Aunque su cédula de identidad refleja que “legalmente” nació el 7 de enero de 1924, sus familiares estiman que “Abuela Romelia” pueda tener entre 103 y 104 años de edad, ya que ella misma asegura que cuando la llevaron al registro para "presentarla formalmente”, ya tendría entre seis o siete años de edad. Pero para zanjar las diferencias y conjeturas, su familia decidió celebrarle esta semana su centenario de nacimiento, eso sí, cumpliendo con todos los protocolos sanitarios de rigor.
Esmeralda del Rosario Geraldo (aunque en algunos documentos aparece como Jeraldo) o “Romelia” como la conocen muchos, es ovallina de nacimiento y celebró este jueves junto a algunos de sus familiares, su centenario de nacimiento en su casa de la población Carmelitana, donde vive desde los años 60 cuando esa población apenas se estaba levantando.
Aunque de poco hablar, cuando lo hace refleja el tino y una memoria que todavía no ha perdido. Es capaz de recordar fechas y momentos, diligencias por hacer y hasta los nombres de sus familiares. Se vale por sí misma y es buena para la talla cuando consigue una oportunidad, porque la lucidez se mantiene intacta.
Su salud es envidiable y no se le ha prohibido ningún alimento, porque para su edad ninguna comida le afecta. Por lo general habla a través de su hijo menor y su nuera, Rubén y Ivonne, con quienes vive desde hace varios años, aunque antes vivía sola.
“Ella se mueve por toda la casa sin problemas, val al patio a revisar sus plantas, va por la cocina a ver qué estamos preparando, sale al frente y saluda a los vecinos. Se levanta y se vale por sí misma. Es muy independiente”, cuenta Rubén.
Los trabajos
Su vida laboral transcurrió trabajando como empleada doméstica de familias muy acomodadas, tanto de Ovalle como de Santiago, a donde se fue por algunos años a probar suerte y logró establecerse con varias familias.
“Ella trabajó con la familia Garrido, con la familia Durruty, con la familia Salamanca Jorquera, con el antiguo Gobernador del Limarí Omar Elorza, con Rodolfo Walker, y con otras familias de la época. De alguna manera la recomendaban entre ellos por su trabajo porque era muy querida por cada familia. Todos se conocían porque era una ciudad más pequeña”, indicó el hijo menor de Esmeralda.
Actualmente vive con Rubén, quien administra un emprendimiento de almuerzos y colaciones en su casa llamado, por razones obvias, “La Casa de la Abuela”, donde algunas de las recetas y preparaciones son legados de Doña Esmeralda.
“Yo aprendí a cocinar por ella, ella fue quien me enseñó y algunas preparaciones. Cuando preparamos la cazuela de vacuno que ella me enseñó, es el primer plato que se termina. El charquicán también tiene un toque muy de ella y es muy pedido por los clientes”, aseguró.
Extensa familia
Señala Rubén que la Abuela Romelia recuerda a todos sus familiares, y los nombra a casi todos. Actualmente tiene Tres hijos, 15 nietos, 33 bisnietos y 24 tataranietos, más una “sobrina regalona”, y aunque están repartidos entre La Serena, Copiapó, Ovalle y Sotaquí, le visitan frecuentemente, en la medida de las posibilidades sanitarias, para saludarla y pasar un rato con ella.
Recuerda Rubén que hace unos cinco o diez años atrás, él vivía en Iquique, y que para celebrar su cumpleaños la señora Romelia siempre viajaba hasta esa ciudad del norte y festejaba por varios días.
“Siempre le gustó mucho la fiesta, en Iquique celebrábamos hasta con mariachis. De hecho el jueves nos dijo que estaba triste porque esta fiesta había durado muy poco”, comentaba entre risas.
Cuentan que viajaba sola en autobús hasta el norte, con más de 90 años, hasta que por razones médicas no le permitieron hacer esos viajes tan largos.