La “Línea Esperanza” y su labor telefónica de ayuda emocional

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    En el mes de julio el Programa Ecológico en Salud Mental Comunitaria del Servicio de Salud Coquimbo decidió lanzar Línea Esperanza, un centro de atención telefónica de ayuda gratuita y abierta a toda la comunidad, con el propósito de acompañar a las personas en los difíciles momentos de pandemia y confinamiento.

    La coordinadora del programa en el Servicio de Salud Coquimbo, Lenka Alfaro, explica que, si bien la iniciativa efectivamente surgió producto del temor y la incertidumbre generada en la emergencia sanitaria, este servicio va mucho más allá.

     “Lo que queremos es reforzar el sentido de apoyo mutuo, rescatar ese recurso que está presente en todas las personas: cuando uno tiene una dificultad, en un primer momento busca apoyo en sus amigos, en sus familias, y a través de ese espacio de compartir, generalmente tiene la oportunidad de encontrar respuesta o nuevas alternativas de soluciones (…) es rescatar el valor de las propias personas para enfrentar situaciones de crisis”, señala.

    Trabajo voluntario

    Detrás del acompañamiento que brinda Línea Esperanza se encuentran seis trabajadores comunitarios, voluntarios formados en el Programa Ecológico, quienes han cumplido varios años de formación en temas de salud mental y familiar, además de tener conocimiento del funcionamiento de la red de salud, lo que les permite alertar y hacer una la derivación necesaria si advierten alguna situación particular.

    “Cada trabajador lleva una bitácora diaria de las personas a las que llama, y al final de cada conversación le pregunta si quiere continuar recibiendo estos llamados. Ponemos mucha atención si nos damos cuenta de que hay una persona o una familia que está pasando por una situación más difícil. Si eso también alerta al trabajador comunitario, inmediatamente nos conectamos con la red de salud, con el equipo de atención primaria que está vinculado al domicilio de la persona”, explica Alfaro.

    Línea Esperanza cuenta con seis números (uno por cada día) que reciben llamados desde las tres provincias de la Región de Coquimbo, de lunes a sábado entre las 12:00 y las 20:00 horas. Es importante destacar que este es un servicio gratuito, por lo tanto, si una persona no tiene saldo en su teléfono, puede enviar un mensaje de texto o de audio, y el trabajador comunitario se pondrá en contacto a la brevedad.

    “Queremos invitar a que hagan uso de este servicio que es absolutamente gratuito, lo van a atender personas que tienen un interés genuino en escucharlo, que van a tener el tiempo para acompañarlo y, sobre todo, que juntos van a construir esa esperanza que quizás necesita”, invita Alfaro.

    Soledad y apoyo

    Carmen Gloria Mancilla decidió sumarse a esta iniciativa, que define como “un proyecto de mucho amor” y para el que tanto ella como sus cinco compañeros se han preparado para enfrentar de la mejor forma posible. “Hemos recibido apoyo de primeros auxilios psicológicos y cada año recibimos educación continuada, hacemos escuela y participamos en distintas capacitaciones durante todo el año, o sea estamos constantemente activos”, comenta.

    Si bien cada llamada es una historia distinta, Mancilla relata que no hay persona con la que haya hablado, que no esté agradecida de ese acompañamiento. “Finalmente yo no hablo con una persona, hablo con una familia, porque yo llamo a la señora Rosa y ella está con su esposo, entonces él también quiere participar de la llamada. A veces está su hijo, se pone el altavoz y conversamos los tres”, explica.

    Es justamente en estos momentos de intimidad donde más ha notado las problemáticas que aquejan a las personas producto de esta pandemia, entre ellas, la principal ha sido la soledad. “El tema que yo más he notado en el acompañamiento a las familias es que son cuidadores de otras personas, ese el tema más complicado porque muchos se turnaban con alguna hermana o primo para cuidar al papá o a la abuelita, y ahora no pueden hacerlo porque no hay posibilidad de viajar como lo hacían como antes, entonces hay un desgaste de los cuidadores. Y lo otro que he visto es mucha soledad de algunas familias, sobre todo de adultos mayores, porque no pueden estar con sus hijos”, comenta.

    Finalmente, Carmen Gloria realiza una invitación a quienes estén pasando por algún momento complejo o simplemente quieran que alguien los escuche, a que llamen a Línea Esperanza, pues el vínculo entre el trabajador comunitario y la persona que necesita el apoyo se puede mantener por varias semanas.

     

     

    Contacto con la esperanza

    Los números para mantener un contacto con los voluntarios capacitados son los siguientes:

    Lunes (+56) 9 7514 5968

    Martes (+56) 9 5728 0756

    Miércoles (+56) 9 4278 3520

    Jueves (+56) 9 4239 6925

    Viernes (+56) 9 7907 8120

    Sábado (+56) 9 8186 6038