A los 82 años falleció de un infarto cerebrovascular el máximo exponente que ha tenido la comuna de Ovalle en el pool y billar. El maestro Alejandro Chacón dejó de existir luego de ciertas complicaciones en su salud en las últimas semanas, que lo mantuvo internado en un recinto asistencial.
Alejandro Chacón fue el primer exponente en el billar en convertirse en campeón nacional y sudamericano, logro que repitió en un sinnúmero de ocasiones, transformándose en el máximo exponente de la disciplina en Ovalle y la provincia de Limarí
La muerte de Chacón caló hondo en todas las generaciones de deportistas de Ovalle y del país, a los cuales el Maestro tuvo la oportunidad de enseñar sus conocimientos. Uno de ellos fue Maximiliano Ossandón, billarista, rankeado actualmente entre los primeros lugares de Chile.
“Lo conocí cuando tenía 14 años, cuando con mis amigos del liceo íbamos a jugar y con él aprendí desde cero, desde la postura, aprender a tomar el taco. Él siempre me decía que tenía condiciones para esto, y en ese momento no le creí mucho porque veía a otros mejores que yo. Entonces él me motivó a ir a mi primer torneo nacional en Coquimbo, con 15 años. Me pagó la inscripción, me llevó y ese torneo salí campeón. Después de eso me di cuenta que tenía dedos para el piano. Ahora a lo que me dedicó es gracias a sus enseñanzas”, recuerda Ossandón.
En cada lugar que visitaba, tanto en Arica como en Santiago o Punta Arenas, Chacón era conocido como el Maestro. Enseñó a varias generaciones, tanto en Ovalle como en el resto del país. Su fallecimiento marcó incluso a la Federación Chilena de Billar, quien expresó sus condolencias ante la triste partida.
“Él le dio mucho a Chile, en sus años de peak, ganó muchos campeonatos en billar banda libre, una modalidad antigua, fue muchas veces campeón nacional, tiene el récord nacional de carambolas, fue vicecampeón panamericano de banda libre, luego se dedicó a las tres bandas, jugó mundiales y él es parte de la historia del pool chileno”, remarca Ossandón.
Ossandón recalca que una de sus mayores virtudes fue su vocación innata por enseñar al resto, lo hizo a innumerables generaciones, sin esperar recompensa, con la misión de que salieran desde Ovalle o Chile nuevos talentos para la disciplina.
“Hasta el último de sus días se dedicó incluso a seguir aprendiendo nuevas técnicas. Hace un tiempo lo visité en su salón y me decía que había aprendido nuevas técnicas para enseñarlo a otras personas. Venía a ver a mi familia y él me enseñaba nuevas técnicas que él desconocía, se las aprendía para enseñarlas. Eso no solo era conmigo, sino con todo el mundo. Todos los jugadores que hoy se dedican al pool han pasado por el maestro”, afirma.
Este sábado fue la ceremonia fúnebre y sus restos descansarán en el Cementerio Parque del Recuerdo de Ovalle. Una triste partida que dejará un vacío en el escenario del pool ovallino y nacional.