Por Luciano Alday Villalobos
Andreas Ritter es un piloto profesional alemán de 53 años de edad y con más de 14 años de experiencia en vuelos de larga distancia. Vive junto a su familia conformada por su esposa y sus tres hijos, un varón y dos damas.
Hace cinco años atrás compró en Estados Unidos un avión Cessna 140, los cuales fueron fabricados entre 1946 y 1952, posterior a la segunda guerra mundial, habiendo cerca de 7 mil de estos alrededor del mundo.
“Compré el avión con la idea de volar hacia Argentina, porque en un futuro quiero vivir en ese país con mi esposa”, comenta Andreas en entrevista con Diario El Ovallino.
De esta manera, en el año 2020 inició un viaje en solitario desde Estados Unidos por varios países de Latinoamérica, con Argentina como destino final, “normalmente viajo con toda mi familia, pero este avión es muy pequeño y por eso no es posible viajar con todos, pero más adelante quiero repetir este viaje por América del Sur con mi esposa, porque me gusta mucho la gente y la naturaleza”, indica.
La travesía en su primera etapa pasó por México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador y Perú, todo esto en 40 paradas y un vuelo de 30 días.
Pausa obligada
La pandemia mundial del Covid-19 impidió que Andreas continuara su viaje, por lo que el 15 de marzo de 2020 retornó a su país natal en uno de los últimos vuelo que salió desde Perú a Alemania, a la espera de que la contingencia sanitaria mejorara.
Antes de esto, tuvo que buscar un lugar en donde guardar su valiosa adquisición, “no fue posible continuar el viaje pero la comunidad de pilotos es muy unida, entonces fue posible encontrar un hangar en Lima en donde guardar mi avión por dos años”, puntualiza.
De paso Andreas compara el viaje que realiza con el de una moto, ya que tienen ciertas similitudes, “normalmente hago dos vuelos de unas dos horas por día, este es un avión lento, la velocidad normal es 100 km/h más o menos, entonces no es más rápido que un automóvil, es parecido a viajar en moto, porque no es posible viajar con mucho equipaje, y las distancias son similares”.
“No es caro, este avión cuesta lo mismo que un coche, yo lo compré por 20 mil dólares, entonces no es muy barato, pero tampoco es tan caro, no utiliza mucha gasolina, entonces es posible de utilizar”, agrega.
Se reanuda la aventura
Hace tan solo una semana que Andreas pudo retomar su viaje, por lo que volvió a Perú para continuar su travesía.
De esta forma llegó a Chile, pasando por ciudades como Arica, Iquique, Antofagasta y Copiapó.
De esta etapa destaca una de las cosas que más le llamó la atención, “no son muchas las ciudades en la costa del Pacífico que tienen rascacielos, habían edificios en ciudades costeras en Panamá pero luego no volví a ver eso hasta llegar a Iquique”, comenta.
Experiencia en el Limarí
A eso de las 17:00 hrs del pasado miércoles 16 de febrero Andreas aterrizó en el Aeródromo El Tuquí, en donde fue bien recibido por el Club Aéreo de Ovalle. Es aquí donde nace la pregunta, ¿por qué eligió a la “Perla del Limarí” como una de sus paradas?, el propio piloto lo explica.
“Toda la comunidad de aviadores me comentó que acá es muy lindo, hace unos días atrás yo no conocía Ovalle y ahora que lo conocí me gustó mucho”.
En su tiempo de estadía en la capital provincial, Andreas destacó ciertos aspectos que le llamaron la atención, tales como la agricultura y la infraestructura histórica la ciudad.
“En Ovalle hay muchas frutas, por ejemplo uvas y almendras, en Alemania se venden frutas de Chile, pero uno no tiene la idea de cómo es. También me llamó la atención ver que Ovalle tiene dos hospitales, un hospital nuevo y un hospital viejo, también pude ver antes de aterrizar que habían muchos ferrocarriles antiguos y me preguntaba por qué, todas esas son cosas interesantes de aprender, aprovecho de hacer preguntas sobre cómo es la ciudad y desde qué año existe”, comenta.
El presidente del Club Aéreo de Ovalle, Marcelo Corral Barrios, declara que se sienten honrados por esta visita, y destaca varios factores de esta, “la importancia de esta visita tiene varios puntos de vista, una es destacar a nuestro aeródromo por el paso de esta nave y de viajes tan largos como el que está haciendo este piloto, por otro lado hay que destacar la comunicación que tenemos entre pilotos para generar estas instancias, Andreas también nos contó toda su experiencia, la cual tomamos de la mejor manera”, indica.
“Estuvimos con él, almorzamos juntos, tratamos de atenderlo lo mejor posible, para que él y otros pilotos que vengan sientan que llegan a su casa, a un lugar familiar. Cuando uno anda de viaje, sobre todo para él que está volando solo, la soledad no es muy buena compañera, entonces tratamos que en estos pocos días se sintiera acompañado”, agregó.
Nuevos destinos esperan
Tras descansar por cerca de dos días Andreas se despidió de Ovalle en la mañana de ayer, viernes 18 de febrero, emprendiendo rumbo hacia Santiago, en donde permanecerá hasta mañana domingo.
Su viaje en Chile continuará hasta Temuco, para desde ahí cruzar la cordillera de Los Andes hacia Neuquén, Argentina.
Luego subirá hacia el norte para llegar a Buenos Aires, el cual era su destino final en primera instancia, pero ahora agregará un vuelo hasta Uruguay para concluir su aventurera experiencia.
“Mi propósito es promover los viajes y la aviación”, concluyó.
Vuelos populares
El Club Aéreo de Ovalle se encuentra planificando su evento de vuelos populares, los cuales consisten en un recorrido en avión por sobre la ciudad de Ovalle a un bajo costo que todavía no es definido.
Estos se realizarán en próximo sábado 5 y domingo 6 de marzo, “estamos pidiendo todos los permisos y preparando todo para tener vuelos populares, vamos a publicitarlos por redes sociales para que venga la gente y disfrute de esto que a veces parece tan extraño y lejano para la población”, señaló el presidente del club, Marcelo Corral Barrios.
“Será una bonita actividad, sobre todo para los niños, ya que muchos no han tenido la posibilidad de volar, además esto es más cercano y se siente más vivo que un vuelo en un avión comercial”, agregó.