Por Viviana Badilla Varga
Sin duda alguna la pandemia del coronavirus ha traído un mar de complicaciones a la vida cotidiana de las personas, ya que se han visto afectadas de diferentes maneras, siendo el rubro económico el más perjudicado.
No obstante, existen trabajadores que aún continúan en sus labores con cotidianidad. Un claro ejemplo de esto, son los y las valientes bomberos/as, quienes salvan vidas, controlan incendios, realizan rescates, y todo esto de manera gratuita.
Tal es el caso de la bombera Rosemarie Barrios (20), quien se desempeña hace tres años en la Segunda Compañía de Bomberos en el Cuartel Central ubicado en la calle Miguel Aguirre de la perla del limarí. Siendo su principal labor el asistir como rescatista vehicular en accidentes automovilísticos ocurridos en las rutas de transporte aledañas a la ciudad.
Del mismo modo, en que otras instituciones están llevando a cabo las normas sanitarias, los integrantes de esta organización sin fines de lucro, no se quedan atrás, ya que se ha implementado un nuevo reglamento para realizar sus funciones de manera segura.
“Bueno el ingreso al cuartel está restringido, solo cuando acudimos a una emergencia está permitido entrar. El personal que ingresa al edificio tiene que hacerlo por un box central, debido a que ya no se puede hacer por la misma entrada que lo hacíamos habitualmente”, comentó Rosemarie.
Asimismo, al momento de acudir a algún siniestro o un accidente automovilísticos, sus implementos de trabajos han aumentado, ya que no solo deben cuidarse de las llamas del fuego, sino que también del coronavirus.
“Al acudir a emergencias, además de ir con todo el equipo de protección, tenemos que ir con el escudo facial, mascarillas, gafas y guantes. También, las maquinas tiene el ingreso del personal restringido, solo ciertos número de voluntarios pueden ir en ellas manteniendo el distanciamiento social. A su vez la constante descontaminación primaria y secundaria con amonio cuaternario a los funcionarios de bomberos, la cual hacemos en el lugar a cada uno/a de ellos/as”, aseguró.
A causa de este letal virus, esta gran rescatista comenta que la interacción entre voluntarios ha tenido que evitarse, ya que está el riegos de ser contagios al tener un contacto estrecho entre compañeros/as, quienes no solo se desempeñan como bomberos/as, sino que también tienen otros trabajos externo a esta función.
“Esto nos ha afectado en todo lo que conlleva la relación entre nosotros, ya que no podemos hacer vida cuartel, ya no está esa cofradía, el poder ir al cuartel en la tarde y conversar sobre las emergencias, revisar academias, cursos, ya sea de comandancia o unidad de rescates, ya eso no se puede hacer, y nos cuesta más reforzar lo que ya sabemos. Últimamente nos vemos solo cuando acudimos a una emergencia y siempre desde lejos”, enfatizó Barrios.
Por otro lado, Rosemarie ha visto como su vida personal ha cambiado en 360° (al igual que la de todos los chilenos), ya que algo que era tan cotidiano antes, ahora resulta algo muy lejano.
“La pandemia me ha afectado bastante, ya que yo vivo sola en Ovalle, y mi familia para mí, son mis compañeros bomberos, y bueno, de pasar a vernos todos los días cuando salía de clases, de ir al cuartel en las tardes, pasé a no verlos casi nunca, o solo cuando hay alguna emergencia”, puntualizó.
Al igual, que todo el mundo, esta valiente tiene un deseo que se repite en todos los entrevistados de esta sección, y es que esto decline y todo vuelva a tomar su respectivo curso algún día.
“Espero superar la pandemia, y principalmente que la gente tome conciencia de lo que está pasando, ya que estas medidas debemos mantenerlas, y a la vez educarnos como población para poder sobrellevar este tipo de enfermedades. Para saber responder ante esto, para que no nos pille mal parados si es vuelve a suceder una cosa así”, finalizó.