Exportaciones frutícolas al alza: el acucioso trabajo que se hace para impulsar y hacer crecer la actividad

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    El director regional (s) del SAG, Gonzalo Vega explica el trabajo que el organismo realiza en cuanto a fiscalización y control fitosanitario al seremi de Agricultura, Rodrigo Ordenes. (FOTO: CHRISTIAN ARMAZA)

    Es de público conocimiento la importancia que la agricultura tiene para la economía provincial y regional.

    Y es que son cientos los agricultores, desde los más pequeños hasta los grandes productores, quienes dependen directamente de esta actividad. Es más, podríamos agregar incluso a aquellas actividades que dependen indirectamente de ella, como pueden ser el transporte, el comercio y otras cadenas de servicio.

    Es así como luego, de más de una década de fuerte sequía, las lluvias de los años 2016 y especialmente de 2017, lograron dar un respiro al agro local, gracias al llenado que tuvieron los embalses y a las precipitaciones de nieve que cayeron en la alta cordillera. Todo esto asegura disponer de agua para por lo menos, dos o tres temporadas más.

    Esta situación permitió recuperar en parte la actividad frutícola exportadora en la región, en donde los productores del Limarí cumplen un papel protagónico. De hecho, en esta última temporada se superó ampliamente, tanto la revisión como el envío de cajas al extranjero superó las cifras respecto al año pasado.

    “Nosotros dependemos obviamente de las condiciones climáticas y las precipitaciones, pero esperamos que para este año haya un aumento en la fruta exportada. Estamos hablando de que en algunas plantas, hay un incremento importante de la cantidad de cajas que se están exportando, cerca de un 60% de incremento” sostiene al respecto, el seremi de Agricultura, Rodrigo Ordenes.

    No obstante, los desafíos que debe enfrentar la agricultura y en particular, su rubro exportador son de consideración, pues a los efectos generados por el cambio climático, se debe sumar el desafío constante que implica para las exportadoras nacionales el poder cumplir con todos los requisitos necesarios que exigen los diferentes mercados mundiales para poder ingresar en ellos.

    Esta tarea de “vigilancia”, que recae en el Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, resulta primordial pues gracias a su trabajo de fiscalización y control fitosanitario, la fruta chilena ha podido ganarse un prestigio a nivel internacional que urge mantener, en especial, cuando aparecen otros mercados competitivos en el horizonte, como puede ser la fruta peruana por ejemplo.

    UNA TAREA NACIONAL

    En ese contexto, esta semana precisamente, el titular de la seremi de Agricultura, Rodrigo Ordenes, y el director regional (s) del SAG, Gonzalo Vega, estuvieron en terreno revisando las acciones que este último organismo realiza, en este caso, en una planta de packing ubicada en la comuna de Ovalle.

    Se trata de la planta de la empresa Broom Logistics, la cual presta servicios a productores locales de uva y cítricos, incluyendo los procesos de embalaje, almacenaje y despacho de la fruta, en un servicio que complementa con un frigorífico y dos bodegas anexas tipo aerodomos con que cuenta la compañía en el mismo emplazamiento, lo que la constituye en un importante centro logístico integral para el agro.

    Por ejemplo, el volumen que dicha planta maneja en cuanto a producción de uvas de mesa es de 3 millones de cajas, las que a nivel regional, representa cerca del 20% de la producción total.

    Ariel Arancibia, jefe de la planta, señala que sus principales clientes “son básicamente, exportadores de la provincia del Limarí. Igual atendemos exportadores que tienen presencia a nivel nacional, tenemos distintos clientes, pero con productores que en su mayoría, son de la zona”.

    Cabe destacar que a diferencia de otras plantas, ésta funciona todo el año, comenzando con la uva en verano – entre noviembre y marzo -, para seguir con los cítricos, como las clementinas, mandarinas y naranjas, los cuales se encuentran en plena fase de producción.

    Desde septiembre en tanto, es el turno de los arándanos, cuya producción se extiende hasta noviembre, para comenzar otra vez el ciclo.

    En medio de todo este proceso, la presencia del SAG es permanente y los controles que se realizan son estrictos. “Nosotros somos la entidad garante del patrimonio fitosanitario del país, por tanto, somos el servicio indicado para que se cumplan con los requisitos de exportación de los países de destino” expresa Gonzalo Vega, director regional (s) del organismo, y agrega que “toda la fruta que sale de las plantas exportadoras tienen que ser fiscalizadas, y certificadas en origen por el SAG, quien vela por cumplir con estos requisitos que los países exigen para que llegue la fruta a destino”.

    ESTRICTOS CONTROLES

    Sobre el proceso que se sigue para certificar la fruta que se envía al extranjero, Vega señala que los inspectores del SAG “hacemos un muestreo bastante acucioso, pues se mandan los lotes a inspeccionar, y revisamos, incluso a través de lavados de fruta para ver si encontramos plagas cuarentenarias, las que en caso de ser detectadas, pueden descolgar un lote completo” subraya. De hecho, basta con que una sola fruta de todo el lote presente un resto de plaga para que éste sea descartado completamente y no sea embarcado a los mercados de destino.

    Esto conlleva por ejemplo, que el predio productor de donde salió la fruta con plagas, ya no pueda exportar al extranjero. “Hay distintos mercados que establecen sus propios requisitos de entrada, y todos esos los tenemos que cumplir” sostiene Vega.

    Según cifras, en lo que va de temporada, sólo en la Provincia del Limarí ya se han revisado más de 5 millones de cajas, lo que implica un aumento relevante respecto al año anterior, que alcanzaron las 4 millones de cajas fiscalizadas.

    “El aumento de la temporada ha sido exponencial. Nosotros esperamos que va a seguir creciendo ahora que se abre el sistema System Approach para los limones (ver recuadro), lo que va a aumentar bastante la cantidad de exportaciones” señala Vega, lo que en sí, implica un desafío enorme para el SAG.

    “Debemos aumentar nuestros tiempos, así como mejorar también los tiempos en el sitio (de embarque), para que esta fruta pueda salir a destino lo más pronto posible y las productoras no sea vean afectados. En eso estamos hoy día, apoyando a los productores en terreno para poder cumplir con los tiempos, los requisitos país, y la certificación fitosanitaria que hace el SAG” señala el funcionario.

    RECONVERSIÓN DE CULTIVOS

    En ese contexto, desde la empresa Broom Logistics señalan que la meta es aumentar el volumen de cítricos al doble, de 8 a 17 millones de kilos de cítricos para este año, y a su vez, mantener el alto volumen de producción de uva de mesa. “Nosotros estamos funcionando a máxima capacidad” explica Ariel Arancibia, jefe de la planta.

    Por lo mismo, el principal objetivo de la empresa ahora, es aumentar la capacidad de proceso de packing a través de la implementación de otra línea de trabajo, que debería estar en funcionamiento de aquí a un mes.

    La buena situación que vive esta empresa no obstante, se enfrenta a esos desafíos que manifestamos al inicio de esta nota: la escasez hídrica, un posible invierno seco o con escasas precipitaciones y una cadena logística que presenta aún limitaciones en la región.

    Al respecto, el seremi de Agricultura, Rodrigo Ordenes, explicó que, a través de la Comisión Nacional de Riego e INDAP, se están destinando recursos para invertir en infraestructura de riego, canalización, y riego intrapredial “para dar seguridad a los agricultores” señala la autoridad.

    En ese sentido, Ordenes señaló que lo ideal es que “ojalá no crezcamos en superficie, sino que demos seguridad de riego en lo que ya tenemos ahora disponible y poder tener un desarrollo de una agricultura sustentable en el tiempo”.

    El seremi aseguró que las condiciones de aridez serán permanentes, por lo que se hace necesario realizar un trabajo fuerte en cuanto a concientización y por lo mismo, el tema de la reconversión de cultivos aparece como una opción a futuro.

    “Hemos tenido ya reuniones con algunos especialistas, y estamos viendo las alternativas que tenemos para abordar la reconversión.  En ese sentido, quiero hacer un llamado para hacer las cosas bien. Tenemos que sentarnos a la mesa para ver cuáles son las alternativas que tenemos, porque en definitiva ya la uva flame por ejemplo, ya no es competitiva, y por tanto salió del mercado. Por lo mismo, tenemos que ver cómo apoyamos a los pequeños y medianos agricultores que tienen estas variedades” señaló Ordenes, quien aclara que este proceso es a largo plazo, y que además, ante la aparición de nuevos competidores, se debe apostar por la calidad.

    UN PUERTO QUE NO DA ABASTO

    Junto con la reconversión, el otro inconveniente que deben hacer frente los productores son las limitaciones de la cadena logística y en especial, la situación del puerto de Coquimbo.

    Ariel Arancibia, jefe de la planta Broom Logistics, afirma que ésta es una de las quejas recurrentes de los agricultores locales, pues “si bien se ha intentado potenciar al puerto de Coquimbo, éste funciona sólo en verano”.

    Arancibia explica que esta situación genera un costo adicional de los fletes que se ven obligados a buscar embarque en Valparaíso o San Antonio.

    “Esa es la brecha que tenemos con otras zonas, porque si bien tenemos una competitividad aún mayor, pues nuestros productos salen meses antes que en otras regiones del país, tenemos que esperar que comiencen a aparecer las naves por acá. Y si el puerto funcionara todo el año, eso le daría más movimiento de camioneros acá en la zona, y en el sitio, podrían aumentar los volúmenes de trabajo” concluye.