Felices y orgullosos, así se mostraron este viernes los 271 egresados de Carabineros que desde el 18 de enero formaron parte de la escuela de Formación ‘Grupo Ovalle’. La ceremonia que fue presidida por autoridades nacionales, regionales y locales, se llevó a cabo en el Patio de Honor del propio establecimiento.
Los nacientes efectivos consignaron el llamado ‘Juramento de Servicio’, el segundo más abultado del país, es decir, con mayor cantidad de componentes. Asimismo, la institución premió a los ex alumnos que destacaron en su proceso formativo. Todo en medio de un férreo ambiente familiar. Y es que cientos llegaron desde regiones tan distantes Como Arica y la Araucanía hasta la calle Igor Stravinsky de la población Media Hacienda para festejar al ahora, carabinero del hogar.
Al respecto, el jefe de la Zona Control de Orden Público, Aldo Vidal, manifestó que “un egreso siempre, en cualquier parte de Chile, donde tenemos diez escuelas, es un aliciente para la gente, que espera permanentemente más carabineros en las calles. Esta es la respuesta de la institución”.
“Ovalle es la segunda escuela más grande después de Santiago y la salida de estos 271 jóvenes viene a reforzar la demanda en las distintas ciudades”, complementó en representación del general director de Carabineros.
Uno de los que subrayó en el aula de clases fue Kevin Fuentealba, el denominado ‘primera antigüedad’. Se lució siendo el primer egresado con el mejor promedio de la promoción 2017.
El prematuro carabinero agradeció a “dios, mis padres y los instructores que me enseñaron la doctrina de Carabineros, que somos la frontera entre la delincuencia y la comunidad”.
En relación al proceso formuló que “fue de mucho esfuerzo; muchas veces preferí estudiar que dormir, pero todo sacrificio tiene su recompensa”.
Al ser consultado por su galardón, respondió que sinceramente “no esperaba obtener el primer lugar (…) el semestre anterior tuve la segunda antigüedad y en el segundo traté de superarme a mí mismo”.
Además, develó que desde muy pequeño tuvo la intención de vestir el traje verde. “Siempre me gustó el uniforme. A los 14 me preguntaron qué quería ser y respondí carabinero con mucha seguridad. Ahora que tengo 20 años lo logré y creo que para mis familiares es un gran orgullo”.
Al mismo tiempo, el santiaguino que recibió una medalla por parte del general director del organismo y el premio Intendencia Regional, dejó en claro que quiere “ser un buen carabinero. Creo tener los valores que me enseñaron mis padres, los cuales fueron reforzados aquí en la escuela”.
La segunda antigüedad recayó en Isaac Soto, quien fue reconocido con el premio IV Zona. Finalmente, Mario Bravo fue condecorado por sus pares como el mejor compañero y cogió el galardón del Círculo de Jefes y Oficiales de la región de Coquimbo.
Cabe destacar que los protagonistas de esta nota fueron partícipes en los protocolos que se activaron durante el mes de mayo, cuando producto de las lluvias los ríos de la región aumentaron considerablemente su caudal, afectando a la población. Por si fuera poco, formaron parte del censo 2017, cubriendo los puestos vacíos, sobre todo en el sector rural.
En este escenario, el intendente regional, Claudio Ibáñez, comentó que “se desplegaron durante el frente climático de mayo en ayuda de las provincias de Limarí y Choapa, que tuvieron muchos problemas frente a las lluvias que generaron zonas aisladas y donde Carabineros resguardó la vida de muchas personas, con eventos de alta connotación pública, por ejemplo en diferente embalses”.
“Por otro lado, ayudaron a nuestra región en sectores rurales durante las labores del censo. Luego de ser capacitados cooperaron donde hubo falta de censistas”, agregó la máxima autoridad regional.
Bajo la misma línea, pero desde la vereda de al frente, Fuentealba explicó que “por los problemas climáticos hubo inundaciones en la zona y ayudamos todo el día y toda la madrugada, pero sentimos satisfacción, porque como dicen nuestros instructores, somos un servicio público”.
¿Qué viene por delante para los recientes agentes de la seguridad? Entre el 15 y el 18 de enero, serán parte del resguardo al Papa en su visita a las ciudad de Iquique. Posteriormente, conocerán su lugar de trabajo en la bautizada ‘ceremonia de destinación’.