El entusiasmo de alumnos de Huamalata por el mundo de la pastelería

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    El año pasado en la Escuela Heberto Velásquez se implementó por primera vez un taller de pastelería y decoración. Gracias a eso fueron cerca de 15 los estudiantes, desde quinto hasta octavo año básico, los que tuvieron la posibilidad de conocer distintas técnicas e identificar su potencial en el arte de la repostería.

    La idea fue permitir que los alumnos vivieran una experiencia diferente y a la vez poder ofrecerles una oferta extra programática diferente y novedosa.  “Siempre se está acostumbrado a ver talleres como los de fútbol, entonces esto surgió para otorgar otro tipo de herramientas a los niños, otro tipo de motivaciones, porque generalmente hay estudiantes a los que no les gusta el deporte o la pintura, pero por el lado de la cocina es en donde ‘enganchan’”, cuenta la profesora de inglés de la escuela, Rosita Tapia, quien es monitora del taller de pastelería y decoración.

    Fueron muchas las preparaciones que el grupo de estudiantes ejecutó durante el desarrollo del taller; desde hojaldre, masas batidas, hasta decoración con flores hechas por ellos mismos. Este año la primera lección será sobre postres.

    A pulso han ido obteniendo los implementos que van necesitando, “cuando nos propusimos a hacer esto fue como un proyecto muy ambicioso porque no teníamos absolutamente nada. Entonces se partió haciendo una actividad en el colegio para comprar un horno, luego con los chiquillos desarrollábamos las recetas y vendíamos parte de lo que preparábamos”, declara Tapia.

    Así fueron adquiriendo implementos como batidora, pesas, y otros insumos. Para este año proyectan seguir surtiendo el stock con artículos como batidoras para cada uno de los alumnos, cocina, entre otros.

    Además de los conocimientos en torno a la pastelería, los alumnos han podido potenciar otras habilidades que podrán aplicar en otras asignaturas o en la vida en general, “les digo que en esto tienen que ser muy metódicos y ordenados porque en la cocina no se puede ser así. Les exijo que sean puntuales, que sean responsables, que si ya se inscribieron conmigo tienen que asistir. Hasta el momento no hemos tenidos inconvenientes”, sentencia.

    Pero eso no es todo, ya que la profesora también espera que estos conocimientos en torno a la repostería les permitan a los estudiantes, y sus familias, generar algún tipo de emprendimiento, recursos, o bien encontrar una real vocación para el futuro. “Estamos insertos en un sector socioeconómico donde no hay mucho dinero, se vive con el sueldo mínimo. Entonces esto les puede dar el impulso (…) Ellos aprenden una preparación, la llevan a su casa y su familia la puede desarrollar y salir a vender. Esa es mi intención; que tengan otros tipos de herramientas”.

    Sobre el balance de la iniciativa, la monitora indica, “ha sido una experiencia muy positiva, a los niños les ha servido cualquier cantidad, tienen otra motivación”.