Hace semanas atrás la provincia del Limarí se vio en la necesidad de emplear el paraguas más de lo habitual. Desde 1997 que no llovía con tanta intensidad, convirtiéndose en un alivio para el sector agrícola. Sin embargo, esto no significa que la sequía –que nos ha acompañado por casi una década– haya terminado
Desde el punto de vista meteorológico la zona está recuperándose lentamente. Los últimos dos años han sido más lluviosos que los anteriores, pero la desertificación sigue vigente y tomará bastante más tiempo compensar los casi diez de sequía meteorológica e hidrológica.
Los especialistas sostienen que es difícil aventurar si la tendencia continuará y que deberán pasar unos 10 años como para determinar o no el término del fenómeno.
Mientras tanto, la ACER –organismo encargado de distribuir las aguas del Embalse Recoleta– registra una variación positiva: El nivel de agua en la represa está por encima de su promedio, algo que no ocurría desde el 2011.
El frente de mal tiempo que afectó con fuerza a la provincia aportó tal cantidad de agua que llenó el embalse a su máxima capacidad y, con ello, el rebase por encima de su cortina natural. Esta condición “permitirá asegurar cuatro o más años de riego”, señala Juan Farr, Director de la Asociación de Canalistas del Embalse Recoleta.
La organización de regantes indica que “el agua embalsada ayudará a la recuperación del suelo agrícola en sectores como Talhuén, Cerrillos de Tamaya, Quebrada Seca o Huamalata, asegurando la capacidad de riego para las próximas temporadas”. Sin duda este alentador panorama permitirá pensar en nuevos cultivos para levantar la agricultura y recuperar el capital perdido en años anteriores. Juan Farr señala que “al menos –para esta temporada– lo que se entiende por sequía agrícola no hay, no existe. Hoy el Embalse Recoleta está en su máxima capacidad”.
Por otra parte, en la cordillera se registra una cantidad de nieve que supone tranquilamente un superávit anual. Aún así, “hay que seguir trabajando en mejoras porque este superávit fue gatillado por eventos específicos que podrían no repetirse a futuro”, indicó el directivo.
TIPOS DE SEQUÍA
Para el análisis de la sequía existen tres puntos de vistas: Sequía meteorológica, hidrológica y agronómica. Se entiende como sequía meteorológica cuando las precipitaciones están por debajo del registro histórico o promedio climatológico. En cambio, la sequía hidrológica se debe cuando las reservas de agua en embalses, lagos y napas subterráneas están bajo el promedio. Esto último conlleva a la sequía agronómica debido a la poca capacidad de riego como consecuencia del sobreconsumo o por la falta de lluvias. La humedad en el suelo no cubre las necesidades de los cultivos debido a la disminución del recurso hídrico afectando factores socioeconómicos de la comunidad.