Han pasado casi 48 horas del incidente, pero aún continúan las repercusiones tras el impasse protagonizado por el gobernador del Limarí, Darío Molina, y el alcalde de Combarbalá, Pedro Castillo, durante la ceremonia por el aniversario de la comuna, celebrado este domingo.
Cabe recordar que en la oportunidad, según testigos, el gobernador limarino increpó en duros términos al alcalde Castillo, pues éste durante su discurso de aniversario, manifestó su total rechazo a la instalación de una central termoeléctrica de respaldo que la empresa Prime Energía busca instalar en la comuna. Pero el origen de la polémica se explica básicamente, a que el edil combarbalino cuestionó la entrega de lentes para la presbicia que hizo la empresa a habitantes del sector en rural, en conjunto con el Club de Leones de Ovalle y el propio gobernador, dando a entender un posible conflicto de interés.
Casi 48 horas después de aquel incidente, las reacciones continúan, especialmente por parte de la oposición.
Así por ejemplo, durante la mañana de este lunes, el senador Jorge Pizarro se reunió con el ministro del interior, Andrés Chadwick, para denunciar “la grave y delicada situación que se ha generado por la conducta del señor gobernador del Limarí”.
En ese sentido, el legislador DC calificó de “inaceptable” los insultos del gobernador en contra del edil de Combarbalá, señalando que “no es la forma de relacionarse con autoridades ni con cualquier ciudadano”, indicando que “no es la primera vez que (el gobernador) tiene este tipo de maltratos o de mala representación” hacia otras autoridades.
Por ello, el legislador falangista señaló que espera “que el gobierno tome las medidas que correspondan, ojalá a la brevedad posible”.
En esa línea se enmarcó también el PPD regional, quien a través de un comunicado, junto con rechazar la actitud del gobernador, demandó a la intendenta Lucía Pinto, “revisar de inmediato la permanencia de Darío Molina en el cargo, quien no ha dado soluciones a las problemáticas presentes en la provincia, quien no ha sido capaz de guardar la compostura mínima requerida hacia el cargo que representa. Le recordamos que estamos en democracia y no en la dictadura que les acomodaba tanto”.
A la polémica se sumó el actual presidente de la Asociación de Municipios de la Región de Coquimbo, el edil de Vicuña, Rafael Vera, quien dirigiéndose también al ministro Chadwick, señaló que “en nuestra región el entendimiento entre todos los entes que componen el Estado ha sido siempre respetuosa, por lo que esta reacción en contra de cualquier persona o de una autoridad como un alcalde, no podemos dejarla pasar y menos validarla”.
En ese sentido, Vera espera que el gobierno “de señales concretas ante este vergonzoso hecho, que indudablemente puede alterar el trabajo en conjunto y en armonía que hemos realizado hasta la fecha”.
OPERACIÓN DE LA OPOSICIÓN
Ante las exigencias de la oposición para que Darío Molina abandone su cargo o bien para que el gobierno “analice” su continuidad, el gobernador del Limarí aseguró que “es evidente que hay una operación política en marcha, que encabeza la Democracia Cristiana, con el objetivo de inhibir al gobierno en su acción en toda la provincia del Limarí, donde hemos tenido un tremendo éxito”. Esto asegura “ha puesto inquietos a aquellos que sentían que tenían una hegemonía en la provincia”.
Sobre el incidente con el alcalde Pedro Castillo en sí, Molina afirmó que “yo doy el incidente por cerrado, pues nosotros tenemos la obligación de trabajar por la gente y cualquier autoridad que se reste de eso, sólo perjudica a las personas”.
Por lo pronto, la primera autoridad provincial señaló sentirse plenamente respaldado por el ejecutivo y por los partidos de Chile Vamos, “quienes entienden perfectamente que esto ha derivado en algo político el atacarme como gobernador del Limarí, y por supuesto, he recibido el apoyo de la comunidad” indicó.
En esa misma línea, el diputado Juan Manuel Fuenzalida, aseguró que “mientras el gobernador goce de la confianza del Presidente de la República en la provincia del Limarí, la decisión de irse o no, no depende de lo que diga un alcalde, sino de la decisión del presidente”.