“Yo creo que después de las elecciones habrá que sacar las conclusiones y mirar cuál es el grado de acuerdo que hay en la sociedad sobre el voto voluntario versus el voto obligatorio. Yo ya he dicho en infinitas entrevistas que yo me equivoqué, porque yo pensé que efectivamente que teníamos un espíritu cívico más grande que el que aparentemente hemos demostrado tener”, señaló la Presidenta Michelle Bachelet el pasado domingo durante su paso un local de votación.
Por otro lado, el viernes anterior a la elección, el ministro Secretario General de la Presidencia, Gabriel de la Fuente, dijo estar de acuerdo con el retorno al voto obligatorio, a fin de rebajar la alta abstención electoral.
Tras la primera sesión de la Comisión Asesora Presidencial que busca asegurar el derecho a sufragio, el titular de la Segpres aseguró a los mediosque “estoy en la posición que nos ha señalado la Presidenta (Michelle Bachelet), quien hace unos días atrás dijo que pareciera bueno volver al voto obligatorio”.
Lo cierto es que la jornada de elecciones dejó en evidencia un importante margen de personas que no acudió a las urnas. De hecho, de acuerdo a Servel, del padrón electoral de más de 14 millones, el pasado domingo sólo votó el 49% del padrón electoral total, es decir, 7.031.169 personas.
En ese escenario, ¿es necesario retornar al sistema de voto obligatorio?
Respecto a esa interrogante, Sebastián Rojas, jefe de las carreras del área de la Administración de Universidad Santo Tomás, detalla, “tuvimos un 49% de participación, por lo tanto, siempre andamos rondando en torno al 50%. Hay que analizar variables que dicen relación también con cuál es el grupo etario que más vota, normalmente son las personas mayores, grupo que sí ha tenido una cultura cívica mayor. Siempre tenemos este problema de baja participación que obviamente resta legitimidad a este tipo de procesos”.
Rojas agrega que a nivel internacional la situación no es tan diferente, “tenemos niveles muy similares a Estados Unidos, el que tiene el mismo problema porque también tiene un modelo de voto voluntario. En las elecciones de Obama, de Trump, a nivel de participación también rondaban en torno al 45-50%. Entonces nosotros estamos adoleciendo de esta misma falta de participación”.
El profesional aclara que en países como Alemania este sistema funciona, pero que sin embargo en el nuestro, debe ser repensado, “soy partidario de un sistema que sea inscripción automática y voto obligatorio. Es cierto que en otros países de Europa del norte o como Alemania, tienen una cultura cívica mayor y este sistema efectivamente funciona. Alemania tiene inscripción automática y voto voluntario, y tiene participaciones sobre el 75%. Son países con una cultura cívica mucho más desarrollada que la nuestra. En lo personal pienso humildemente que si deseamos tener elecciones bien legítimas, con alta participación, en donde realmente haya un reflejo de participación clara, deberíamos tener una participación más obligatoria”.
EL FANTASMA DE LA ABSTENCIÓN
Sobre algunos de los factores del ausentismo, Rojas apunta a la decepción y a la predominancia de sólo dos partidos, “hay un desencanto general hacia la clase política, eso también influye. Uno ve que hay un sistema bipartidista, al final hay una alternancia de dos pactos. Por lo tanto, genera cierta apatía porque se ve que siempre son entre comillas los mismos, pero hay que tener mucha atención ahora con el Frente Amplio, que es una nueva fuerza que emergió, con un nivel de participación importante que nadie lo previó o simplemente acá no se han hecho buenas investigaciones de campo, no se trabajó bien en las encuestas porque cómo se explica que hubo la sorpresa de tener un grupo alternativo con un 20% de participación, es bastante respetable”.