El aporte saludable de los huertos comunitarios va más allá de la siembra

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    Uno de los temas que puso en boga la pandemia fue la salud mental de las personas. El Covid-19 nos obligó a tomar cuidados extremos y sin duda los que más afectaron fueron el encierro y las restricciones de desplazamiento. Es por esta razón, que el programa Huertos Comunitarios, perteneciente al departamento Social del municipio de Ovalle, ha adquirido importancia, ya que luego de meses sin funcionar está retomando su trabajo y sus participantes aseguran que el contacto con la naturaleza, les ha servido como terapia para mantenerse alegres y optimistas.

    El programa Huertos Comunitarios se inició en julio de 2018 y es financiado con recursos municipales. Partió como una forma de impulsar la alimentación saludable y la preocupación por las altas tasas de obesidad, sobretodo de la población infantil, pero ahora también se sumó como alternativa de distracción, relajación y apoyo a la salud mental, ya que sus integrantes realizan plantaciones de diversos vegetales, a través de técnicas que son proporcionadas por los profesionales del programa y posteriormente efectúan un monitoreo del crecimiento y su buen estado. Actualmente, funciona en dependencias de la ex escuela Oscar Araya Molina, a un costado del Cementerio Municipal, con 15 personas, que se han ido sumando paulatinamente, gracias al levantamiento de las restricciones impuestas por la autoridad sanitaria.

    La coordinadora del programa Huertos Comunitarios, María Elizabeth Quispe indicó que uno de los objetivos transversales de este programa es la participación de la gente, “pero hoy toma mucho sentido el hecho que los integrantes toman esto como una terapia, porque en estos tiempos han crecido muchos los problemas de salud mental, que es el temor, la depresión, las crisis de pánico y este huerto les permite relajarse y desconectarse de sus problemas”.

    Poco a poco se han ido integrando los participantes “puesto que producto de la pandemia disminuyó mucho la asistencia, pero eso ha cambiado y la gente se viene a relajar después de haber estado mucho tiempo encerrada. Lo que he percibido es que a ellos les gusta venir, conectarse con la naturaleza, y aprender cosas nuevas y aplicarlas” sostuvo el profesional de apoyo del programa, Francisco Díaz.

    Uno de los participantes es Miguel Robles, quien asegura que es “muy agradable ser parte de este grupo y compartir con más personas, adquirir conocimientos porque es algo útil. En lo personal me ha servido como terapia y también para la economía del hogar, porque uno lo practica en casa y consume productos que uno mismo planta y eso evita gastar dinero comprando en la feria”. En tanto, Mariela Ortiz, quien también es usuaria destacó que “ha sido muy bueno para mí, pase mucho tiempo encerrada y aquí uno se relaja, aprende a plantar, cosechar y cuidar las plantitas y ver su crecimiento”.

    El objetivo principal es que la comunidad aprenda y practique conductas de alimentación saludable inocua basada, principalmente, en alimentos que se obtienen de la tierra, sin contaminación, ni químicos adheridos. La iniciativa funciona los días lunes, miércoles, viernes y sábado de 10.00 a 14.00 horas. Quienes quieran participar sólo deben acercarse a las dependencias de la ex escuela Oscar Araya Molina, ubicada en la población Media Hacienda. No existen requisitos, ni rango etario para ser parte de este trabajo.