Seis jóvenes de entre 20 y 30 años, que hasta la noche del domingo no se conocían, pero que tenían más en común de lo que creían.
Junior, Mayra, Yelimar, Mary, María y Griselda, son extranjeros en Chile. Cinco venezolanos y una boliviana, que dejaron todo en sus países y salieron buscando nuevas oportunidades de vida. En una maleta metieron lo que creyeron que pudiera servirles para comenzar una nueva etapa en alguna ciudad y en un país que desconocen. Pero esa maleta se redujo a cenizas la noche del domingo.
“El asistente del chofer nos dijo que saliéramos que se estaba prendiendo el bus”, relata una de las pasajeras del bus Pullman San Andrés que cubría la ruta de Arica a Santiago, y que a varios de ellos, los llevaría al encuentro de sus familiares y amigos.
“Corran, corran, salgan que se está incendiando”, nos dijeron, y nosotros tomamos apenas lo que pudimos para poder abandonar el bus. Tomaron apenas lo que tenían a mano. Una cartera, una mochila pequeña, algunos tomaron su bolso de mano. Otros no tuvieron esa suerte y vieron a pocos minutos como ardía en el fuego.
“No nos dio tiempo a tomar nuestras pertenencias”, indicaron quienes perdieron pasaportes y documentos personales en el siniestro registrado en el sector Talinay de la ruta 5 Norte pasadas las 18.00 horas del domingo.
En una cuesta el bus comenzó a incendiarse desde la parte posterior y los dos choferes y el asistente advirtieron a los 50 pasajeros que debían abandonar inmediatamente la unidad.
Lo más a mano
Dado lo extenuante de un viaje que dura más de 24 horas, algunos se habían quitado las zapatillas para estar más cómodos. Al momento de la emergencia salieron del bus en calcetines. Junior fue uno de ellos. Dice que tiene una propuesta para trabajar como asistente de soldador en Puerto Montt, una labor que realizaba en el oriente de Venezuela, desde donde salió hace más de un mes recorriendo el continente por tierra.
“No sabíamos que se estaba incendiando, no se veía el fuego todavía, no se veía sino un poco de humo, después comenzó a verse todo el humo”, explica Junior todavía en calcetines. Minutos después alguien le regaló un par de zapatillas y minutos después él mismo se las obsequió a una joven que también perdió sus zapatos en el fuego.
“Yo lo único que hice fue agarrar a mi niña que se estaba durmiendo. Tiene cinco años, y del desespero de las personas no me dejaban salir con ella. Luego la misma gente se dio cuenta que tenía a mi hija y dijeron ‘cuidado que hay una niña’ y fue cuando me dejaron salir con mi hija”, relata una de las pasajeras que también recorrió Sudamérica por tierra sólo para llegar a Santiago.
Griselda comentó que visitaría a su hermana en la capital y que eran muchos los detalles familiares que le llevaba. Todos quedaron reducidos a cenizas. “Mi hermana me está esperando en Santiago y toda mi familia le había enviado detalles y regalos. Todo se perdió”.
Documentos en llamas
Varios de los afectados afirmaron que en las maletas traían todos los documentos que suelen presentar en el proceso de solicitud de residencia en Extranjería: actas de nacimiento, títulos educativos y universitarios, documentos apostillados, incluso pasaportes y cédulas, todo se consumió en el incendio.
Una vez controlado el incendio por parte de Bomberos de Ovalle, y que el equipo Samu confirmara el buen estado de salud de los pasajeros, Carabineros y la tripulación del bus rehicieron el listado de viajeros: en el fragor de la emergencia indicaron que habían entre 10 y 15 chilenos, a quienes enviaron a Santiago en una unidad de transporte que se detuvo ante la situación. El resto sería derivado a la Tenencia de Carreteras de Limarí y a la Policía de Investigaciones, para revisar su estatus migratorio.