La Fuerza Aérea de Chile valoró el reciente el aporte que hiciera la familia del ovallino Sub Oficial Mayor Juan Jofré, de algunos artículos únicos en la historia aeronáutica del país.
En la página web del componente militar destaca la biografía de Jofré y cómo llegó a ser parte de la historia del país.
“El Suboficial Mayor Juan Jofré nació el 29 de septiembre de 1919 al interior de Ovalle. El año 1946 viajó a Valparaíso para ingresar a la entonces Academia de Telegrafistas de la Armada de Chile. En una entrevista a la revista Camaradas de la FACh, que se le realizó el 2019, cuando cumplió 100 años, el ex uniformado explicó que ‘siempre quise estudiar radio, razón por la que fui a Las Salinas a cumplir mi sueño”, precisó la institución.
Menciona que una vez egresado de la especialidad se presentó a la Fuerza Aérea de Chile, donde fue aceptado y destinado a Iquique. Luego retornó a la Región de Coquimbo, lugar donde, a sus 32 años de vida, le correspondió desempeñarse como radiotelegrafista monitoreando desde la radio estación de Ovalle el vuelo del “Manutara”, hazaña histórica que conectó al territorio continental con Rapa Nui.
En la entrevista que concedió a la revista, Jofré agradeció a su “querida Fuerza Aérea” diciendo que “pude cumplir mis sueños, educar a mis hijos. Todos los días recuerdo con mucho cariño a la Institución, ya que fue parte de mi familia, y cómo no, si permanecí en ella 30 años”.
Memoria viva
Al poco tiempo de fallecer, y dado que siempre guardó un especial cariño por la institución, sus hijos Eduardo y Edith, decidieron donar a la Fuerza Aérea de Chile algunos objetos utilizados en su vida militar activa, como un telégrafo, parte de su uniforme y el disco vinilo FACh “La legión de las nubes” de 1974.
“Estoy muy orgullosa y feliz de poder entregar estas pertenencias. Es hacer que mi padre vuelva a su casa, a su Fuerza Aérea. Él amó a la Institución y nos inculcó ese sentimiento. Creo que éste es el mejor lugar donde pueden estar estos recuerdos, porque son cosas que representan la vida y esencia de mi padre”, destacó la hija del militar, Edith Jofré.
“Para mí es un honor que nos hayan permitido poder dejar algunos de los materiales que mi padre operaba como radiotransmisor. Es un legado no solo para la Fuerza Aérea, sino que para nuestra familia, ya que estará su nombre y labor plasmada en el museo”, señaló a su vez Eduardo Jofré, hijo del ex uniformado.
El Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio les guardó un lugar especial en el que serán exhibidos esos valiosos objetos históricos.
Servicio Ovallino
Consultado sobre los desafíos del Limarí con respecto a labores aéreas, el presidente del Club Aéreo de Ovalle, Roberto Dabed Martinic, señaló que la vocación de servicio local es una constante en el tiempo.
¿Cuál ha sido el aporte del aeródromo local en la historia de la FACh?
-“El Aeródromo El Tuquí ha sido gravitante en la historia de la Fuerza Aérea de Chile, puesto que desde sus comienzos fue base entre Santiago, y el norte del país, dada la poca autonomía de vuelo que tenían los aviones de ese tiempo y la posición estratégica y de buen clima que tiene nuestra ciudad respecto a sus vecinas. Asimismo, desde nuestro campo salió el ataque de la FAN (Fuerza Aérea Nacional, precursora de la FACH) para derrotar la sublevación de la armada en la década del 30, lo cual es la primera incursión de combate real de aviones chilenos”.
¿Cuáles han sido los últimos aportes del Club Aéreo de Ovalle en conjunto con la FACH, en el contexto de la pandemia?
-“Permanentemente estamos trabajando con las autoridades, tanto la FACh como con Carabineros y la ONEMI entre otros. En este tiempo, la Fuerza Aérea ha realizado evacuaciones a otras ciudades de pacientes contagiados con covid-19. El club aéreo ha sido también sede de recepción de vacunas transportadas por vía aérea, y nuestros delegados han tenido la responsabilidad de ayudar en la coordinación a nivel nacional del transporte de vacunas”, puntualizó Dabed Martinic.