La escuela que debe lidiar con ratas, riesgo de derrumbe y precariedad sanitaria

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    La escuela que debe lidiar con ratas, riesgo de derrumbe y precariedad sanitaria

    En tiempos en que se habla de una reforma educacional que permita un acceso igualitario a una enseñanza de calidad, lo que sucede en la escuela San Antonio de la Villa de Barraza habla de lo distante que está esa realidad para los sectores rurales.
    Diario El Ovallino realizó un recorrido junto a apoderados y profesores para constatar como la sala de integración tiene el techo a punto de desplomarse, la biblioteca está llena de grietas, el desagüe cae al lado de donde juegan los estudiantes, las ratas se han albergado en las salas; en definitiva un lugar no apto para los 35 niños y niñas que cursan jornada completa en el recinto.


    La realidad no es de hoy, las salas de madera esperan por su recambio hace al menos 15 años. Han desfilado autoridades prometiendo una solución y hasta hoy no ha llegado. Esperan que una iniciativa del municipio, que está en marcha, llegue a buen puerto.
    “No debiéramos estar trabajando con niños en estas condiciones, está muy deteriorada la escuela, está en riesgo de que en cualquier momento puede desplomar, además del riesgo sanitario, en cualquier momento puede ocurrir algún percance”, relata el director del establecimiento, Elías Castillo.
    Las apoderadas han tomado las banderas de lucha y esperan conseguir ser escuchadas. “Es peligroso que los niños estén acá, los ratones se meten a la sala, los perros también tienen la escuela como albergue. Yo estudié acá y la escuela está igual, usábamos las mismas salas, estaban los mismos techos”, comentó Yasna Véliz, una de las preocupadas madres.
    A su vez, Magali Araya apunta que “hacemos un llamado a las autoridades, cuanta gente ha salido de acá, les hemos dado el voto y no hacen nada, no hallamos a quien recurrir, si no vamos a tener que tomarnos el colegio y no mandar a nuestros hijos hasta que haya una solución”.
    Otra apoderada que no quiso identificarse opinó que “la sala de la junta electoral está inutilizable, las fosas tienen los olores insoportables, el estado del colegio es un asco. Si no es por ayuda de los apoderados, no se hace nada. No hay cancha, no hay techado, los niños sufren insolación, se hacen academias, pero es complicado”.
    En la misma línea, María Castro plantea que “queremos un colegio nuevo, no queremos soluciones de parche, queremos una motivación para que los niños vengan a clases, que no estén inventando enfermedades para no venir, que tengan una multicancha, juegos, no estar recogiendo cosas que nos dan para instalarlas”.

    PROYECTO ESTÁ EN MARCHA

    Ante este complejo escenario que viven los pequeños y pequeñas de la conocida localidad patrimonial, nos dirigimos a las autoridades que son emplazadas por la comunidad educativa.
    El jefe provincial de Educación, Francisco Alfaro, por el lado del Gobierno, manifiesta que “nosotros estamos insistiendo a los sostenedores que tengan sus establecimientos en malas condiciones que puedan hacer uso del fondo de apoyo a la educación pública como el plan preventivo de infraestructura”, asegurando que este tipo de iniciativas va en el tono de la Reforma Educacional y pretende combatir las precariedades.
    Alfaro agrega que “de todas formas nos vamos a coordinar con el Departamento de Educación de la municipalidad de Ovalle, veremos el estado en que está la gestión que están desarrollando en esta escuela en particular”.
    Finalmente sería el municipio el encargado de dar una solución. Según el jefe comunal, Claudio Rentería, la situación es grave hace muchos años en este recinto y recién ahora se materializaría una obra definitiva. “La escuela hace tiempo tiene problemas y nadie le había puesto carácter de urgente, yo tuve que hacerlo, estamos haciendo la mecánica de suelos para hacer un proyecto como corresponde”, asegura el alcalde.
    Y en cuanto a los plazos, Rentería complementa que “el proyecto hay que presentarlo al Fondo Nacional de Desarrollo Regional, hay que hacer todo un proceso. Cuando llegue el resultado de la mecánica de suelos, en un mes más, me preguntan, y lo vamos a presentar a Desarrollo Social”.
    Mientras las soluciones se concretan, los niños y niñas de Barraza continúan esperando y sus padres con la preocupación latente sobre algún accidente o emergencia sanitaria, ya que como queda claro en este caso, la educación rural continúa muy lejos de la enseñanza de excelencia para todos, que se pretende expandir como premisa de la reforma.