Capacitación y tecnología se extienden por los campos de la provincia del Limarí

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    Mediante la realización de talleres teóricos y trabajo en terreno, se busca impulsar la actividad agrícola de la zona.

    “Uno aprende, se interioriza de todas las falencias que puede tener una producción, vemos qué podemos mejorar y se conoce bastante sobre lo que uno produce. Me gustaría seguir participando más reuniones y proyectos de los GTT”.

    Así explica Nora Cortés, productora de El Durazno, en la comuna de Combarbalá la importancia que ha tenido para ella las diferentes capacitaciones teóricas y en terreno del Programa de Generación de Transferencia Tecnológica (GTT) que imparte el Instituto de Investigaciones Agropecuarias en los campos limarinos.

    Y es que tras años de sequía, con la consiguiente escasez del recurso hídrico y la perdida de suelo fértil, se ha hecho necesario que, tanto los agricultores como los organismos encargados de apoyar la actividad, busquen opciones para continuar sacando los frutos de la tierra.

    En ese sentido, los GTT trabajan a lo largo de las cinco comunas de la provincia y benefician directamente a más de 200 familias relacionadas a la agricultura y el sector caprino.

    ¿Cómo funcionan?

    Básicamente se busca que profesionales de INIA Intihuasi en conjunto con los Prodesal de los municipios desarrollen distintos talleres tanto teóricos como en los propios campos para enseñar nuevas técnicas productivas al mundo campesino.

    El objetivo final es mejorar las condiciones, producción y comercialización de los productores que forman parte de los GTT.

     

    TRABAJO IN SITU

    Las áreas que abarcan estos GTT son diversas: así por ejemplo, en Río Hurtado participan más de 50 agricultores relacionados a vides pisqueras y nogales. En Combarbalá, en plena zona precordillerana son parte crianceros y productores de nogales, mientras que en Monte Patria y Ovalle los beneficiados son productores hortícolas. En Punitaqui en tanto, se está enfocado en mejorar la productividad de productores citrícolas.

    En ese sentido, estos programas son liderados por el jefe de la Oficina Técnica de Inia Ovalle, Luis Leris, quien destaca la participación de los agricultores y resalta la importancia del trabajo realizado.

    “El 2016 fue provechoso. Generamos distintos talleres en los 4 GTT y lo más importante que los productores están contentos. Hicimos un trabajo en base a sus propias falencias y necesidades. Realizamos giras técnicas, trabajo en sus propios huertos y teoría también. Los GTT de Inia buscan transferir conocimientos, aptitudes y habilidades al mundo campesino. Ellos demuestran su compromiso en cada actividad, llegan un buen número de agricultores y eso nos indica que estamos haciendo las cosas bien”.

    Sobre la planificación para el presente año, Leris asegura que en estos momentos, se está llevando a cabo un proceso de autoevaluación, a partir de las opiniones de los propios agricultores beneficiados.

    “Necesitamos saber qué les pareció, qué le gustaría realizar o repetir. La idea es que la iniciativa de la intervención tecnológica surjan a través de peticiones, necesidades y limitantes que tengas ellos en lo técnico. Ahora los agricultores definen sus necesidades, la idea es partir con un gran plan anual, de actividades metodológicas”.

    En ese contexto, Luis Álamos de Serón, Río Hurtado, destacó lo aprendido en relación a la vid pisquera. “Está muy bien lo que se ha hecho hasta el momento. En el último viaje que hicimos a la Región de Valparaíso aprendimos el secado de fruta, tomate en invernadero y varias cosas interesantes. Espero seguir participando y aprendiendo más”.

    Por su parte, Nibaldo Villalobos presidente del GTT de Combarbalá también hizo un positivo balance, asegurando que “aún nos falta, pero eso se agradece. Las expectativas son seguir avanzando para este 2017 y seguir aprendiendo más para así en conjunto mejorar la productividad de nuestros huertos”.