Por Romina Onel
Si bien la situación hídrica en el país y particularmente en la Región de Coquimbo es crítica, -debido a que enfrenta una de las crisis hídricas más graves en los últimos años-, las recientes precipitaciones han permitido afrontar el panorama actual desde otro cariz.
Con respecto a esto, el Seremi del Ministerio de Obras Públicas (MOP), Javier Sandoval señaló que "según la información recopilada por la Dirección General de Aguas, tenemos superávit de precipitaciones en la mayor parte de la región” y especificó que “Ovalle tiene 131 mm de agua caída con un 96% de superávit ”.
En cuanto a las proyecciones que se tienen desde septiembre en adelante, Sandoval aseguró que “tenemos índices positivos en la cantidad de nieve en nuestra cordillera, impacto que recién podremos cuantificar en la temporada de deshielos que comenzará a fines del mes de agosto y cuyo análisis nos permitirá proyectar de mejor manera la temporada 2022-2023”.
Sumado a esto y respecto al estado de los embalses, Sandoval especificó que “ha existido un leve aumento en la capacidad total de agua embalsada en la región, la cual ya alcanza un 15% de acumulación, es decir cerca de 191 millones de m3 de un total de 1304 millones de m3 que es el total de la capacidad que tiene nuestra región”.
Sin embargo, -y aunque estas cifras son alentadoras para proyectar lo que queda de este año en materia hídrica-, el Seremi del MOP recalcó que “no debemos olvidar que seguimos en medio de una megasequía de más de 10 años, con embalses como Cogotí con índices bajo el 10% de acumulación de agua, por ello es fundamental que sigamos trabajando en una correcta gestión y distribución del recurso hídrico que tenemos disponible".
A la espera de los deshielos
En relación a los efectos de las precipitaciones en la cantidad de agua embalsada en la Provincia del Limarí, el director del Laboratorio PROMMRA ULS y el Consorcio Centro Tecnológico del Agua Quitai Anko, Pablo Álvarez detalló que “La Paloma, -que es el pulmón principal de la cuenca del Limarí-, antes de estos eventos estaba con 81 millones de m3 y después del evento que ocurrió, -sin contar el día sábado-, estaba en 91 millones, de hecho llegó a tener entradas de más de 130 m3 por segundo, lo que es súper importante, considerando que durante la sequía en algunos instantes el caudal fue 0”.
Álvarez, -quien además es doctor en Gestión de Recursos Hídricos-, también explicó que “aún es temprano para decir cuánta agua va a llegar a los embalses cuando se produzcan los deshielos, pero a fines de julio realizaremos un seminario, para presentar los resultados de las modelaciones y el derretimiento de la nieve que hay acumulada para la temporada que viene”.
Ahondando esto último, el director del PROMMRA afirmó que “lo interesante no es la cantidad que precipitó en total, si no que el área en la que nevó es mucho más grande de lo habitual, por lo tanto puede haber un deshielo más o menos considerable en la temporada de primavera-verano”.
Nuevos sistemas frontales
Por su parte, el meteorólogo Cristobal Juliá también se refirió a este tema y destacó que “hay varios sectores de la región que presentan un superávit y aunque esto mitiga un poco los efectos de la megasequía, aún no se resuelve el problema estructural que tenemos” y argumentó que “para que se dé una recuperación sustancial no basta con uno o dos eventos de precipitaciones, para eso requerimos al menos de 3 a 4 años consecutivos con estas condiciones”.
Respecto a la posibilidad de que un evento de precipitaciones como este se repita en el corto plazo, el meteorólogo manifestó que “no creo que se dé con la misma intensidad, pero estamos en pleno invierno, así que aún nos queda el resto de julio y todo el mes de agosto, -que son los meses estadísticamente más lluviosos del año-, además se está observando incursión de nuevos sistemas frontales que vienen desde el sur de Chile, así que no me extrañaría que en lo que queda de invierno algo más de agua nos cayera”.-