Cosiendo, pegando y tiñendo, así se la llevan Juan Luis Albanez, Carlos Albanez, Pedro Maluenda, Carlos Molla y Ricardo Vega, los cinco trabajadores que día a día reparan decenas de calzados y carteras en el tradicional local de calle Arauco, ‘Reparadora Automática’.
“Estoy acá desde el año 80, egresé de cuarto medio en el Liceo Politécnico, de ahí comencé a trabajar en este rubro de la reparación, son 36 años hasta ahora y cuando llegué, la reparadora ya tenía 23 años de vida. Primero estuvo 12 años donde ahora está la tienda de Claro, al lado del Oasis y después se trasladó al lugar actual. Este local fue comprado a los Yagnam, antes era parte del comedor del Gran Hotel”, comenta Juan Luis Albanez, el actual dueño de la tienda.
Bajo la misma línea, habla del negocio a través del tiempo. “En este trabajo, las ventas son muy ondulares, a veces las cifras suben, a veces bajan, hay temporadas buenas y temporadas malas. Cuando aparecieron los calzados chinos, tuvimos una baja considerable, pero ahora hemos logrado repuntar. Dentro del año también hay temporadas muy buenas y otras muy malas, en marzo es cuando nos va mejor, por el tema de los zapatos de colegio y cuando nos va peor es en verano, la mayoría de la gente, se va a la playa, usa chalas o anda a pies pelados”, argumenta entre risas.
“En este momento trabajamos cuatro personas y gracias a dios tenemos trabajo todos los días. También, como usted puede ver, muchos de los trabajos que realizamos no son retirados, lo cual genera una pérdida. Todos los zapatos y carteras que quedan acá se van a la bodega y después de un tiempo se botan a la basura, el local es muy chico para quedarnos con todos”, consigna sobre el actual momento de la antigua reparadora.
De igual modo, Albanez habla de las proyecciones que tienen a futuro para mejorar el servicio. “Quiero tratar de modernizarme con algunas máquinas, ya estamos viendo por Internet para importar una máquina para coser suela y goma, para así hacer todo automático, más rápido. Ahora el tiempo es un factor primordial, antes era todo más relajado”.
Pedro Maluenda, trabajador que lleva cerca de 30 años en el trabajo de la restauración, asegura que su especialidad “es hacer de todo, estoy del año 87 acá, entonces sé harto del rubro. La relación entre los trabajadores es muy buena, porque todos nos dedicamos a hacer la pega, nadie saca la vuelta por así decirlo”.
EL TRISTE RECUERDO DEL 2006
Juan Luis Albanez, el encargado de llevar el tejemaneje de establecimiento, se da el tiempo de recordar un triste hecho y a la vez, detallar cómo lograron salir adelante. “Siempre dejábamos cerrado pero sólo con rejas, sin cortina metálica, esto por la ventilación del diluyente, las tintas y el pegamento. Y bueno, un día, salieron unos chicos de una disco en calle Independencia, se pararon frente a la tienda, comenzaron a tirar papeles con fuego y salieron corriendo. El guardia del Santa Isabel los vio, vino a revisar y se encontró con el incendio. A mí me avisó un amigo, bajé inmediatamente, pero ya era muy tarde, la pérdida fue bastante”.
“Logramos salir adelante gracias a nuestras propias necesidades y al valor que le tenemos a nuestro trabajo. Me conseguí un crédito en el Banco del Desarrollo, quienes se portaron muy bien, reparé algunas máquinas, compre otras y salimos a flote”, finaliza.