Se conocen, se ayudan, comparten experiencias y vivencias. Tienen pasados y presentes comunes, y quizás por eso hay más afinidad. Se apoyan y se dan ánimo entre ellas. Se consideran amigas y aun así no se conocen entre ellas. Ni siquiera se han reunido o visto las caras la primera vez, y eso incluso le da un toque mágico a la relación.
Lo que congrega a esta decena de mujeres ovallinas es un grupo de whatsapp con un puntal en común: se atienden individualmente con el mismo médico en el Cesfam de Fray Jorge y utilizan este grupo como una terapia colectiva.
“Es un grupo de terapia, de contención, de ayuda, es un complemento de todo. Cuando yo llegué, ya el doctor tenía este grupo y me integró para poder salir adelante y ayudarnos entre todos”, cuenta Teresa Bugueño a El Ovalino, agradecida porque además de las consultas personales, su participación en el grupo le ha permitido poco a poco superar un cuadro de depresión que, admite, nunca hubiese podido superar sola.
El grupo se llama “CelesTe Acompaña”. El nombre está determinado por el color del sector del recinto de salud donde se atienden, y por supuesto, por el objetivo de darse ánimo unas a otras, quienes han atravesado diferentes situaciones personales.
Las integrantes son vecinas de las poblaciones Fray Jorge, El Portal, Ariztía y de zonas del centro de la ciudad.
“Hemos creado un vínculo muy interesante. El doctor dice que gracias al grupo hemos salido adelante, y claro tampoco lo hemos podido hacer sin su apoyo”, señaló Teresa.
Comentó que ella acostumbraba enfrentar sola todas las adversidades que la vida le presentaba, aunque en esta ocasión se sintió sobrepasada, y fue cuando decidió buscar apoyo profesional.
Las integrantes tienen total libertad para compartir sus experiencias, expectativas, emoticones, gift, y cualquier material propio que consideren pueda levantarle el ánimo al resto del grupo.
Un grupo diferente
En tanto otra de las integrantes del grupo, Patricia Rojas, comentó que además de las consultas personalizadas, el grupo de whatsapp ha sido fundamental en su recuperación.
“A mí me ha servido de mucho, yo fui al consultorio por un cuadro depresivo, y desde un principio sentí la diferencia por ser atendida por alguien con tanta calidad humana. Lo del grupo ha sido un acierto”, indicó.
Explicó que todas tienen algún tipo de afición por las artes y las manualidades y que se han dado a la tarea de compartir sus creaciones en el grupo.
“Yo pinto, otras amigas hacen manualidades, están las que cuidan sus flores en sus casas, y todas nos compartimos en algún momento lo que hacemos. En muchos momentos nos compartimos cosas personales y la ayuda ha sido muy buena. Yo nunca había integrado un grupo así, somos un grupo de amigas a través de la terapia”.
Por su parte Mariluz López, otra de las participantes, refirió que la atención del doctor y la interacción con el resto de las integrantes del grupo de autoayuda, es lo más destacable del proceso.
Explicó que recientemente fue sometida a una operación compleja, y que es debido al apoyo que ha recibido en el grupo, que ha podido recuperar el buen ánimo.
“En junio aproximadamente me detectaron una enfermedad compleja y comencé con terapias. El grupo y ha sido de un apoyo emocional impresionante. Nos reímos, nos saludamos. Se han portado como si fuéramos amigas de años”.
Autoayuda tecnológica
Matías Vargas, psicólogo del Cesfam Fray Jorge y administrador del grupo explicó los motivos para apostar por esa herramienta.
“Al alero del Programa de Salud Mental del Cesfam Fray Jorge, en este contexto de pandemia, es necesario tratar de responder de una manera alternativa la atención clínica tradicional que el dispositivo de salud está acostumbrado. El tema de la pandemia ha llamado a reformular una serie de cosas y en todos los programas de salud mental, y en ese sentido un aporte a la psicología clínica es el hecho de poder conformar y fortalecer grupos de autoayuda”, indicó Vargas.
Señaló que si bien el Cesfam tiene una serie de plataformas apoyadas tecnológicas en youtube y en Facebook, en algún minuto se le ocurrió abrir un grupo con algunas usuarias para generar un grupo de autoayuda que les diera más protagonismo, en el que ellas se sintieran empoderadas.
“La idea es que puedan interactuar y fortalecer sus procesos individuales. Porque el proceso de cambio no necesariamente tiene que estar determinado por la típica relación terapéutica, sino que también se generan en una relación grupal, por el hecho de sentirse acompañadas, de sentirse perteneciente a un grupo. Y ha funcionado bastante bien porque ellas mismas han logrado interactuar entre ellas, apoyarse, comentar necesidades particulares y eso es el beneficio de este tipo de apoyo”, aseguró Vargas.
La magia desconocida
Aunque han planteado reunirse de manera presencial, e incluso una vez se propusieron hacerlo de manera virtual, la oportunidad no se ha presentado, lo que les ha planteado una diatriba: ¿Y si la magia del grupo está en no conocernos? Ante esa duda tanto Patricia como Teresa y Mariluz, reconocen que hay un efecto especial por el hecho de no conocerse en persona.
“Quizás nos sentimos más libres para hacer bromas, para reírnos, para compartir cosas. Aunque no nos conocemos, nos hemos hecho grandes amigas”, comentó Mariluz.
Teresa Bugueño, Vilma Véliz, Patricia Rojas, Mariluz López, Silvia Cuello, Lastemia Araya, Lucía Cortés, Scarlet Cortés y Pilar, además del doctor Matías Vargas, son los integrantes del grupo.