo que es difícil controlar por la cantidad de personal que tenemos, se dificulta nuestra labor”, sostuvo Benedicto Cortés. 

Por otro lado está la problemática con la droga, y es que a pesar de estar en un recinto cerrado, los internos muchas veces se las ingenian para que les llegue este tipo de ilícitos, “está la gente que tira droga para adentro, eso está pasando mucho, todos los días se está incautando droga que ingresa vía lanzamiento. Cuando pasa esto nosotros nos damos cuenta por las cámaras de seguridad o por el funcionario que está en su puesto de servicio, pero si somos 4 o 5 funcionarios es difícil controlar, siempre está pasando esto”, sostuvo el presidente provincial de la asociación. 

 

MEJORAS PENDIENTES

 

Desde que se fugó un reo el pasado 15 de enero es que se anunciaron mejoras en la seguridad del recinto. Este interno fugado fue recapturado a principios de marzo, pero hasta la fecha las mejoras anunciadas no se han materializado. 

“Están los proyectos para hacer mejoras, pero hasta el momento no está el tema monetario y por eso no se ha podido concretar, todo requiere su tiempo”, indicó Benedicto Cortés. 

En este sentido, el dirigente gendarme señala que lo ideal sería contar con un centro penitenciario nuevo, y más en consideración que el actual se encuentra en pleno centro de Ovalle, tras el crecimiento que ha tenido la ciudad. 

No obstante, igual reconoce que esto es algo difícil de concretar en la actualidad, principalmente por la gran inversión económica que esto significaría, “es difícil de pensar en hacer una cárcel nueva por todo el tema del presupuesto”, concluyó. 

 

 

 

 

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