El sector de Sotaquí, localidad distante a unos 10 kilómetros del centro cívico de Ovalle, sufre como en toda la provincia las consecuencias del movimiento telúrico del pasado miércoles. Ya trabajan las cuadrillas para levantar en parte las viviendas siniestradas que en su mayoría son las construcciones de adobe.
En la calle principal del pueblo vive Francisco Zúñiga, quien junto a su madre atendían la carnicería ubicada en su casa cuando llegaron las 19.54 horas del sacudón.
“Mi mamá estaba en la carnicería en el momento del terremoto e inmediatamente corrió a la casa de madera y ahí pasamos el temblor. Esa casa resiste harto los movimientos. Los daños fueron es todas las paredes de la estructura de adobe, alcanzamos a sacar el techo ya que se hundió al caerse las paredes”, contó.
La casa de adobe quedó inutilizable. Ellos vivían en ella hace 33 años y resistió con hidalguía el terremoto de 1997. En aquella vez solo sufrió de trizaduras de pared, pero habitable. Ahora votó todo lo que quedaba.
Tal como Francisco y su familia, son varios habitantes que sufrieron las consecuencias, donde en mayor medida son las viviendas de adobe que terminar por ceder.
Sin embrago, la población Ferronort en la parte alta de Sotaquí se vieron afectadas por el ‘terremoto silencioso’, donde la estructuras internas de las casas tienen deficiencias de consideración.
Debido a que esta localidad no es la única parte de la comuna que presenta daños, el cual también conlleva al inminente peligro de derrumbes de muchos inmuebles, una de las opciones que el alcalde Claudio Rentería está entregando a los vecinos, es la pronta demolición de las viviendas en mal estado, la cual se podrá realizar tanto en la zona urbana como en la rural.
Para poder optar por la demolición del inmueble, los dueños de casa deben acudir al municipio y llenar un formulario donde piden la demolición, luego serán visitados por un constructor, quien dará la resolución final.
Murciélagos
La población San Agustín de la misma localidad de Sotaquí sufrió daños menores, trizaduras de paredes, pero lo que más molestia les genera son los murciélagos que llegan a los entretechos de sus casas cuando se esconde el sol. Para el día del terremoto, los cielos de las viviendas cedieron y con ello las fecas de los animales.
“Se cayó el cielo del techo y había mucho excremento de murciélago. En todas las casas pasa lo mismo. Esta plaga lleva cerca de diez años. Recuerdo que en esos años fuimos al municipio y nos dijeron que debíamos llenar una lista con varios afectados para que pudieran hacer algo. Todavía hay murciélago y aparecen cuando se esconde el sol”, dijo Jenny Bugueño.
El alcalde de Ovalle, Claudio Rentería, conoce la molestia de los vecinos y ya delegó funciones municipales al respecto.
“Sabemos que hay plagas de murciélagos en la población San Agustín, así que instruimos al jefe del consultorio para que les de la ayuda correspondiente para resolver el problema. También sabemos que hay dos salas en el colegio de Sotaquí con murciélagos. Estas plagas siempre han estado y con estos temblores los murciélagos se han espantado”, manifestó.
De alguna manera todos viven las consecuencias del movimiento telúrico. En Sotaquí ya se observa a alumnos de la Escuela de Fronteras y personal municipal ayudando en la remoción de escombros para sacar a este sector de Ovalle adelante.