La importancia de cuidar la salud mental en la población joven

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    En Chile un 16,5% de los jóvenes entre 12 y 18 años presenta trastornos ansiosos, afectivos, trastornos del comportamiento disruptivo, uso de drogas y trastornos alimentarios, esto según el Estudio de Prevalencia en Chile sobre Trastornos Psiquiátricos en Población infanto-juvenil (4 a 18 años).

    Algo que se complementa con lo que indica la Décimo segundo Estudio Nacional de drogas en Población General de Chile, 2016, realizado por SENDA. “Este reporta un aumento en la declaración de consumo de marihuana en el último año por parte de jóvenes (rango 19-25 años), desde un 24% el año 2014, a un 33,8% el 2016, como también una importante presencia de binge drinking (consumo de riesgo de alcohol embriaguez) para este grupo etario”, indica Carolina Pollmann, psicóloga de la Dirección de Asuntos Estudiantiles de la Universidad del Pacífico.

    Los adolescentes y jóvenes asumen como tarea la construcción de la propia identidad, a través de un proceso de revisión personal y de los límites familiares, cobrando especial relevancia el grupo de pares y la experimentación de nuevos comportamientos y experiencias.

    Para Gonzalo Lizana, psiquiatra del hospital de Ovalle, uno de los principales riesgos para los jóvenes es la normalización de ciertas conductas, como el consumo de marihuana a temprana edad.

    “Poner en carpeta que el consumo de drogas, como la marihuana, es algo natural, inmediatamente va haciendo que los jóvenes empiecen a consumirla antes y tengan menos capacidad de percibir el riesgo que significa consumir una droga y eso generalmente va de la mano de alcohol”, señala Lizana, agregando que este consumo temprano “eventualmente puede derivar en el consumo de otras drogas como cocaína y pasta base”.

    El psiquiatra indica que este comportamiento podría ocasionar enfermedades mentales, “lamentablemente mientras más jóvenes las personas comiencen con el consumo de alcohol y drogas, más riesgo tienen de hacer algunas enfermedades mentales. Específicamente el surgimiento de cuadros psicóticos en personas cada vez más jóvenes”.

    El desarrollo de los jóvenes en un mundo globalizado, con gran influencia de internet y de las redes sociales, ha planteado diversos desafíos respecto al bienestar y cuidado en esta etapa del ciclo vital. “El Internet, tecnología que permite conectarse de manera rápida e interactiva tanto con nuevos contenidos como con otros usuarios de redes sociales, promueve la recompensa inmediata y trabajo simultáneo con variados contenidos, brindando a los adolescentes la oportunidad de contar con diferentes contextos para explorar y expresar diversos aspectos de la propia identidad y para el desarrollo de habilidades, como también la presencia de diversos riesgos”, indica Carolina Pollmann.

    Al respecto, plantea la especialista, hoy se ve una alteración de las jerarquías familiares provocadas por la tecnología. “Tal como se señala en Impacto de las redes Sociales e Internet en la Adolescencia. Aspectos Positivos y Negativos, los jóvenes actuales son nativos digitales, quienes se relacionan con adultos significativos (padres, tutores, profesores etc.) los que suelen presentar un menor manejo operativo de las nuevas tecnologías, generándose una alteración de las jerarquías familiares y la presencia de diversos riesgos para los adolescentes, entre los que se encuentran las relaciones superficiales con extraños, el ciber acoso, la adicción a internet y la conducta impulsiva entre otros”, indica.

    CONVERSAR SOBRE EL TEMA

    Soledad Sepúlveda, psicóloga de la Universidad del Pacífico se refiere a que tal como existen múltiples variables o factores de riesgo, hay múltiples formas de abordar la mejora de la salud mental de nuestros jóvenes. “Es por ello que el Chile hay un Plan Nacional de Salud Mental 2017-2025, que tiene como lema "no hay salud sin salud mental" y tiene como objetivo ´contribuir a mejorar la salud mental de las personas, mediante estrategias sectoriales e intersectoriales, para la promoción de la salud mental, prevención de los trastornos mentales, atención garantizada de salud mental e inclusión social, en el marco del modelo de salud integral con enfoque familiar y comunitario´", señala.

    Y es por ello que desde todos los sistemas en los cuales se insertan los jóvenes, debemos de procurar detectar problemas psicológicos en forma temprana y desarrollar estrategias de prevención. “Dichas dificultades, deben ser detectados y manejados por trabajadores sanitarios competentes, con empatía y en capacitación constante en salud mental, como así mismos propiciar el desarrollo de aptitudes para la vida y ofrecerles apoyo psicosocial en la escuela y otros entornos de la comunidad.  Y desarrollar programas que brindan apoyo para fortalecer los lazos entre los adolescentes y sus familiares”, indica la profesional.

    Para Gonzalo Lizana, lo principal es la confianza. “Lo más importante es hablar de estos temas, justamente esto del día de la salud mental, es una instancia que surge a raíz de esta necesidad, porque si no hablamos de estos temas, estos temas permanecen ocultos. Las personas no toman conciencia de la gravedad de lo que puede estar pasando y su situación solo se va agravando, entonces en la medida que podamos hablar de estos temas, de ponerlo en carpeta, que se hable en los colegios, que se hable al interior de la familia de la salud mental se pueden revertir estas situaciones, se pueden frenar consumos que pueden llegar a ser problemáticos o de jóvenes que están en una situación de riesgo finalmente no terminen haciendo una enfermedad”, sostiene.

    “Cuando pesquisamos a un joven que ha comenzado hace un par de meses el consumo de marihuana y podemos ayudarlo y ese joven puede confiar en su familia, puede confiar en sus profesores, puede confiar incluso en sus pares que lo ayuden a salir de estos temas, eso probablemente no tenga consecuencias mayores.  Pero, si pesquisamos a ese joven después de años que ha estado consumiendo marihuana y que después haya saltado a otras drogas, probablemente va a tener una patología que no sea reversible”. Agregó el profesional, añadiendo que se tiene que tener en cuenta que una enfermedad mental es como cualquier enfermedad “las enfermedades mentales no son diferentes de otras enfermedades en el sentido que cuando se detectan a tiempo es más fácil tratarlas. Los riesgos de no tratarse es que las patologías se transformen en enfermedades crónicas y eventualmente eso cause un deterioro en la calidad de vida, que incluso puede terminar en un suicidio, que es la consecuencia más grave”.