Por Viviana Badilla Vargas.
Son miles las personas que se ha visto limitadas a realizar sus trabajos con normalidad, debido a la letal pandemia que azota al mundo. Y es que, un gran porcentaje de estos se encuentra realizando sus labores vía online, para evitar contagios y así proteger su salud.
Sin embargo, existe personas que aún continua con sus labores, ya sea por lo económico o por vocación estos siguen en sus quehaceres con normalidad, pero tomando las medidas pertinentes.
Tal es el caso de Mónica Ossandón Vega, quien se desempeña como kinesióloga, profesora de educación física y quiropráctica. Comenzó en el ámbito laboral desde el año 2002, pero en la disciplina de quiropráctica (Es un tratamiento médico orientado a dolores de los músculos o de los huesos a través de masajes en la región afectada) desde el 2017. Y es en esta última, en la cual aún se encuentra trabajando a pesar de la pandemia, ya que está decidida a continuar atendiendo a sus pacientes.
“En un principio había dejar de trabajar, me costó tomar la decisión de volver, retomé con muchos temores, pero el deseo de seguir ayudando a mis pacientes que tienen requerimientos distintos del Covid-19, me ayudó a tomar la decisión y me tuve que adaptar al cambio, reforzando la higiene y la seguridad del paciente y la mía”, comentó Mónica.
Asimismo, y al ser una profesión en la que se interactúa de manera muy cerca con los pacientes, de se deben tomar las medidas pertinentes para evitar contagios.
“Bueno, yo sigo los protocolos y dictámenes del MINSAL, manteniendo en lo posible el distanciamiento social, uso de elementos personales (mascarillas), lavado de manos. Además, desinfectando mi lugar de trabajo entre paciente y otros”, Mencionó.
Del mismo modo, y al igual que en los demás trabajos en los que se trata de público, los clientes, y en ese caso pacientes han ido en baja.
“Ha disminuido la frecuencia de personas, tanto por las medidas impuestas por el gobierno, como por el temor razonable de las personas a exponerse por el aumento de contagios de ha habido en Ovalle. También, usar permanentemente mis elementos de protección personal, higienización mayor y constante entre pacientes, ajustar mi agenda más flexible, de modo de minimizar la exposición de un paciente y otro”, Puntualizó.
Por otro lado, la vida personal de Mónica se ha visto afectada, ya que la normalidad a la que estaba acostumbrada, hoy es solo un buen recuerdo.
“En relación a mi vida personal, el estar tanto tiempo juntos, cambiando las rutinas que teníamos como familia, de ser muy sociables y de cercanías con los seres queridos, es lo más difícil de asumir en estos momentos”, aseguró.
Cabe destacar, que el confinamiento constate al que está sometida la población mundial, y en este caso Chile, genera grandes problemas emocionales y tensionales, los cuales sin duda alguna van a dejar sus secuelas sino se tratan a tiempo.