Quizá es una fecha que, por celebraciones de fin de año pasa desapercibida; pero el 1 de enero es el cumpleaños de un grande, al menos coterráneamente hablando. Se trata de Club Deportes Ovalle que a 55 años de su fundación y pese a estar inactivo desde el 2016, sigue generando garra y pasión en su hinchada.
ALGO DE HISTORIA
1 de enero de 1963, una fecha importante en la principal comuna del valle limarino, puesto que ese preciso día un grupo de dirigentes inscribió en el fútbol profesional a un modesto equipo, sin imaginar que años más tarde pasaría a ser parte fundamental en la vida de muchos ovallinos.
En su primera temporada, el ‘Verde del Limarí’ sorprendió a todos en la Segunda División tras finalizar en un meritorio cuarto lugar. En ese entonces, el cuadro militaba con el nombre de ‘Ovalle Ferroviarios’ y vestía de color azul.
Lamentablemente, en 1964 volvió a su asociación de origen tras ser superado por Colchagua en la parte baja de la tabla; no obstante, al año próximo tornó al profesionalismo y con buenas actuaciones.
El 1967 la pena invadió los corazones de los forofos limarinos, puesto que el elenco de sus amores desapareció del torneo criollo profesional por dos largos años.
Luego de idas y venidas de técnicos, jugadores y dirigentes, en 1968 se estableció una comisión, encabezada por Misael Andrade, que devolvió la ilusión y el carácter al club. Sergio Recabarren, Edmundo ’Kico’ Rojas, y Héctor Rivera tomaron las riendas de la escuadra. El primero de ellos se encargó de reclutar el talento y los demás de recaudar fondos y realizar las gestiones necesarias para reflejar los anhelos deportivos de la ‘Perla del Limarí’.
Dirigido por Recabarren y Adolfo Rodríguez, el equipo adoptó el nombre de Club Deportes Ovalle y los característicos colores verde y blanco.
En el 72’, bajo el mando de Isaac Carrasco, destacado dt a nivel nacional, el CDO apagó la ilusión de Ferroviarios de subir a Primera, al derrotarlo por 2-0 en la última fecha de la Segunda. En dicho cotejo fue expulsado el histórico Leonel Sánchez.
En 1975 llegó el gran momento de Club Deportes Ovalle. De la mano de Guillermo Díaz consiguió el subcampeonato (U. Católica campeón) y el ascenso a Primera División.
El CDO de aquel año sumó 15 triunfos, once empates y cuatro derrotas, con 53 goles a favor y 25 en contra. Asimismo, tuvo a Ferid Hatibovic como goleador, con doce tantos.
Desgraciadamente, en 1977 la buena racha se extinguió y terminó en el decimosexto escalón, entre 18 elencos, descendiendo tras un choque contra Santiago Morning.
“Recuerdo cuando enfrentamos a equipos de Primera y Segunda e hicimos grandes encuentros. Debuté en 1977 cuando aún era muy joven. Ese año empatamos con la Universidad de Chile 2-2. Recuerdo que me fui caminando al estadio Fiscal. Desde que empezó el primer tiempo no dejé de correr los 90 minutos, frente tuve a un gran plantel, estaba Bigorra, Quintano, Socias y yo era un cabro chico. Después del 78’, donde peleamos una liguilla con la posibilidad de ascender, hicimos grandes campañas, también fue importante cuando salvamos al club de descender a Tercera División”, rememoró el ídolo ovallino, Eduardo ‘Mocho’ Gómez.
Dos años más tarde y con Claudio Ramírez como estratega, los ‘Verdes del Limarí’ llegaron a la final de la Copa Polla Gol, perdiéndola por la cuenta mínima ante Huachipato en el estadio Nacional.
Los primeros años de los 80’, el principal cuadro de la provincia pasó sin pena ni gloria por el campeonato de Segunda. A pesar de ello, en 1985 contó con una destacada participación en el torneo Polla Gol, llegando a la semifinal. Todo bajo las direcciones del reconocido Humberto ‘Chita’ Cruz y el talentoso Osvaldo Gómez.
En el año de Colo Colo, es decir 1991, la escuadra nuevamente se vio afectada por una caída a Tercera. Mas, no se duró mucho en el amateurismo, pues en 1993 se alcanzó el profesionalismo gracias al arduo trabajo de un hijo ilustre: Gustavo Huerta, quien dio sus primeros pasos dirigiendo desde la banca.
Con Danilo Chacón en el banco, el 2005 los limarinos realizaron un notable certamen, consiguiendo gran parte de sus puntos en calidad de visitante; sin embargo, errores dirigenciales en la inscripción de algunos jugadores, y poco orden con los comprobantes de pagos de finiquitos desencadenaron en el castigo de siete puntos porcentuales, que lo mandaron nuevamente a Tercera con 0,25 unidades. “Recuerdo que fue la mejor campaña de Deportes Ovalle en muchos años. Si no nos hubieran restado los puntos, hubiésemos estado en segundo o tercer lugar peleando la liguilla”, aseguró el deté.
El mejor momento del conglomerado verde y blanco en el siglo XX se dio en 2008, cuando en el estadio Francisco Sánchez Rumoroso derrotó a Colo Colo en cuartos de final de la renacida Copa Chile. Días más tarde, superó a Huachipato desde los doce pasos, dejando a Carlos Lemus como figura. Posteriormente y para el colmo de toda la ciudad, cayó en la final por 2-1 frente a la Universidad de Concepción, gestando así una de las penas más férreas en los hinchas.
Al año siguiente, se presentó una baja futbolística considerable y una delicada situación administrativa, que generaron una extensa distancia con los puestos de ascenso a Segunda. La tónica de remar con el único objetivo de mantener la categoría se mantuvo hasta el 2012.
En el 2013 y con la ayuda de Miguel Nasur, se realizaron gestiones para jugar en la Segunda División, lo que no surtió efecto. Así, el club se quedó sin acción, tal como ahora. En la temporada 2014, fue aceptado en el torneo 2014-2015; en la banca asumió el ex técnico de Provincial Ovalle, Ramón Contreras, quien conformó un plantel de jóvenes, en su mayoría coterráneos. Al mismo tiempo, se confirmó el estadio Municipal de Punitaqui como sede local.
En 2016, mientras el cuadro disputaba la Liguilla de Descenso, se informó que el conjunto presidido por Nasur no acreditó a tiempo el pago de cotizaciones durante tres meses consecutivos. El incumplimiento al reglamento de la Anfp se tradujo en un nuevo descenso, claro que en diciembre los dirigentes no presentaron postulación para el torneo de Tercera División A 2017 y el CDO se quedó sin fútbol hasta el día de hoy. Permaneció allí, en el fondo de la nevera, a la espera de un nuevo renacer.
EL HISTÓRICO ASCENSO
El 9 de noviembre de 1975 es una fecha que los indelebles fanáticos locales jamás olvidarán. Y es que aquel domingo Deportes Ovalle abrochó el ascenso a Primera División luego de vencer a Linares por 2-1 en el estadio Ferroviario.
Ovalle venía de formar un gran equipo para soñar en grande. Ese anhelo se quiso forjar en 1974, cuando la dirigencia del club dio el golpe en el mercado del fútbol nacional. Contrataron al entrenador Luis Santibáñez, quien venía precedido de ascender a Primera con San Felipe en 1971.
A pesar de las grandes actuaciones, el equipo no llenó las expectativas y permaneció un año más en la categoría. Santibáñez se fue de la ciudad y llegó Guillermo ‘el Yemo’ Díaz a dirigir la banca ovallina. Formó un grupo compuesto por los suplentes de equipos como Universidad Católica y una base local. Un cuadro con sed de revancha.
Comenzó el campeonato con el pie derecho ante Ferroviarios, club al que vencieron por 2-0 con anotaciones del goleador Ferid Hatibovic y Rubén Gómez. Recién en la 11° fecha del torneo, Deportes Ovalle registró su inaugural caída, frente a Ñublense por 1-2.
En la recta final del campeonato, Católica subió a la división de honor cuatro jornadas antes del término. Sólo restaba dar con su acompañante, en ese entonces, las fichas apuntaban a San Luis, Ñublense y Deportes Ovalle.
En la penúltima fecha los ‘Verdes de Limarí’ consiguieron un agónico empate 0-0 ante Iberia en Los Ángeles. De acuerdo a la combinación de resultados, debían ganar en la última jornada a Linares para asegurar su ascenso a Primera División.
La gente se dirigió en masa tanto al estadio Ferroviarios como a los sectores aledaños del recinto. A las 16.00 horas el árbitro Ricardo Keller pitó el inicio. Aquel inolvidable 9/11/1975, el entrenador Díaz alineó a sus mejores hombres. Héctor Jiménez en el arco; Raúl Quiroz, Adolfo Cortés, William Roldán y Alfonso Rodríguez en la zaga; Luis Bustamante, Gabriel Gallardo y Rubén Gómez en el mediocampo; y Astudillo, Ferid Hatibovic y Víctor Tapia en el ataque.
En un comienzo, la ansiedad se apoderó del elenco nortino, sin embargo, la angustia fue esfumada prontamente por el ‘Negro’ Astudillo. El delantero marcó los dos goles con que Ovalle se fue al descanso y provocó un profundo respiro en la barra.
En el segundo tiempo los linarenses se fueron con todo y descontaron. Los minutos finales fueron de infarto. La visita continuó su lucha por el empate, pero la hinchada ovallina alentó desde las gradas y desde el cerro para que aguantaran hasta el final del cotejo. Mientras los hombres en punta pusieron la cuota de buen fútbol, en el arco el golero Jiménez fue prenda de seguridad.
Ovalle logró el anhelado ascenso a la Primera División y el público ingresó al campo de juego a abrazar a los artífices de la hazaña.
LOS RECUERDOS DE PRIMERA
Uno de los protagonistas del mencionado hito es Rubén ‘Nene’ Gómez, quien en un antiguo diálogo recordó los pasajes que marcaron su paso por la serie de honor. “Personalmente recuerdo unos goles que le hice a Universidad de Chile, una vez que le ganamos 2-1 acá. Y otros jugando contra Palestino, cuando Elías Figueroa era el mejor central de Sudamérica. O un gol que hice jugando contra Audax Italiano, lo recuerdo nítidamente, porque después de anotar la gente se puso de pie y gritaba ‘se pasó’, fue emocionante”.
En el mismo escenario, su hermano, Eduardo ‘Mocho’ Gómez, rememoró que “Universidad de Chile era un gran equipo, en ese tiempo jugaba Salah (actual presidente de la Anfp), Vigorra, Aránguiz y Carvallo, era un protagonista del campeonato chileno”.
ANÉCDOTAS
Las historietas siempre se hacen presentes, independientes de los altos y bajos. Ese es el caso del camarín verde. Por ejemplo, en una pretérita edición de El Ovallino, Eduardo ‘Mocho’ Gómez resonó un tragicómico hecho frente a Magallanes. “Sabía que si iba con la cabeza era gol, pero también que los defensas venían tarde y que después de pegarle a la pelota se iban a encontrar con mi cabeza; después de eso desperté en el hospital. No me acuerdo si con ese ganamos 1-0 o empatamos, sólo recuerdo que seguí jugando y mis compañeros me vieron mal”.
Por su parte, Danilo Chacón, el estratega que asumió el último duelo del CDO y que espera ser partícipe del nuevo proceso en este 2018, ha sido parte de destacadas anécdotas, no obstante, para él, la más memorable es “una que pasó con Hernán Ibarra en un viaje a Arica, había un chico que venía de Cobreloa y le temía a los aviones. Hernán contó a los jugadores antes de subir y cuando llegamos nos dimos cuenta que el chico no se subió, se quedó en el baño del aeropuerto porque no se la pudo con el miedo”.
LA ÚLTIMA PATITA
El 4 de junio del 2016 fue la última vez que Deportes Ovalle disputó un partido oficial de fútbol. En aquella oportunidad perdió 3-1 ante Lota Schwager en la región del Biobío.
Pese a que estaban descendidos administrativamente y no contaban con el pago de su sueldo correspondiente al mes de mayo, los ‘Verdes del Limarí’ viajaron hasta el estadio Bernardino Luna con el ánimo de obtener los tres puntos y así, mantenerse en la cima de la Liguilla de Descenso.
Pero, la convicción no sirvió de mucho, puesto que cayeron por 3-1 ante el cuadro que precisamente gracias a ese resultado se mantuvo en la Segunda División.
La ‘Lamparita’ se puso en ventaja a los 6’ a través de su figura, Freddy Barahona, quien aprovechó un error del zaguero Felipe Lecaros.
Con el marcador a cuestas, los ovallinos trataron de revertir la situación sin mayores resultados. Y es que los carboneros consignaron el segundo tanto a los 32’, momento en que Max Lagos se colgó de un centro bombeado para enviar la esférica al costado derecho del portero Ignacio Ramos.
Con el 2-0 en el tablero del Bernardino, Diego Cuéllar vio la cartulina roja luego de propinarle un manotazo al autor de la segunda diana. Tras la sanción, el por ese entonces delantero y capitán de los verdes se fue ofuscado a las duchas.
Ya en el segundo tiempo el cotejo se emparejó y no lo futbolístico, sino en el número de partícipes. Barahona, de buen cometido, salió de la rectangular después de enfrascarse en una discusión con el árbitro, Manuel Marín. Con igualdad de condiciones, llegó el descuento de los nortinos a través de Miguel Ángel Estay. El del 7 en la espalda se benefició de la lenta reacción de la defensa tricolor para ilusionar a los dirigidos por el calvo estratega.
Desdichamente, el respiro no duró mucho, ya que el experimentado Cristian Gómez, de paso por la selección nacional, decretó el tercer y último tanto mediante un soberbio cabezazo que dejó sin opciones al meta ovallino.
Tras el pitazo final, la escena para la visita fue terrible. Mientras los ovallinos ocultaban las lágrimas producto de la amarga temporada, los lotinos festejaban la permanencia en la serie.
Con aquella derrota, Club Deportes Ovalle sumó 48 unidades y quedó en la séptima posición de la tabla correspondiente a la Segunda División, la cual dejó a Linares,
Colchagua y Melipilla condicionados a descender futbolísticamente. Sin embargo, el CDO tomó el cupo de los ‘Potros’ de acuerdo a lo establecido por el Tribunal de Disciplina de la Anfp.