Indiscutiblemente desde las alturas la ciudad se ve mejor, pero para llegar a esas alturas hay que tener constancia, paciencia, deseos de superación y sobre todo humildad para reconocer que tienes que dar un paso a la vez, y que mucha gente te quiere y te puede ayudar en el camino.
Un paso es un decir. En este caso podemos hablar de un milímetro, de una hoja, de un poquito de raíz. Porque esta semana la conversación entre dos árboles de la Plaza de Armas fue tan fuerte que se podía escuchar, aun con el ruido de los vehículos que pasan por Libertad, aun por encima de las conversaciones de los estudiantes que regresaron a clases luego de las vacaciones de invierno.
Dos majestuosos y sabios árboles de la Plaza discutían cuanta paciencia hay que tener para llegar hasta donde están.
-Yo cuando era apenas un pequeño brote soñaba con ser el árbol más alto de la ciudad.
-Yo cuando era una palmera pequeña escuchaba las historias de mis abuelos y quería que me sembraran a la orilla de una playa como mis primos del Caribe.
-Pero tú no eres un cocotero, eres una palmera. No sobrevivirías a las condiciones de una playa…
-Claro, eso lo supe mucho tiempo después, con el correr de los años. Con el tiempo uno se hace sabio y comienza a entender su lugar en esta vida, su objetivo.
-Cierto. Yo me di cuenta que ni por mucho que lo intentara, nunca podría ser el árbol más alto de Ovalle. Porque mi especie no crece tanto como los pinos o el viejo Sauce.
-Pero igual lo puedes intentar sin desfallecer. Los humanos dicen que “el objetivo puede lograrse cueste lo que cueste y sin importar cuántas veces caigas. Si te caes siete veces, levántate ocho”.
-Sí, para ellos es fácil, porque tienen como levantarse. Pero si nosotros nos caemos la primera vez, siempre viene alguien a hacer leña de nosotros caídos.
-No lo había pensado así…
-A mí me gusta más el pensamiento aquel de Mahatma Gandhi: “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”. Por eso me nutro todos los días y me tomo el agua que me riegan.
-Correcto. Crecer y aprender es algo de todos los días.