Expertos analizan el preocupante escenario hídrico de la Región de Coquimbo

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    Por Romina Onel / Región de Coquimbo 

     

    Recientemente desde la Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP) se dio a conocer que la cantidad de nieve almacenada en la cordillera es prácticamente nula, al igual que abril del año pasado. Esto según el informe emitido por la Dirección General de Aguas (DGA).

    También revelaron que según el boletín N°540 de la DGA, para el mes de abril del 2023, se tiene que el embalse La Paloma solo tiene almacenado el 8% de su capacidad máxima, el embalse Puclaro el 14% y el embalse Cogotí el 10%.

    En detalle se tiene que, comparado con el mes de abril del 2022, los dos embalses de la cuenca del Elqui disminuyeron la cantidad de agua almacenada a abril del 2023. El caso del Limarí es similar, pese a que Cogotí subió de cero millones de m³ (mill-m³) a 15 mill-m³ almacenados, la disminución del embalse La Paloma de 84 mill-m³ a 61 mill-m³, desequilibró la balanza.

    La cuenca del Choapa es la única cuya cantidad de agua almacenada a abril del 2023 es mayor, la que subió de 5 mill-m³ a 25 mill-m³.

     

    EXTREMAR LAS MEDIDAS DE CUIDADO

     

    Debido a este escenario, el Encargado del Eje Hídrico de la CRDP, Cristian Baquedano, indicó que “si analizamos los datos expuestos en el boletín de la DGA, veremos que la situación hídrica regional es realmente compleja, porque a la fecha no tenemos nieve en ninguna provincia, por lo tanto, tenemos cero reservas, siendo que, según los promedios históricos, en el caso del Limarí, debería haber al menos 42 centímetros, ni hablar del Choapa, donde deberían haber 95”. 

    Respecto al agua embalsada, según Baquedano “las reservas hídricas han venido disminuyendo desde el 2017 a la fecha, de hecho, El Puclaro se encuentra en un 14% que corresponde a 29 millones de m³, que es el agua que demanda La Serena y Coquimbo, por lo tanto, esta cantidad de agua solo nos permitiría el consumo urbano de la conurbación”. 

    “La Paloma, que es el embalse más grande que tenemos en la región, sólo cuenta con 61 millones de m³, lo que corresponde sólo al 8%, así que la situación es muy compleja y si bien se espera que este año sea lluvioso por los efectos del fenómeno de El Niño, las precipitaciones a la fecha están muy por debajo del promedio histórico, ya que sólo Vicuña tiene 6,1 milímetros con un promedio de 5,9, por lo tanto está en un año normal, pero en Illapel han llovido 2 milímetros y ya deberían haber 10”, advirtió Baquedano. 

    El encargado del Eje Hídrico también alertó que “todas nuestras esperanzas están puestas en el fenómeno de El Niño, pero si no llueve hay que preguntarse qué vamos hacer, por lo tanto desde la CRDP llamamos a extremar las medidas de cuidado y a que las entidades que correspondan inicien las inversiones para mejorar la infraestructura y la seguridad hídrica de la región”. 

     

    NO ES NOVEDAD

     

    Por su parte, el Director del Laboratorio de Prospección, Monitoreo y Modelación de Recursos Agrícolas y Ambientales (PROMMRA) del Departamento de Agronomía de la Universidad de La Serena (ULS), Pablo Álvarez, aseguró que “no es una novedad que en esta época del año no haya reservas en la cordillera, es habitual que desde marzo a mayo haya poca nieve”. 

    Ahondando en esto, el experto señaló que “lo que debería preocuparnos es que el caudal basal que se está generando en la cordillera sea más bajo que el del año 2022 a esta misma fecha, pero lo que se tiene en estos momentos en las partes altas de las cuencas del Elqui, Limarí y Choapa, es que los caudales son levemente superiores a los del año pasado”. 

    Sin embargo, el experto reconoció que “lo que sí es un poco más preocupante, es que las reservas de los embalses son relativamente bajas, lo que dentro de todo también es normal en esta fecha, ya que aún no han ocurrido precipitaciones”. 

    Según Álvarez, para poder planificar y desarrollar una actividad humana y económica, “es necesario que nuestros embalses se rellenen nuevamente a niveles adecuados, es decir sobre un 70% de su volumen, pero para que eso pase, debe llover anormalmente, que es lo que se espera”.

    Pese a esto, el director del PROMMRA recalcó que el efecto de El Niño se ha ido corriendo hacia fines del invierno, es decir, en los trimestres de junio, julio y agosto o julio, agosto y septiembre, haciendo hincapié en que “lo más probable es que El Niño se de en una condición moderada, es decir, 80 milímetros en La Serena, alrededor de 100 en Ovalle y arriba de 180 en Salamanca, pero eso no resuelve el problema, porque se necesita bastante más para rellenar acuíferos y espacios porosos de la cuenca”. 

    Referente a la posibilidad de racionamiento hídrico en caso de que no se den las esperadas precipitaciones, el experto argumentó que “nunca ha ocurrido que no llueva nada y aunque la sombra del racionamiento está siempre, hoy existen herramientas legales, como el Art. 314 del Código de Aguas, que establece la prioridad del recurso hídrico para el consumo humano en condición de escasez, por sobre el consumo de otras actividades”.