La vida de Felipe Aguilera, una de las víctimas que dejó el terremoto 8,4

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    La vida de Felipe Aguilera, una de las víctimas que dejó el terremoto 8,4

    Esta semana se cumplieron dos meses desde que la naturaleza nos recordó su poder. Aquel 16 de septiembre, a las 19.54 horas, la región fue sacudida por un sismo 8,4 que dejó una serie de damnificados.

    En la provincia de Limarí, específicamente en la comuna de Monte Patria, dos fueron las víctimas fatales. Se trata de Victoria Flores Aguilar (20), conocida exponente del break dance local que murió tras desprendimientos de rocas en la localidad de El Tayán, en Tulahuén; y de Felipe Aguilera Tapia (19), quien falleció tras ser aplastado por un peñasco en las cercanías de la mina Sapolio, en el sector Campanario.

    El Ovallino quiso recordar a este último, joven conocido en todo el sector como el “Huaso Felipe”, debido a su cercanía y apego por los animales y las tradiciones folclóricas.

    Felipe Aguilera cursaba segundo medio en el Colegio La República de Monte Patria. Oriundo de la localidad Pedregal de Rapel, era el menor de los seis hijos de Jorge y Herminda.

    “A él, de chiquitito le gustaban los animales, él era muy fanático por los caballos, humilde, chistoso, querido por toda la gente, por eso lo despidieron tantos (en su funeral), jamás faltó el respeto a alguien”, comentó Herminda Tapia, su madre.

    Tal era el amor de Felipe por los animales, que su casa, ubicada en el sector alto de Pedregal de Rapel, la llenó de mascotas. Es el caso de “capitán”, un perro que recogió desde la calle. “La pasión de él eran los animales, no le gustaba que mataran animales, trajo varios perros a la casa, uno de ellos es ‘el capitán’, él lo recogió desde pequeñito, lo habían dejado botado en el río y lo trajo para la casa”, explicó Sebastián Tapia, uno de sus hermanos.

    Pero la mayor pasión de este estudiante eran los equinos. “Era muy cercano a los caballos, les hablaba, los abrazaba, les daba cariño, los cuidaba. Además corría, era jinete y músico, le gustaban las cuecas, la guaracha y las payas. También le gustaba ver las películas de Antonio Aguilar”, expresó otra de sus hermanas, Eliana.

    Felipe Aguilera, de 19 años, era muy conocido en la comuna de Monte Patria por participar en carreras a la chilena, donde siempre destacó. “Era uno de los mejores jinetes, no le gustaba los arreglos en las carreras, el corría y le gustaba ganar de manera limpia”, dijo su hermano Sebastián.

    El fatídico día

    Aquel miércoles 16 de septiembre parecía un día normal para la familia Aguilera Tapia. Como de costumbre, Felipe se levantó temprano para ir a clases.

    “Como a las 11 de la mañana de ese día me llamó Felipe y me dijo que iba a ir con su amigo a buscar unos animales a Campanario, y que no sabía la hora que bajaba”, indicó su mamá. Mientras que Sebastián detalló que “ese día andaba con un amigo, quien tenía una familiar en Campanario, iban en busca de cabritos, para traer como encomienda”.

    Fue así como el reloj marcó las 19.54 horas y vino el terremoto. Felipe y José Miguel, su amigo, se desplazaban rumbo a casa, específicamente por la ladera del cerro en las cercanías de la mina Sapolio.

    La magnitud del sismo provocó desprendimientos de rocas, una de ellas cayó justo encima de la camioneta que conducía Felipe, provocando su muerte de forma instantánea. Mientras que el acompañante terminó inconsciente, pero después de algunos minutos logró salir del vehículo para pedir auxilio.

    “Nos enteramos del accidente por un caballero que se llama Luis Parra, dijo que fue a ver a un amigo a una hacienda, y justo se encontró con José Miguel, el amigo de Felipe con el que viajaban, José Miguel había logrado salir de la camioneta a pedir ayuda. Nos enteramos cerca de las 12 de la noche”, contó Johana, su hermana mayor.

    Pero Eliana cree que el hecho se pudo haber evitado si los jóvenes hubiesen transitado por otro acceso. “Hay un camión en el camino que sube por la Higuera a Campanario, el camión lleva más de un mes ahí, por eso no subieron por ahí. Ese es un mejor camino y más corto para llegar a Campanario y no se pudo utilizar ese día, quizás habría cambiado el destino”.

    Lo que vino después es recordado con molestia de parte de los familiares, ya que al momento del rescate del cuerpo de Felipe, Carabineros no dejó acercarse al padre.

    “Lo primero que nos pareció mal es que nadie nos dijo que Felipe había fallecido, Carabineros lo sabía pero no nos dijo, recién el otro día lo hicieron público. Si no es por el caballero que nos contó (Luis Parra), nosotros habríamos subido al cerro a buscarlo con vida”, detalló Johana.

    Jorge Aguilera, el papá de la víctima, recordó que al momento de ir en la búsqueda del cuerpo de su hijo “Carabineros no quería que nosotros pasáramos, yo debería haber estado allá y viéndolo, Carabineros no nos avisó sobre su muerte, lo supimos por terceras personas”.

    Sebastián agrega que “dejaron pasar a funcionarios de la municipalidad, que quizás interrumpían el trabajo que hacia Bomberos, y a nosotros no”.

    El muchacho cursaba segundo medio en el Colegio La República de Monte Patria, establecimiento que lo recuerda como un alumno que participaba en diferentes actividades artísticas.

    Las risas y alegrías

    Intentando secar las lágrimas, los padres y hermanos del joven amante de los caballos mostraron fotografías de él, donde llama la atención una radiante sonrisa. “Él era feliz, le gustaba ir a clases y cuidar a sus animales, gozaba disfrutar con sus amigos. Estudiaba con mucho esfuerzo, se levantaba a las 6 de la mañana, se duchaba, tomaba desayuno y corría a esperar la micro”, dijo Herminda.

    “Él quería sacar su cuarto medio y dedicarse a los animales, soñaba con mantener él solo un ganado, era su pasión, tener cabras, chanchos, caballos, él quería ser campesino, nunca le gustó la ciudad”, explicó Sebastián.

    “A mi hermano lo conocían como el ‘Huaso Felipe’, ya que a él le gustaba jinetear, correr en las carreras a la chilena, deporte que lo aprendió cuando pequeño, y lo hizo mirando, nadie le enseñó”, dio a conocer Johana.

    Felipe Aguilera debía participar de algunas veladas y actos conmemorativos de Fiestas Patrias, actividades donde presentaría payas y otras expresiones folclóricas. “Antes del accidente se preparaba para una nueva presentación ante su pueblo, al igual que para otras Fiestas Patrias, se presentaría en el acto del desfile del pueblo, donde recitaría payas”, señaló su madre.

    Quien conoció a Felipe desde su etapa escolar básica fue Pablo Maldonado. Su mejor amigo. “Salíamos en veladas, salíamos a pasear, era mi compañero, mi mejor amigo, no hay ninguno como él, nos conocimos desde el colegio en enseñanza básica y desde ahí nos hicimos los mejores amigos, desde pequeños, todos los días nos juntábamos”, detalló Maldonado.

    La familia de Felipe aseguró que su muerte se ha convertido en una verdadera pesadilla. “Jamás lo vamos a olvidar, él era un gran hijo que amaba los animales”, expresaron.

    El dolor que siempre estará presente

    Tras lo sucedido, la ausencia de Felipe se hace notar en la vivienda de los Aguilera Tapia. La tristeza los acompaña día a día. “Yo no sabía qué era un dolor de perder a un hijo, es primera vez que nos toca vivir un dolor como este en la casa, es el primer velorio que nos toca hacer, yo siempre pensé que eran los hijos quienes nos debieran enterrar a nosotros, pero no al revés”, opinó don Jorge.

    “Para mí no ha sido fácil vivir sin Felipe, hay muchos recuerdos, es difícil despedir a un hijo, yo creo que nunca voy a olvidarlo, él llegaba y me saludaba todos los días, era un gran hijo, y cuando veía novela, se acostaba al lado mío a hacerme cariños, era un niño que siempre estaba con nosotros”, recalcó la madre.