Ahora tiene 21 años y mayor madurez para enfrentar lo que ocurrió, pero las heridas psicológicas sobre hechos que acontecieron hace años apenas están cerrando.
Durante un viaje estudiando en Tercero Medio, la vida de María Jesús Chacón cambió para siempre. En ese entonces alumna en el colegio Amalia Errázuriz la joven viajó a Concepción para participar en una feria de Ciencias. Aunque los alumnos se alojaron en una pensión, su docente lo hizo en un hotel diferente, lo que dejó abiertas las posibilidades.
Una de las noches su mejor amigo se metió en su cama y comenzó a masturbarse con su cuerpo. “Con ese compañero de estudios sufrí ese abuso en ese viaje y luego de eso fue con otros compañeros de estudio en otras situaciones, sufrí otros abusos sexuales y otra violación” recuerda Chacón.
El abuso en el viaje fue en 2016, la violación fue en 2018, y narra que hubo otro tipo de abusos sexuales que pasaron a lo largo de toda su enseñanza media.
“Eso era un comportamiento muy recurrente, de hecho, sé que hay más víctimas de violación en mi curso por parte de los mismos compañeros, y si hablamos solo de mi curso puedo nombrar a muchas mujeres que han sido abusadas de cursos hacia arriba y hacia abajo. Cada vez voy escuchando más relatos y más historias y es abrumante la cantidad de historias de abuso sexual en nuestro colegio”, explica.
Destaca que en esos años lo hacían ver como algo normal.
“En ese momento ellos decían ser tus amigos, yo también los consideraba así, a la mayoría los conocía desde el preescolar. Sé que entre ellos se comentaban estas cosas, pero nunca me di cuenta que eran conductas abusivas, sino que parecía más que nada algo cotidiano, algo normal”.
Recuerda que en el momento no se le dijo a nadie de su familia ni a nadie del colegio.
“Este lunes tuve una reunión con el colegio y ellos comentaron que no tenían idea de la situación y me parece muy real porque yo no se lo había contado a mis papás en ese entonces y no había forma de que lo supieran”.
Una pesada carga
Consultada sobre la dificultad de contarle la experiencia a sus propios padres, Chacón señala que “es una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida”.
“Me demoré más de cuatro años en contarles y yo misma en procesar todo lo que me había pasado. Es realmente muy difícil. Y hacerlo público lo es más todavía. Yo tuve la suerte de contar con todo el apoyo de mi familia, tener ayuda psicológica que por más de un año y medio, buscando la forma de poder sanar, porque necesitaba que esto fuera público para hacer notar lo que había pasado, lo que está pasando, para que a situación no quede impune. Hacerlo público es muy difícil pero es liberarme de una carga muy pesada”.
“Una de mis amigas pudo conseguir ayuda psicológica de la Seremi, quien nos ha ayudado mucho, nos ha puesto en contacto con varias personas entonces hicimos una red súper linda, de mucho apoyo, de mucho cariño, entonces de una a otra nos alentamos a entender al final que la situación no fue tu culpa, que no tienes que sentir vergüenza y que es algo que hay que sanar porque solo no se mejora”.
Investigar y Castigar
Consultada al respecto la Seremi de la Mujer y la Equidad de Género, Ivón Guerra Aguilera, apuntó la gravedad de la situación esperando que se puedan investigar los sucesos y castigar a los responsables.
“Como Seremi recibí diversas denuncias de abusos y violaciones a niñas del Colegio Amalia Errazuriz y como Ministerio las víctimas y sus familias tienen todo nuestro apoyo. Acá no es solo un caso, son varios. Por lo mismo es relevante que se investigue y que el Colegio también pueda tomar cartas en el asunto. Son casos que no pueden quedar impunes”, señaló Guerra.
Indicó que como Ministerio no pueden prestar patrocinio legal en este caso porque el marco jurídico sólo les permite representar legalmente a mujeres víctimas de violencia intrafamiliar.
“Sin embargo, como Ministerio acogimos esta denuncia y generamos asesoría a la familia y víctimas, como también puente con otras instituciones, como por ejemplo el Centro de Atención a Víctimas de Ovalle, para que ayuden de forma psicológica a las víctimas. También me contacté con la Ministra, quien se enteró de esta situación y nos solicitó prestar todo el apoyo y acompañamiento a la familia”.
Destacó que también buscan generar cambios culturales dentro del establecimiento educacional, al que le ofrecieron charlas y capacitaciones en equidad de género y erradicación de violencia.
Destacó que para hacer formal una denuncia de este tipo existen variadas formas. “Pueden denunciar en las policías o Fiscalía. Y si necesitan que como Seremi las acompañe a realizar las denuncias también lo haré, porque son situaciones aberrantes, son delitos que no se pueden dejar pasar. Hago un llamado a las familias, estudiantes y ex estudiantes que si tienen antecedentes que me los hagan llegar a mi oficina o canales formales de esta dependencia”, señaló la Seremi.
Sin comunicado
En tanto, Diario El Ovallino tomó contacto con representantes de la Corporación Juan Subercaseaux, sostenedor del Colegio Amalia Errázuriz, para conocer las posibles acciones a realizar y los protocolos para evitar este tipo de situaciones, aunque indicaron no tener un comunicado ni estar autorizados para emitir alguna información.