El año pasado se difundieron alarmantes resultados de un sondeo sobre obesidad en nuestro país. El Mapa Nutricional 2016 (estudio aplicado a más de 660 mil niños) reveló un alza preocupante en los niveles de sobrepeso y obesidad en los alumnos de pre-kinder, kinder, primero básico y primero medio.
La encuesta arrojó que nada menos que el 26,4 por ciento de los alumnos de entre cinco y siete años tienen sobrepeso y un 23,9 son obesos. Asimismo, los alumnos de primero medio presentaron un 31 por ciento de niños con sobrepeso.
Hace unos meses entró en vigencia la Ley de Etiquetado, la que obliga a las empresas a transparentar la información nutricional de productos, entre ellos, los más consumidos por ese segmento de la población.
Sin embargo, la familia también puede colaborar para procurar que los escolares puedan alimentarse de manera adecuada y acorde a su edad.
Victor Torres, nutricionista jefe del Servicio de Alimentación del Hospital de Ovalle explica, “todo en cuanto a calidad y cantidad va asociada a la situación nutricional del niño y fundamentalmente a la actividad física”.
Al mismo tiempo agrega que hay factores cruciales a considerar. “Para que la alimentación y nutrición sea positiva tiene que estar acorde a su situación nutricional porque vamos a encontrar niños en esa edad que tienen sobre peso, otros son obesos, otros normales y cada uno tiene su adecuación en la alimentación. Lo otro tiene que ver con el tipo de actividades físicas que ejerza el niño, para que así tenga el respaldo suficiente”.
Otro punto que destaca el profesional es el control de la cantidad que se consume, “a veces se escucha la información de que consumir fruta es bueno, lo es pero en su justa medida, no quiere decir que porque sea así se puede comer un cajón de la fruta de temporada”.
En cuanto a ese tema de las porciones, aclara, “está dado por medidas caseras que corresponden a ¾ taza en el caso de los cereales, un trozo de carne que equivales a 6x6x1, que significa seis centímetros de ancho por seis de largo y uno de espesor. En todo establecimiento donde haya nutricionista tiene conocimiento de las especificaciones técnicas y puede educar tanto a los niños como al cuerpo docente y a los apoderados”.
Acerca de las colaciones que se debieran consumir para ayudar a estos hábitos saludables, el nutricionista comenta, “el niño debiera llegar desayunado a su colegio, de tal manera que entre el horario de desayuno y el almuerzo debiera haber un aporte energético en base a una colación. La característica de esta colación fundamentalmente tiene que ser a base de fibra, que no escape a los indicadores de que sean calóricos, que tenga un buen aporte de vitaminas, que sea bastante digerible de tal manera que el niño también pueda sentir apetito a la hora del almuerzo”.
Torres recomienda que se privilegien alimentos naturales y no procesados, “la colación tiene que ser a base de cosas saludables, fundamentalmente fruta, ojalá postres caseros también. Hay que evitar el consumo de todos los snacks envasados con una concentración demasiado alta de grasa, de sodio, eso no les hace bien. Son dañinos para la salud del niño”.