Donación de órganos de menor de 8 años salva cinco vidas

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    Profesiones médicos en el momento del procuramiento en el centro asistencial porteño.

    La madre del menor relata, emocionada y con visibles gestos de dolor, que luego de conocer los informes médicos decidió cumplir la voluntad de su pequeño, que era donar sus órganos y permitir que otros niños siguieran viviendo. 
    Pese al dolor que le afecta dice sentirse orgullosa por la decisión tomada en vida por su hijo. “Traté de cumplir su último deseo siempre fue así y cuando empezó a ver las campañas me decía que si le pasaba algo ojalá algún día dieran sus órganos”, señaló la madre del menor. 
    La intervención se realizó en el hospital San Pablo de Coquimbo, donde un equipo de profesionales logró realizar un exitoso  procedimiento, que permitió la extracción de riñones, el hígado y el corazón. 
    Así lo explica, Lida Miranda, encargada de la Unidad de Procuramiento de órganos, tejidos y huesos del hospital. “Este fue el cuarto procuramiento de órganos y el primer pediátrico del año. 
    Fue un menor de edad de 8 ocho años que donó hígados, ambos riñones y corazón para válvulas”. 

    GENEROSA ENTREGA

    La profesional del recinto hospitalario señala que el procedimiento permitió beneficiar a cinco familias, que estaban a la espera de un trasplante. La encargada de la unidad espera que existan muchos héroes como este pequeñito de tan sólo ocho años que permitió que muchas otras familias volviesen a sonreír. 
    “Lo más importante, más que conversarlo, es respetar la voluntad del ser querido, es el último regalo que le vamos a hacer, la última posibilidad de decirle que sí. Con esto una vida se apaga, pero muchas otras se pueden encender”, señaló la encargada de la Unidad Procuramiento de órganos, tejidos y huesos del hospital.
    Si bien durante este año se han realizado cuatro donaciones en la región, la cifra sigue siendo baja en comparación a la gran cantidad de pacientes que están a la espera de un órgano para tener una vida más llevadera. 
    Por ello Jaqueline Sanhueza reitera la necesidad de respetar la voluntad de las personas y pensar en aquellas familias que dependen de las buenas intenciones de otras para poder seguir viviendo con dignidad. “Hay que hacer feliz a otra gente. Es un dolor que nadie me va a quitar pero me quedo tranquila porque sé que mi hijo va a dar una felicidad tremenda a otras personas”.
    Por su parte Claudio Arriagada, director del nosocomio porteño, destacó el gesto y las oportunidades que se crean con estas acciones solidarias. “Motivar a la comunidad es algo fundamental que nosotros como centro asistencial vamos a seguir apoyando, por sobre todas las cosas seguir posicionándonos como un polo de desarrollo de la cuarta y tercera región para hacer un procuramiento de órganos oportuno y que pueda contribuir en la lista de espera nacional.