A simple vista Matías Delgadillo (11) parece uno de los tantos niños ovallinos de su edad. Sin embargo a su corta edad, este estudiante de la Escuela Antonio Tirado Lanas es un verdadero líder, que además tiene una especial conexión con la ciudad y una particular visión acerca de cómo sería el Ovalle del futuro.
Matías es un niño imparable. Hace un año que forma parte del Consejo Consultivo de Estudiantes a nivel comunal. Ha participado en una serie de actividades, entre ellas marchas contra la violencia y el trabajo infantil. Además cuenta que se desempeña como una especie de “relacionador público” en su escuela, en donde él apoya las ideas que surgen a nivel estudiantil, convirtiéndose en una suerte de mediador con el centro de estudiantes. Siendo sólo un niño han sido múltiples las veces en que ha participado como un actor activo en la comunidad, especialmente en la Oficina de Protección de Derechos local (OPD), en donde colabora constantemente en el desarrollo de ideas desde su óptica infantil. Otra de sus facetas es en el mundo de la locución, ya que cuenta que ha cumplido el rol de conductor en la Radio Preventiva de su escuela.
Matías nació en Ovalle y su familia proviene del sector rural de la comuna, en específico de Punitaqui y Unión Campesina. Sus cercanos les han comentado cuán distinta había sido la vida en la “Perla del Limarí”, hace muchos años atrás. “Mi mamá me ha contado que la Feria Modelo era donde arreglaban los trenes antiguos. Donde está el Museo de Limarí era la estación central, en donde los trenes llegaban tras su viaje. Además me ha dicho que en donde está el supermercado Líder era el lugar en donde había una segunda estación, y ahí los trenes ‘daban la vuelta’”. Matías además afirma que antes la población ovallina era distinta. “Antes la gente era como muy ‘huasita’, andaban con la chupalla y en caballo”. Sin embargo a él le atrae la idea de haber vivido en ese pasado, “vivir en esa época habría sido fantástico, me hubiera gustado mucho ver a la gente andando en tren y a caballo. Pero como en Historia dicen, nosotros vamos ‘evolucionando’. Eso ha pasado en Ovalle”, indica.
En este aniversario número 185 de la ciudad, Matías aceptó el juego propuesto por El Ovallino y se animó a imaginar cómo sería un Ovalle del futuro. “Creo que los autos van a andar volando. Habría un ‘monorriel’ andando a gran velocidad y por los cielos. Además como los postes de la luz siempre se caen con los terremotos, me gustaría ver que los cables estén instalados bajo la tierra”, dice Matías. Otro de los ingredientes del futuro que se imagina son las grandes construcciones. “Me imagino que cada una cuadra habrá un gran rascacielos, sería lindo”.
Para él la población sería de múltiples culturas. “Me imagino que va a haber gente de muchos países viviendo aquí, sería súper bonito, pero uno tendría que aprenderse todos los idiomas. Por el lado de la no-discriminación sería bueno, para que así la gente se dé cuenta que las personas de otros países no son malas. Creo que la gente debe quererlos y valorarlos. En un futuro se puede lograr eso, es difícil pero ojalá que se pueda”, declara.
Otro de los temas que a él le preocupan es el respecto por las áreas verdes. “Me gustaría que lugares como; Los Nogales, Punitaqui, La Unión Campesina, Huamalata, Sotaquí y Monte Patria estuvieran llenos de árboles, me gustaría mucho. Si bien en el futuro podemos tener hartos edificios, también hay que tener muchas plantas”.
Matías se imagina algunos cambios en el corazón de la ciudad. “La Plaza de Armas del futuro me la imagino sin cemento, sólo pastito. Me imagino poder caminar sin zapatos por ahí. Lo que no me gustaría en ese lugar es un edificio, porque perderíamos nuestra cultura ovallina. Necesitamos más áreas verdes en ese futuro, si bien hay que respetar las que ya tenemos, pero hay que poner más”, relata el estudiante.
La adolescente
Texia Piñeiro (15) actualmente cursa segundo año medio en el Liceo Alejandro Álvarez Jofré y compatibiliza sus estudios con una serie de actividades fuera del aula. Texia es la líder del Consejo Consultivo de Estudiantes de la comuna, además mantiene un cargo a nivel regional y nacional en el Consejo Asesor que convoca a escolares. En diversas instancias ha participado mostrando su punto de vista frente a diversos temas, los cuales son atingentes en su rol como escolar y adolescente. Una de sus pasiones es la música, la guitara y el canto. Texia nació en el sur de Chile, vivió en el sur de Chile y hace tres años llegó a Ovalle. Ella afirma sentirse parte de nuestra ciudad, tal como lo es su madre, quien es originaria de esta zona.
Ha escuchado que en ocasiones su madre ha comentado cómo había sido la vida en la “Perla del Limarí”, en años posteriores. “Era muy distinto antes. Mi mamá me ha dicho que incluso había pocas personas y era mucho más tranquilo de lo que es ahora. Me dijo que antes nadie sabía muy bien dónde quedaba la ciudad, a diferencia de ahora en que se ha hecho más conocido”.
Al igual que Matías, Texia también se atreve a imaginar cómo sería el Ovalle del futuro. “Pienso que se van a ir construyendo más edificios, creo que podría convertirse en algo similar a lo que es La Serena. Lo que no me gusta es que se vayan destruyendo cosas que son típicas de esta ciudad. Sin embargo me imagino que en el futuro van a haber rascacielos y más centros comerciales, creo que ya estamos apuntando para allá”.
Texia se aventura a afirmar que en un futuro la “Perla del Limarí”, podría contar con una mayor multiplicidad de etnias y culturas. “Creo que puede pasar. De hecho actualmente en mi curso hay dos niños que son extranjeros; uno de ellos es colombiano. Él ha dicho que Ovalle le gustó mucho, a diferencia de otros lugares chilenos en los que estuvo, ya que dice que es más tranquilo y las personas no discriminan, lo han acogido muy bien”, comenta. Para la joven en un futuro la apertura será cada vez mayor.