Por Estefanía González – El Ovallino
“La revolución será feminista o no será”, este es uno de los tantos slogans de protesta que se pueden leer en pancartas o muros de las diferentes ciudades de Chile, una frase que desde antes del estallido social daba cuenta de un movimiento cuyo propósito es el empoderamiento femenino y la erradicación de la violencia machista.
Propósito que cobró fuerza el año 2018 y más aún al formar parte de las demandas ciudadanas que impulsó el estallido social del 18 de octubre de 2019.
Carolina Tello, directora regional de Abofem (Abogadas Feministas) declaró a El Día en su edición del domingo, que “Las mujeres tuvieron un rol definitorio al momento de sacar adelante toda la movilización social que surgió”, explicando que “a partir de la revuelta social nacieron varias organizaciones feministas, porque se produjo un cambio cultural o un “despertar” respecto al papel de la mujer en la sociedad”.
Y si bien “hay muchas colectivas y asambleas que venían trabajando hace muchos años, a partir del 18/O comienzan a materializarse y ganar terreno” sostuvo la abogada.
Para Daniela Henríquez, socióloga del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte “es importante considerar que lo que pasa en el 18 de octubre del año pasado es más bien un momento al cual le anteceden una serie de procesos muy relevantes de movilización social”.
Entre ellos las movilizaciones feministas. “Uno de esos movimientos que a mí me parecen muy relevantes y que anteceden al 18 de octubre son los movimientos feministas, los que se expresaron con mucha fuerza en el año anterior, 2018, cuando hubo grandes movilizaciones, universidades se paralizaron frente a demandas feministas y fue un movimiento muy transversal”.
Por su parte Nathaly Castillo, presidenta nacional del Colegio de Periodistas y conductora del programa regional con enfoque de género “Mujeres arriba”, aseveró que “la participación de las mujeres, de las niñas, de las jóvenes dentro de las movilizaciones sociales del último tiempo ha sido muy importante”.
“El movimiento feminista, a propósito de la revuelta de octubre, también cobra mayor vigencia y también fuerza” indicó Castillo, recordando que si bien “ya existían algunas manifestaciones importantes y masivas, por ejemplo las que hubo hace algunos años atrás bajo la consigna #NiUnaMenos levantándola como una demanda ciudadana del derecho de la mujer de vivir una vida libre de violencia, todas las demandas sociales, políticas y de derechos, principalmente la demanda de género ,se visibiliza”, agregando que “de este modo se logra instalar en la agenda política y ciudadana la necesidad de vivir en un entorno sin ningún tipo de violencia, (económica, psicológica, simbólica)”.
“La lucha de las mujeres, el trabajo que han realizado los movimientos feministas apuntan también al bienestar social en su conjunto entonces en buena hora eso se está masificando y existe ya al menos una formación de diferentes sectores que hoy día toman esta bandera que estaba hace mucho tiempo presente pero que no se evidenciaba, hoy día muchas personas congenian con estas demandas en los diferentes territorios, ahora con la pandemia muchas mujeres han liderado las ollas comunes, los comedores populares”, señaló la periodista.
Para Castillo la mujer ha tenido un rol fundamental, sólo que estaba invisibilizada, “hoy día se nota más la presencia femenina, aunque eso no quiere decir que existan derechos plenos y garantizados, porque nos siguen matando, todavía existe mucha discriminación de género pero al menos se está generando una organización más robusta y desde ese sentido es bastante valorable”.
En el caso de Ovalle el movimiento Acción Feminista Ovalle ya estaba trabajando desde hace tres años cuando llegó el 18O, con charlas en colegios, marchas y performances artísticas en diferentes puntos de la capital de Limarí su intención desde el principio fue acabar con la discriminación y la violencia contra la mujer, además de crear conciencia.
Un nuevo pacto
Otro de los logros que, sin duda, harán que Chile sea recordado a nivel mundial, es la posibilidad de redactar una nueva Constitución con enfoque de género. La paridad en la elección de constituyentes, en caso de ganar el Apruebo y la Comisión Constitucional es parte del acuerdo por la paz, en vías de una nueva carta fundamental.
“Ya es un gran paso que haya un 50% de paridad en el caso de que haya una Convención Constitucional, porque efectivamente sería la primera en el mundo que haya definido un 50% de participación de las mujeres” expresó Daniela Henríquez, añadiendo que eso no quiere decir que sus resultados sean feministas, “la paridad no es garantía que efectivamente haya una mayor importancia de los derechos de las mujeres en esa discusión constitucional, pero si favorece mucho, porque no hay mejores representantes de las mujeres que las mismas mujeres”.
Nathaly Castillo recuerda, en tanto que “El cambio desde la perspectiva de género está muy ligado al modelo de desarrollo que tiene un país o una sociedad”.
“Si hoy estamos en un sistema neoliberal que no garantiza derechos básicos y que claramente tiene una carga patriarcal, que discrimina a las mujeres y a las diversidades, entonces tiene que haber un cambio que pase por generar un nuevo cambio social o pacto social que es la Constitución, que tenga este enfoque de derechos humanos y de género, por eso es importante que en la elección de los constitucionalistas tenga ese mandato”, explicó la presidenta del Colegio de Periodistas.