Con la finalidad de expresar su descontento y fomentar la no violencia de género, dirigentes sociales y ciudadanas llegaron hasta la plaza de armas de Ovalle este sábado para ir en apoyo de las mujeres ovallinas que han sufrido este tipo de abusos. En la ocasión, además hicieron un llamado a la sociedad en su conjunto para identificar qué es la violencia y asimismo denunciar sin miedo hechos concretos, ya que sin una demanda las posibilidades de justicia se reducen drásticamente.
Bianca Casanga, una de las organizadores de la instancia, afirmó que en muchas ocasiones “las mujeres quizás tienen miedo o que puedan decir algo si vienen a las manifestaciones de este tipo. Falta más apoyo igual de las autoridades y protección para las mujeres, porque hay casos donde han golpeado a mujeres y muchas prefieren arrancar, hacer otras cosas o que les sigan pegando y callar porque la autoridad no hace nada. En este sentido falta un apoyo concreto, no basta con un especialista o un psicólogo, no es suficiente. Esperamos que desde el municipio, del alcalde y las autoridades se comprometan un poco más”, añadió. Junto con ello, declaró que exigen un castigo más ejemplar para quienes realicen este tipo de acciones delictuales “Faltan penas más duras y que los jueces se hagan más fuertes, ya que dejan a los hombres libres que son un peligro para la sociedad. Hace muchos años que ocurren femicidios y los hombres quedan libres. Los que siguen sufriendo son los hijos y las familias”.
Carolina Irarrázaval, una de las ovallinas que ha sido víctima de violencia de parte de su ex marido, subrayó lo difícil que es vivir día a día sufriendo agresiones. “Me separé hace mas de 5 años, pero el papá de mis hijos todavía me sigue molestando, no me agrede físicamente pero si psicológicamente, entonces eso para la justicia no es nada. Es un acoso constante que él hace. La única solución quizás sería irme de Ovalle. Tengo cuatro hijos menores de edad, entonces para mi es difícil empezar una nueva vida con ellos y no cuento con la ayuda de nadie”.
Sobre los hechos de los cuales ha sido víctima y la respuesta del poder judicial señaló que “hay medidas de protección pero resulta que él no las cumple. Había una orden de desacato que estuvo un año en la fiscalía y como no había testigos quedó en nada, porque incluso las personas de mi misma familia no quieren ser testigos, ir a declarar y uno se siente sola, uno tiene miedo. Hay un gasto emocional, y uno no puede además contarle esas cosas a los hijos”.
Pilar Muñoz, abogada del Centro de la Mujer Sayen de Ovalle, subrayó sobre dicho ámbito que las realidades de cada caso deben abordarse desde lo específico de cada hecho de violencia y lo necesario de dar a conocer a la comunidad esta problemática. “Me enfrento todos los días en tribunales con hombres agresores y la verdad es que se trata de hacer el mejor de los trabajos. Muchas veces se logran resultados muy positivos, muy reparadores para la víctima, pero en otros lamentablemente no. Es un trabajo que se hace caso a caso, no podría hablar en términos generales, porque cada caso es distinto, pero es muy importante mantener eso siempre visible y sensibilizar a la comunidad sobre esta materia. La violencia intrafamiliar no es un delito común, todo lo contrario, tiene características tan especiales que debe ser abordado desde distintas perspectivas”.