Optimismo es lo que reina entre los regantes locales, pues las últimas precipitaciones generaron un cierto alivio a los alicaídos índices de agua embalsada en los tranques de la provincia.
Es el caso del embalse La Paloma, el que hasta antes de las lluvias de julio, mantenía algo más de 12 millones de metros cúbicos acumulados, medida que no alcanzaba ni siquiera el 3% de su volumen total.
No obstante, tras las últimas lluvias, que en esa zona, alcanzaron los 150 mm de agua caída, La Paloma tuvo una importante recuperación al superar los 30 millones de metros cúbicos, superando ligeramente el 4% de su volumen embalsado. ,
Una cifra que aún es modesta, pero que para los usuarios de la comunidad de regantes es significativa, más aun teniendo en cuenta, que en las próximas semanas estarían pronosticadas nuevas precipitaciones.
“Estábamos en un situación extrema de sequía, prácticamente sin agua, incluso con déficit, y con problemas de abastecimiento de agua potable. De manera que esto es un gran regalo, para toda la agricultura y la Provincia de Limarí", señaló José Eugenio González, presidente de la Junta de Vigilancia del río Limarí y vicepresidente de la comunidad de Agua del Sistema Embalse Paloma.
“Hemos subido del orden de 16 millones de metros cúbicos desde que cayeron las primeras lluvias y estimamos que hay una cantidad importante de nieve, a lo menos unos 80 o 100 millones de metros cúbicos de nieve”, indica González.
En efecto, la acumulación de nieve es lo que tiene más contento a los regantes, aunque aún falta por definir el monto exacto acumulado, proceso vital para proyectar los deshielos y su aporte al agua embalsada, y así definir lo que serán los turnos de riego esta temporada, tarea que está a cargo de la Dirección General de Aguas.
“Seguramente se va a dar una rotación provisoria baja. Pero sólo una vez que se tengan los datos definitivos de nieve y los deshielos, podremos establecer una dotación definitiva para la temporada”, afirmó José Eugenio González.
MODERADO OPTIMISMO
Por lo mismo, y pese al aumento en la cantidad de agua, el llamado fue a no confiarse, porque la situación de sequía no ha terminado.
“Tenemos que ser muy prudentes en el manejo del agua a partir de la sequía que tenemos de manera de aprovechar y poder llegar a tener una agricultura más estable en el tiempo y con mayor seguridad de riego”, aseveró González.
En tanto, el gobernador de Limarí, Cristian Herrera, confirmó que el pasado 9 de agosto se aprobó la extensión del Decreto de Escasez Hídrica para la región de Coquimbo en donde, afirmó, se va a “seguir avanzando en nuestro plan de escasez hídrica, pues la sequía es una emergencia que todavía está, que ha provocado daños estructurales importantes. Vamos a seguir trabajando como si esta lluvia no hubiese existido porque la emergencia sigue vigente”.
LOS PRONÓSTICOS A FUTURO
Sergio Araya, jefe de Operaciones del Embalse Paloma, asegura que respecto a ese tema se debe ser “bastante prudente”.
Para Araya, una situación que podría considerarse como “normal” para el tranque es que en los próximos años, se alcance cerca de la mitad del volumen embalsado total (unos 300 millones de metros cúbicos).
“Ahí podríamos decir que estaríamos saliendo de la sequía porque nos aseguraría varios años de riego, pero mientras no tengamos esa agua embalsada éstos son pronósticos no más” explicando además, que la última vez que se alcanzó esa cifra fue en el año 2002.