En tiempos de coronavirus, uno de los segmentos más desprotegidos es el de las mascotas en situación de calle, que aunque tienen ángeles protectores que les buscan refugio y alimentación, por diversos factores no pueden cubrir la totalidad de la población en riesgo.
La Fundación Cachupines sin Hogar protege actualmente a unos cien perros en su refugio, y cuenta con el apoyo de benefactores e instituciones quienes les ayudan a costear sus gastos, aunque siempre habrá alguna falencia, sobre todo en tiempos de cuarentena.
Una de las coordinadoras de la organización, Kelsa Torres, explicó a El Ovallino que gracias a la preparación y a un par de proyectos sociales que han podido ganar de parte de organismos públicos, han podido solventar los gastos de mantención de los animales, aunque hay factores asociados a la pandemia, que todavía faltan por resolver.
“Uno de los programas que ha tenido una pausa en medio de la pandemia es uno sobre esterilización y atención de perritos comunitarios, otorgado por Subdere, que abarca a unos 300 perritos, y aunque ya está por terminar, tuvo una pausa forzosa porque el consultorio veterinario con el que trabajamos estuvo varias semanas cerrado por la cuarentena. Ahora es difícil conseguir una hora disponible”, indicó Torres.
Programa casi listo
Por otra parte también lograron adjudicarse un proyecto del Consejo Regional, apoyado por el consejero Juan Carlos Codoceo, que fue para alimentación de los canes del refugio y para dictar charlas de tenencia responsable a las comunidades de Huamalata, Villaseca y Recoleta.
“Otro de los fondos con los que contamos es con uno municipal, que se aprobó en el Concejo Municipal de Ovalle en diciembre, y que logra cubrir los gastos de alimentación del refugio, explicó Torres.
“Tenemos un trabajador en el refugio a quien le disminuimos las horas de labores, pero fue por su propio resguardo, porque es un trabajador mayor a quien es mejor que trabaje medio día y pueda estar seguro en su hogar”.
Una de las preocupaciones de las organizadoras de la fundación, es que ha bajado el número de solicitudes de adopción tras el inicio de la pandemia.
“Ha bajado la participación de los voluntarios y también el número de adopciones. Aunque en momentos de cuarentena es cuando más falta hace tener la compañía de una mascota”, advirtió Torres.
Destacó que este jueves una nueva mascota, en muy precarias condiciones, logró ser rescatada de las calles. Se trata de una perrita que consiguieron en las cercanías del colegio Amalia Errázuriz y a la que le han dado los respectivos cuidados.