Debido a las complicaciones de la pandemia el principal recinto de salud de la provincia de Limarí había pospuesto la inauguración de su Unidad de Diálisis, las cuales son parte de las prestaciones nuevas contempladas en el proyecto de normalización del Hospital de Ovalle y que pronto comenzarán a atender pacientes con insuficiencia renal crónica.
Uno de los pacientes que sentirá un impacto positivo con la noticia es Álex Gómez, una de las primeras once personas que comenzará a dializarse en las flamantes dependencias y que tuvo la oportunidad de conocer los equipos y sillones de hemodiálisis con los que contará el recinto asistencial.
Gómez explicó a El Ovallino que lleva tres meses con un diagnóstico de insuficiencia renal que lo obliga a realizarse un proceso de hemodiálisis tres veces a la semana durante cuatro horas para poder tener una calidad de vida que le permita seguir desarrollándose como persona.
La red de salud pública de la provincia no contaba con un recinto para cumplir con esta demanda, por lo que los pacientes de este tipo eran derivados a centros privados o a otras comunas como La Serena y Coquimbo, realidad que comenzará a cambiar a partir de este lunes cuando la unidad comience a ofrecer el servicio a pacientes renales.
-¿Qué significa para usted que ahora se cuente con un centro de diálisis en Ovalle?
-“Es un gran logro que tengamos esto acá, porque nos alivia el bolsillo, antes nos hacíamos la diálisis en La Serena, y por ejemplo el turno de noche era muy sacrificado (…) Fue difícil para nosotros, porque era mucho sacrificio, salir de las 8.00 de la tarde de la casa para que te sienten en el sillón a las 11 de la noche y salir de allá a las 3.00 de la madrugada y llegar a las 5.00 de la mañana a la casa súper agotador”.
-¿Cómo han sido estos tres primeros meses con su diagnóstico?
-“Yo tengo que venir acá por mi salud, porque si no vengo a diálisis no estaría bien, seguiría mal o mi vida duraría menos, la máquina de diálisis es nuestra compañera, es un riñón más, nos limpia la sangre y nos permite seguir con vida. Yo me dializo día por medio, por cuatro horas y depende de eso que sigamos con vida.”
-¿Qué mensaje daría a las personas que puedan estar iniciando un diagnóstico como el suyo?
-“Que se cuiden, vengan a las diálisis los días que les corresponde venir, porque si ellos no vienen un día, es un día de vida que ellos mismos se quitan, porque nosotros tenemos que reconocer que el cuerpo no está igual que antes, porque nosotros dependemos de un riñón artificial para seguir con vida”.
-¿Cómo ha sido la recepción del equipo clínico del hospital?
-“La gente que trabaja aquí son muy buenas personas, hay buenas enfermeras y auxiliares que a uno lo dejan contento, porque el carisma y el trato de ellos es diferente, es un trato especial para nosotros, porque somos personas enfermas y nosotros reconocemos que ellas están junto a notros día a día en cada ciclo de diálisis que debemos realizarnos”.
Explicó Gómez que entre los mismos pacientes se van creando lazos de amistad que se van tejiendo con el tiempo y las sesiones.
“Uno va conociendo personas de buen corazón, se van haciendo amistades y nos ayudamos entre todos, por ejemplo cuando uno de nosotros termina muy mal después de diálisis, nos preocupamos y le decimos que no se vaya para su casa tan pronto, que descanse o que tome once primero en la casa de uno antes de irse, por ejemplo aquí conocí a Rodrigo que vive en el campo y un día lo vi que terminó mal de su diálisis y lo invité a mi casa para que descansara antes de que se fuese, porque podía ser peligroso, entonces se forman amistades fuertes, por ejemplo con él tenemos un lazo de amistad bien fuerte, es solidaridad que se forma mientras todos estamos viviendo un proceso como este”, puntualizó Gómez.