Ciudad de Ovalle. Año 1943.
Las autoridades de entonces inauguraban con gran felicidad, el entonces nuevo edificio consistorial que se ubicaba en calle Vicuña Mackenna 441, a sólo un paso de la Plaza de Armas.
Era para la época, una construcción que rompía con la habitual configuración urbana que presentaba por aquellos años la capital limarina, con mayoría de casas bajas de fachada continua y construidas en adobe.
Ese mismo año además, la ciudad había sido afectada por un fuerte terremoto que había dejado grandes daños en la planta urbana de Ovalle, por lo que la construcción de este nuevo edificio de estilo moderno y de hormigón armado, vino a dar una imagen de solidez para una ciudad que debía levantarse pronto de este desastre.
Pues bien, mucha agua ha corrido desde entonces – con dos terremotos más mediante – y ahora, aquel sólido edificio de calle Vicuña Mackenna fue haciéndose cada vez más pequeño para las funciones que cumplía. Y es que era inevitable que ocurriera: Ovalle fue creciendo cada vez más en todas direcciones, su población fue aumentando hasta superar con holgura los 100.000 habitantes, por lo que las viejas instalaciones no dieron abasto.
La función municipal se hizo más compleja, sus servicios debieron crecer tanto en infraestructura como en dotación de personal, hasta llegar al día de hoy, en que el Municipio de Ovalle tiene repartidos diversos servicios en más de 20 locales de la zona céntrica de la ciudad, casi todos ellos, en condición de arriendo.
HEMORRAGIA DE RECURSOS
Toda esta situación antes descrita se ha traducido como se esperaba, en un fuerte gasto interno para la municipalidad, la cual cada año debe desembolsar de sus arcas un monto que alcanza los 400 millones de pesos, recursos que sin duda, podrían ir a reforzar otras áreas u programas que lleva adelante la municipalidad. Pero la situación obliga a ello lamentablemente.
Los números de hecho lo demuestran: con una disponibilidad de sólo 1.500 metros cuadrados para oficinas municipales, existe un déficit de superficie que llega a los 6.300 metros cuadrados.
A la disgregación de las oficinas municipales por la zona céntrica de la ciudad y el enorme gasto anual para el municipio, se suman además otros problemas como el hacinamiento de los funcionarios (618 personas trabajan actualmente en los distintos servicios y departamentos edilicios), una baja funcionalidad de las actuales infraestructuras, y una pérdida de tiempo para el desplazamiento de los trabajadores entre una unidad y otra.
Por lo demás, también los propios ciudadanos salen perjudicados, pues el acceso a servicios y atenciones que entrega el municipio se dificulta y no es el óptimo por esta misma situación.
EL NUEVO EDIFICIO CONSISTORIAL: UNA URGENTE NECESIDAD
Es así como surge contar con un nuevo edifico consistorial que tenga por objetivo reunir a todas las dependencias municipales en un solo lugar y con espacios aptos para la comodidad de los usuarios y funcionarios, lo que se traducirá en una atención óptima.
“La idea es construir un edifico que albergue a todos los departamentos municipales, que otorgue toda la cobertura logística y de infraestructura que se necesita para desarrollar todos los ámbitos de estas unidades que tienen distintas naturaleza” sostiene Jorge McDonald, asesor urbanista del municipio ovallino y quien lidera el actual proyecto de nuevo edificio consistorial.
En efecto, dicho proyecto ya se encuentra avanzado y de salir todo como se propone, Ovalle podría estar inaugurando este nuevo espacio el año 2022.
¿Y qué es lo que se propone?
Jorge McDonald explica que en la misma manzana donde hoy se ubica el actual edificio municipal y el resto de sus dependencias, se pretende construir un edificio de arquitectura moderna, de siete pisos de altura (24 metros según el nuevo Plan Regulador), además de estacionamientos subterráneos.
En ese sentido, McDonald explica que la nueva construcción compartiría espacio con el actual edificio municipal de calle Vicuña Mackenna y el edificio que alberga actualmente el Departamento de Educación (Ex Escuela de Niñas), los cuales serían sometidos a remodelación, debido a su valor patrimonial.
No así, el actual edificio de la Dirección de Obras, el cual presenta graves daños estructurales, debiendo ser demolido. No obstante, McDonald aclara que se mantendrán elementos de su fachada en la nueva edificación.
“Por esa parte es interesante lo que se puede hacer rescatando estos edificios patrimoniales en conjunto y ver, de qué manera dialogan con este nuevo edifico que se busca construir con las nuevas normas del Plan Regulador que se aprobó en diciembre de 2016. Ahora tenemos mayores condiciones urbanísticas para poder considerar más metros cuadrados” sostiene el arquitecto.
En total el nuevo edificio consistorial tendría unos 7.519 metros cuadrados, los que sumados a las antiguas dependencias que se mantendrían (actual Edificio Municipal y ex Escuela de Niñas) alcanzan los 10.691 metros cuadrados en total, implicando una inversión total de 13.600 millones de pesos.
UN APORTE A LA CIUDAD
Sin embargo, el proyecto contempla que la construcción de este futuro edificio no sólo quede reducido a contar con una “nueva municipalidad”, sino que se busca que esta construcción, a través de la incorporación de ciertos conceptos de la arquitectura moderna, se proyecte como un hito urbano para la ciudad de Ovalle (ver infografía).
En primer lugar, en su construcción se incorporarán conceptos como la Eficiencia Energética y Sustentabilidad, a través de la instalación de paneles fotovoltaicos para generar electricidad, áreas verdes, y potenciar la ventilación natural de los recintos.
Por otro lado, se aprovechará el proyecto para extender el “espacio cívico” desde la Plaza de Armas y el paseo peatonal (calle Vicuña Mackenna) hasta el mismo Edificio Consistorial, integrándolos y permitiendo que los callejones de la manzana “municipal” estén abiertos al peatón y que a través de trabajos de nivelación del pavimento, ambas manzanas queden unidas en una misma superficie.
LOS CAMINOS A SEGUIR
Actualmente, la iniciativa se encuentra en la fase de elaboración de las bases de licitación para el diseño del futuro edificio, para el cual se han destinado 500 millones de pesos.
Al respecto, se espera que este mismo año se liciten dichas bases, cuyo proceso podría durar hasta un año. A partir de ahí, la ejecución de las obras – de salir bien – podría iniciarse el mismo 2019, teniendo como fecha prevista para la entrega del nuevo edificio consistorial el año 2022.
“Vamos a tratar de que este edificio sea lo más eficiente energéticamente posible, que también tenga una arquitectura contemporánea y que dé cuenta de una forma correcta de habitar los espacios. El lenguaje o la forma que vaya a tener finalmente el edifico va a responder a estos conceptos” indica Jorge McDonald.
Al respecto, el alcalde de Ovalle, Claudio Rentería, reiteró el llamado, tanto a la intendenta regional, Lucía Pinto como al Consejo Regional, en específico a los consejeros del Limarí, para que se acelere el proceso de asignación de recursos y de esta forma “realizar el proceso de licitación pública durante este año y comenzar la ejecución de las obras del nuevo edificio el próximo año” sostuvo el edil.
Cabe recordar que durante las últimas festividades por el 187 aniversario de Ovalle, la intendenta regional Lucía Pinto, aseguró que “está el compromiso de trabajar por lograr ese objetivo que quieren y desean los ovallinos, que es el edificio consistorial, porque la gente de Ovalle se lo merece y trabajaremos para que esto se materialice en el menor plazo posible”.
La palabra de las autoridades ya está dicha. El tiempo sólo dirá si el objetivo de contar con un nuevo edificio consistorial para Ovalle podrá pasar de ser un sueño a transformarse en realidad.
Y MIENTRAS SE CONSTRUYA ¿A DÓNDE SE TRASLADARÁ EL MUNICIPIO?
Uno de los puntos más complejos será el “traslado” que deberán hacer los funcionarios y trabajadores de la Municipalidad de Ovalle, durante el periodo de construcción del nuevo edificio consistorial.
Al respecto, Jorge McDonald aclara que se instalará una especie de “municipalidad de emergencia” en un inmueble aún no definido, pero que podría ser la Escuela Oscar Araya Molina en avenida La Paz, la cual sería reconvertida para tal fin.
“Pero si aparece otra oferta de otros edificios que pudiésemos arrendar en la zona céntrica de la ciudad, también podría ser una opción” concluye.