Hace unos días atrás, en la ciudad de Ovalle se dio por finalizado el denominado Mes de la Juventud, periodo en el que se busca retratar y destacar la presencia y el aporte que los jóvenes hacen hacia la sociedad.
En la oportunidad, se hizo presente el director nacional del Instituto Nacional de la Juventud, INJUV, Mirko Salfate, quien en medio de dichas actividades de cierre, participó de un “desayuno público” junto a agrupaciones juveniles y centros de alumnos de la comuna. El objetivo estuvo puesto en conversar y conocer las necesidades y anhelos de los jóvenes de la comuna, encuentros que además, se hicieron en todo el país.
Y es que los próximos pasos del INJUV van en la dirección de transformar esta institución en una unidad de mayor jerarquía y presencia al momento de elaborar políticas públicas para atender a este segmento de la población.
En conversación con Diario El Ovallino, el director nacional del INJUV, explica que el mandato presidencial a su haber “es transformar el instituto en un Servicio Nacional de la Juventud, que no es sólo un cambio de nombre, sino que también significa cambiar dos características especiales” señala.
Precisamente, la primera es que el organismo que reemplace al actual instituto, no sólo sea un organismo que proponga o analice, sino que sea una institución “que ejecute políticas públicas, pues hasta el momento no lo ha desarrollado de esa manera” comenta Salfate.
La segunda característica es que el futuro Servicio Nacional de la Juventud debe incorporarse a la oferta del Ministerio de Desarrollo Social “entendiendo lo que hemos definido como el ciclo vital de los chilenos. Hoy día hay mucho énfasis en el apoyo en infancia. A través del FOSIS apoyamos muy fuerte lo que es el apoyo familiar, el SENAMA se hace cargo de los adultos mayores, pero existe un vacío en políticas públicas para el segmento juvenil el cual este nuevo servicio debe venir a cubrir” señala.
Por lo mismo, uno de los puntos de su trabajo consiste en identificar las principales vulnerabilidades y potencialidades de los jóvenes con el fin de poder dar pie a diferentes proyectos liderados por ellos mismos “donde ellos sean los protagonistas tanto en las soluciones como en la identificación de sus problemáticas” indica Salfate.
LA POLÍTICA: UNA CUESTIÓN LEJANA
Un aspecto no menor que siempre ha sido punto de debate es el bajo nivel de participación política de los jóvenes. Y es que queramos o no, es a través de la política que se deciden la toma de decisiones que tarde o temprano influirán en el devenir de toda la sociedad y en todos sus aspectos.
Sobre este punto, Mirko Salfate expresa que al respecto, persiste una brecha en cuanto a los beneficios que reciben los jóvenes por parte del Estado en áreas como Educación, Salud o becas estudiantiles y laborales, respecto a la valoración que éstos tiene sobre el sistema democrático.
“Hay una brecha que tenemos que completar en el sentido de que los jóvenes valoren la democracia representativa en la cual viven, lo que no pasa probablemente porque siempre la tuvieron, la consideran un derecho establecido y no como algo que hay que proteger” explica el director nacional del INJUV.
Por lo demás, el enfoque se le quiere dar a este tema, va en la línea de hacer entender que la política, no se reduce únicamente a su dimensión político-partidista, sino que entender que esta actividad es un “rol ciudadano que se desempeña desde distintos lados, desde las organizaciones, desde la junta de vecinos, desde el club deportivo, todos estamos haciendo política al interactuar entre todos y hacer una vida pública” explica.
SALUD Y RELACIÓN CON EL CONSUMO DE DROGAS
Otro de los puntos al que se pretende abocar la gestión de Mirko Salfate al mando del INJUV es impulsar una práctica intersectorial – lo que se traduce en coordinar a distintos organismos públicos para apuntar con sus ofertas programáticas a los jóvenes – de cara a enfrentar áreas que se presentan como verdaderos desafíos como son el aumento de casos de VIH en la población joven y el consumo abusivo de alcohol y sustancias psicotrópicas.
“No estamos siendo pertinentes, ni estamos siendo llegando a ellos de una manera adecuada” reconoce el director del INJUV, quien explica que la población joven chilena tiene una característica distinta al resto de grupos etarios: son nativos digitales, lo que en la práctica se traduce “en que son personas que tienen otro concepto de autoridad, que tienen cierta distancia con todo lo que es oficial y estructurado, y lo que tenemos que hacer desde el sector público es comunicarnos de otra manera con ellos y probablemente en un espacio que les genere confianza”.
La estrategia es por tanto, crear canales por ejemplo, a través de las redes sociales que utilicen un lenguaje más cercano “y probablemente con un efecto de pares, es decir que sean jóvenes los que les estén hablando a otros jóvenes, y no a través de una relación vertical desde un Estado centralizado”.
Mismas estrategias que se pretenden utilizar para enfrenar otro problema latente que en los últimos años se ha hecho más visible, como es la violencia en el pololeo.
“Lo que hemos detectado de una manera bastante sorprendente, es que más del 60% de los jóvenes declara haber presenciado violencia en las parejas, y más del 30% declara haberlo vivido de manera directa. Pero el 90% no cree que la denuncia sea útil como un proceso normal. Y eso significa que nuestro marco normativo esta desajustado, así como los canales de comunicación. Justamente, la clave para cerrar esa brecha es la confianza” manifestó el director del INJUV.
Estatuto Laboral para Jóvenes
Reconociendo que el tema del empleo juvenil en Chile representa un grave problema, pues la cifra de desempleo en jóvenes duplica a la media nacional, el director nacional del INJUV, Mirko Salfate, indicó que esta situación tiene a la juventud trabajando de forma precaria, a lo que se suma que la legislación actual desincentiva a ejercer estudios y trabajo en conjunto.
“El escenario más virtuoso es cuando vocación y ocupación se juntan. Y probablemente, estamos muy lejos de eso. En los países desarrollados, más del 50% de los jóvenes estudia y trabaja, entendiendo que son experiencias que se complementan y que al final desarrollan a una mejor persona. En Chile apenas el 10% de los jóvenes lo hacen. Entonces creemos que es fundamental avanzar por un lado, en un marco normativo que proteja a los jóvenes, y por otro lado, en incentivos y cambios culturales que promuevan el trabajo como algo bueno” explicó.
“Creemos que el trabajo es un espacio de desarrollo personal, sobre todo en la medida que se alinea con la vocación de cada uno” agregó Salfate, señalando que el Estatuto Laboral para Jóvenes Estudiantes, “es un primer avance. No hay nada más precario que la situación actual de los jóvenes que tienen que elegir la informalidad para no perder sus beneficios en salud o sus beneficios en la universidad” señaló.
En ese sentido, ante tal escenario consideró que nadie puede restarse a regular la actual situación del empleo juvenil, por lo que confía en el diálogo y el debate como el camino para poder sacar un buen proyecto.