El ovallino que buscando la gloria mundial en Kick Boxing

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    Está cargado de medallas, energía y otros parabienes. Además de un intenso itinerario de actividades laborales y deportivas, ya que para alcanzar el éxito, ha debido dedicarse casi en su totalidad al entrenamiento y a la vida sana.

    Hablamos de Osvaldo Tamblay, deportista de origen limarino, que dio sus primeros pasos en las artes marciales en su natal Ovalle y que con 33 años pasa por el mejor momento de su carrera.

    En un 2018 marcado por los frutos de su trabajo, pone una pausa para revelar el “reglamento” que le ha permitido ser unos de los mejores en el kickboxing criollo, una de las disciplinas que ha ido ganando en prestigio y popularidad entre los jóvenes.

    En un diálogo a fondo, este deportista nos cuenta lo difícil que fue llegar hasta esta instancia. “Comencé hace 18 años con karate, porque soy cinta negra en esta disciplina. En Ovalle, comencé con Marcos Rojas. En Santiago, hace cuatro años estuve entrenando con Gracie Barra, brasileña especialista en Jiu-Jitsu, y en ese tiempo comencé a entrenar kickboxing en la academia Minotauro de Rodrigo Miño. Fue una gran experiencia, porque en Santiago hay otro bagaje de competencia. “De hecho, si no fuera por los eventos en la capital, yo estaría compitiendo a nivel regional con mucha suerte durante una vez o dos veces al año”, destacó, considerando que en la capital pueden haber torneos de importancia hasta dos veces por mes.

    Osvaldo está radicado en forma estable en La Serena, donde cuenta con su propio club deportivo de artes marciales mixtas, ubicado en Amunátegui, en el Gimnasio Columbo, con clases tres veces por semana. Además, se  dedica a la docencia en algunos establecimientos como profesor de Educación Física y es tallerista y monitor en materia de reciclaje para menores con necesidades especiales, como un tránsito hacia la vida laboral. También puede proporcionar lecciones de educación física para quien lo requiera.

    HASTA AHORA, BUENA COSECHA. A nivel de logros en este 2018, uno de los más recientes es la obtención del título de su categoría a nivel de Zona Centro. “El torneo es de la World Kickboxing Federation Chile (WKF),  el cual se viene desarrollando desde hace tres años. En 2017 no pude participar en forma continua, pero en esta temporada, viajando con mis alumnos a Santiago, pude salir campeón, lo que no es fácil, ya que las peleas resultaron ser bastante duras.  Esto lo logré en dependencias de la Federación de Boxeo de Chile”, acotó.

    Esta competencia tuvo una duración de cinco fechas, donde el ovallino se quedó con tres preseas.   “Fue un agrado enfrentar a compañeros que son muy técnicos y rápidos, que tienen experiencia incluso en el extranjero, lo que fue un vara alta para mí. Uno no se da cuenta como de esa forma se comienza a validar”, destacó.

    Este título lo obtuvo hace poco más de dos semanas, tiempos en los cuales Osvaldo debe ser muy estricto con sus comidas y también con los descansos. “Cuando uno compite, hay que seguir una cierta estructura de alimentación y entrenamiento, en la cual hay que mantenerse. En los tiempos en los que no se tiene una competencia cercana, hay un mayor relajo, pero cuando se está en pleno torneo, el sacrificio en materia de organización de los tiempos es fundamental”, argumentó.

    A DEFENDER EL TÍTULO y MÁS.

    Tras la obtención de este campeonato de la Zona Centro, Tamblay debe salir a defender esta corona ante los mejores del país, donde se la jugará por ser el mejor de su categoría ante el “capo” de la Zona Sur en la categoría 71 kilos, en una de las denominadas “intermedias”. Hay otra menor, que es de 64, y otra más arriba, que es de 75. Aunque hay otras superiores.

    Esta competencia se desarrollará el 13 de octubre en Concepción. La expectativa es la mejor, aunque la humildad y el trabajo duro es la constante en Osvaldo.

    “Aunque falta poco, eso no quita que me siga preparando pensando en lo que será esa jornada de competencia. El entrenamiento seguirá, y tendrá una pausa solo cuando termine el presente año”, señaló.

    Por ende, las próximas semanas no tendrán nada de relajo. “Pronto voy a Santiago, donde me dedicaré al entrenamiento para afinar ciertos detalles dentro de mi estilo de combate, pensando en final de octubre y lo que viene con posterioridad”, relevó.

    Pero el mayor desafío que tiene Osvaldo por delante se desarrollará la segunda semana de noviembre en Buenos Aires, Argentina, donde participará del mundial de su disciplina. “El hecho de haberme quedado con el cinturón me dio la posibilidad de clasificar a este certamen. De Chile también participará Felipe Gallegos, hombre de la zona e igualmente viajará con su escuela. Sin duda, es una muy bonita instancia que no se da todos los días para defender la camiseta de nuestro país”, recalcó.

    FINANCIAMIENTO.  Este deportista, por lo general, costea sus instancias fundamentalmente por medio del autofinanciamiento, recurso al que muchos deben recurrir. Además, vital ha sido su familia.

    En definitiva, siempre los recursos son escasos y los fines múltiples. “Por esto, me gustaría poder invitar a la empresa privada o al mundo público que desee acercarse y apoyar con indumentaria o con recursos, lo que nos sería muy necesario. La realidad es que el deporte en esta instancia debe ser respaldado, porque estamos sacando la cara por la región y por Chile. Sería bonito volver como campeón, pero destacando que el apoyo tuvo su origen en la zona”, recalcó.

    Respecto de las autoridades políticas o gubernamentales, Tamblay comentó que no ha generado acercamientos o reuniones buscando ese importante respaldo. “Quizás, como se trata de un deporte que es poco conocido, muchas veces nos desconocen, pero reconozco tampoco he generado esas instancias de diálogo. No soy muy cercano a la política, quizás por eso me cuesta”, afirmó este deportista, que espera que el kick boxing vaya tomando vuelo y golpeando muy fuerte. 3801iR

     

    ¿QUÉ ES EL KICK BOXING?
     

    El kick boxing es un deporte de combate de origen japonés y desarrollo occidental en el cual se mezclan las técnicas del boxeo con las técnicas de patadas de algunas artes marciales como el karate y el muay thai, estando así relacionado con el antiguo arte del muay thai, pero sin los golpes con el codo y de rodilla, que generalmente no son permitidos. No se lo considera un arte marcial formativo tradicional o gendai budō por excelencia, sino un deporte de combate.