“Un largo período es difícil resumirlo en pocas palabras, pero sin duda que hay tres aspectos que marcaron mi estadía en esta parroquia. El sentido de comunidad eclesial, tanto a nivel diocesano como parroquial. El hecho de vivir intensamente cada uno de los tiempos litúrgicos y finalmente el trabajo desarrollado en la pastoral juvenil”, fueron las sentidas palabras del P. Raúl Marchant quién desde el año 2004 sirvió como párroco en la comunidad “El Divino Salvador” de Ovalle.
En Eucaristía presidida por el Arzobispo René Rebolledo Salinas celebrada este sábado 23 de febrero, fue despedido con gran emoción por los feligreses que agradecieron el gran servicio pastoral del P. Raúl.
Además, el sacerdote, quien pertenece a la congregación de los Clérigos de San Viator, manifestó cual es el especial recuerdo que se lleva de la Arquidiócesis de La Serena. “Me llevo el cariño brindado por los integrantes de la parroquia y la Arquidiócesis. Agradecer la acogida pastoral tanto por Mons. Manuel Donoso y Mons. René Rebolledo, así como también por cada uno de los miembros del presbiterio, que a lo largo de los años nos fuimos conociendo, creando lazos fraternos que, Dios mediante, seguramente perdurarán para siempre. Igualmente, no puedo dejar de mencionar los momentos vividos en las fiestas de Andacollo y Sotaquí. Me han marcado a fuego y los llevaré en lo más profundo de mi corazón”.
Finalmente, el religioso se refirió a cuál es el legado que deja en Ovalle a su partida. “El haber ayudado a la construcción de una comunidad misionera, que peregrina y que se sienta parte de la Iglesia de Cristo me da mucha satisfacción. Las nueve comunidades, a lo largo de los años, fueron adquiriendo sentido de pertenencia y participación, haciéndose parte de las responsabilidades que cada uno tiene, cumplieron un rol fundamental los diáconos permanentes, ministros extraordinarios de la comunión y los numerosos agentes de pastoral que dan vida a la parroquia”.
Nuevo párroco
En la ocasión, la comunidad ovallina dio la bienvenida igualmente a su nuevo párroco, el P. Gerardo Soto Toledo, quien sirve actualmente como Vicerrector de Pastoral del colegio San Viator. Al finalizar la santa Misa, tuvo palabras en referencia a los desafíos que comporta esta nueva misión pastoral que se le ha confiado. “Asumo este desafío con mucho entusiasmo e ilusión. La parroquia tiene 60 años, han pasado 13 párrocos y existe un hermoso testimonio de fe. Como todo pastor quiero seguir por el camino de anunciar el Evangelio de Jesús, centrada en Él y sobreponerse a estos tiempos de dificultad con una Iglesia unida, comprometida y alegre”, enfatizó.
Fieles agradecidos
Por su parte, los feligreses presentes en el templo parroquial vivieron momentos de mucha emoción. Una de ellas fue María Inés Ossandón, quien expresó su agradecimiento al P. Raúl. “Se nos va un gran sacerdote, carismático, que atrae a jóvenes y adultos, entregado en su servicio y con el don para llevar la Palabra de Dios”.
Del mismo modo, Marcia Pérez, comentó que el religioso “deja una parroquia muy bien organizada, con un buen trabajo pastoral y eso se extrañará. Ahora recibimos al P. Gerardo, que ya lo conocemos. Su compromiso con la Iglesia y la comunidad hará que sigamos por el camino de Jesucristo”.