Unidad de Paciente Crítico del Hospital cumplió dos años de funcionamiento ante la emergencia sanitaria

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    José Rojas, Médico de la UPC

    El 23 de marzo del año 2020 comenzó a realizarse el traslado de dependencias del nuevo Hospital Provincial de Ovalle y el día 26 del mismo mes inició sus operaciones su Unidad de Paciente Crítico (UPC), mientras comenzaban a aparecer los primeros casos de COVID-19 en la comuna. Los funcionarios de este trascendental dispositivo de salud llevan dos años luchando con los efectos de la pandemia y afirman que ha sido uno de los momentos más difíciles en sus carreras.

    La UPC del Hospital de Ovalle ha sido el lugar donde se han visto los efectos más graves del coronavirus, ya que en este recinto se trata a las personas que desarrollan un cuadro agudo de esta infección, sobre todo cuando empezaron a aparecer los primeros casos.

    Según explica el director (s) del recinto hospitalario, Dr. René Cevo, “desde que se iniciaron las funciones en este establecimiento a la fecha hemos tenido 506 egresos de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) con diagnóstico de COVID-19, de los cuales 307 requirieron ventilación mecánica, que es un procedimiento para asistir a los pacientes en sus funciones respiratorias que es muy invasivo, por lo que el personal a cargo ha sido uno de los más exigidos por esta pandemia”.

    Tratamientos

    El nuevo Hospital de Ovalle hoy cuenta con 18 camas de tratamientos intermedios y 12 camas de cuidados intensivos, siendo estas últimas el lugar donde se atienden los pacientes en estado grave de toda la provincia de Limarí y en algunos casos, también desde Choapa.

    Estas camas siempre están ocupadas por personas que luchan por sus vidas tras ser afectados por alguna patología, algún accidente de alto impacto o procedimiento quirúrgico de alta complejidad. Es por ello que los pacientes más afectados por el COVID-19 aquí pudieron salir adelante y superarlo, como también algunos de ellos vieron agotadas su fuerza vital por el daño que produce la enfermedad.

    Gracias a los efectos positivos de la vacuna contra el Sars-Cov-2, muchas personas que han sufrido esta patología recientemente han desarrollado síntomas leves, lo cual ha significado un descenso en los requerimientos de cuidados intensivos para recuperarse.

    Esto actualmente se ve reflejado en que en el Hospital de Ovalle se encuentra sólo cuatro pacientes hospitalizados en la UCI del recinto con diagnóstico de COVID-19, mientras que el resto corresponde a otras patologías graves relacionadas a condiciones crónicas que no han podido ser atendidas correctamente por la misma pandemia.  

    Película de terror

    El Dr. José Rojas, médico de la UPC del Hospital de Ovalle, trabaja en el recinto desde el año 2016, cuando todavía no existía ningún indicio de la emergencia sanitaria que se avecinaba.

    Según el profesional, el momento más difícil de la pandemia fue “cuando teníamos más pacientes hospitalizados y conocíamos menos la enfermedad, ahora posiblemente ya la entendemos más, tenemos dos años tratándola, estudiándola y capacitándonos, agregando también el efecto positivo de la vacuna y la concientización de las personas sobre el virus…pero al principio no sabíamos muchos y teníamos miedo, era como una película del apocalipsis”. 

    El médico afirma que, si bien existe un desgaste en los equipos de cuidados críticos, también hay una gratificación profesional para todos los funcionarios en cuanto a la experiencia laboral ganada durante la emergencia sanitaria.

    “Estamos aquí haciendo lo correcto y lo que la pandemia nos ha permitido aprender… hemos crecido, antes teníamos que guiarnos bien seguido por referentes de La Serena y Coquimbo, mientras que ahora hemos podido lograr un equipo totalmente a la altura de todos los desafíos”, consignó el profesional.

    Una familia

    Yamile Cordovez, es enfermera de la UPC y lleva 25 años trabajando en el hospital de Ovalle. Afirma sin dudar que la pandemia “ha sido el momento más difícil de mi vida”. La profesional con vasta trayectoria en salud afirma que el coronavirus “era algo nuevo, antes habíamos vivido los efectos del virus de la influenza H1N1, pero con el COVID-19 las medidas preventivas eran más extremas, por lo que a todos nos afectó”.

    Esto tiene que ver con que los funcionarios de la UPC deben utilizar constamente equipos de protección personal que extremen su seguridad y poder continuar la atención de pacientes afectados por el virus, lo cual pone un grado mayor de exigencia para sus funciones diarias.

    La profesional explica que enfrentar momentos duros dentro de la atención de pacientes graves ha hecho que los equipos involucrados en este tipo de atenciones sean muy unidos, asegurando que “siempre hemos sido como una familia”.

    Cordovez es parte de una generación que ha visto el salto exponencial de los cuidados de paciente crítico que ha habido en Ovalle, recordando que “antes en el hospital antiguo teníamos sólo camas UTI y estábamos comenzado a trabajar con unas pocas camas UCI, hoy contamos con muchas camas críticas, lo cual ha sido un gran desafío y un salto en la calidad y complejidad de nuestro hospital”.