Agricultores del secano costero ante los daños de la primera helada

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    Con hojas y forraje secos, quemados producto de la primera helada de la temporada, frutos y hortalizas que se resguardan bajo la sombra de esas ramas que se perdieron semanas atrás, y una estimación de daños todavía sin determinar, agricultores del sector El Progreso, en el secano costero de Ovalle, apuestan por recuperar los tomates y morrones que pueden salvar y cosechar los pepinos dulces y otras frutas que no se afectaron en el evento climático de hace dos semanas.

    Unos 25 agricultores trabajan y cosechan la tierra en la zona, específicamente en la vieja ruta utilizada para llegar al parque Bosque Fray Jorge, donde más de 100 hectáreas de terreno le dan oportunidades de trabajo a vecinos de las diferentes localidades cercanas.

    Uno de los productores y presidente de la Cooperativa de Agricultores de Tamaya, Horacio Rojas, señaló a El Ovallino que pasado el fin de semana en el que los termómetros marcaron -2° Centígrados, ahora el deber es levantarse y seguir con lo que tienen.

    “Todavía estamos en el período de evaluación de los daños de las primeras heladas de la temporada. Las pérdidas no se dimensionan sino hasta que lleguen las cosechas que es cuando cada agricultor va a saber cuánto daño tuvo en su siembra. En mi caso el daño mayor lo tengo en choclo y morrón, aunque en gran parte de la siembra del tomate se notan las pérdidas”, explicó Rojas.

    La cooperativa que dirige la integran agricultores de El Progreso, Cerrillos de Tamaya, Los Olivos y Santa Cristina, con unos tres años en formación y con el objetivo de consolidación y fortalecer el gremio en la zona.

    “Los miembros de la cooperativa todavía están evaluando los daños, y aunque fueron muchos, no fueron tantos como en otros años que las heladas han sido más intensas”.

    Herramientas

    Estima Rojas que si bien el Seguro Agrícola es una herramienta valiosa y de ayuda al productor, un par de detalles se pueden mejorar de  ésta.

    “El Seguro  parte en agosto y cubre hasta el 15 de junio, aunque para cultivos como el tomate ya quedan fuera de la cobertura. Los seguros sirven mucho cuando es pérdida total, pero cuando el daño es del 50% no se paga en el momento porque se supone que el productor se recupera con lo que queda bueno. Se hace una evaluación, y si hay un 50% que se puede cosechar, se empieza a cosechar. Luego con las facturas de ventas demuestra cuánto vendió y cuanto se perdió y allí la aseguradora paga la diferencia, si es que fuera necesaria”, señaló.

    Advirtió que la manta térmica para proteger la siembra es muy costosa, cerca de un millón y medio de pesos por hectárea. “Son muy buenas y ayudan, pero sirven para una temporada, y es un costo que se le suma a una hectárea, y no solo en la compra, sino en la instalación y en la mantención que hay que hacerle, porque para cosechar hay que quitarla y luego volverla a colocar con cuidado, así que en tiempo y trabajo es un costo asociado”.

    Refirió que para la compra del manto no hay un proyecto o un subsidio para postular, sino que el productor puede solicitar un crédito para que el Indap le apoye.

    “Si uno tiene cupo o una línea abierta, uno lleva la cotización y el Indap te aprueba el crédito para poder comprar la manta”, aseguró.

    Cercano al cliente

    Destacó el dirigente gremial que el tomate, morrones y otras hortalizas las venden en cada galpón de cada predio a un transportista que luego las lleva a Santiago, principalmente a Lo Valledor.

    “Como cooperativa intentamos incluso en algún momento en 2020 llevar nuestros productos nosotros mismos al mercado de Lo Valledor, y nos fue mal, por los gastos administrativos asociados, por lo difícil de entrar a ese mercado, pero la idea es seguir intentando, porque como cooperativa lo que intentamos es tener una venta lo más cercana posible al consumidor, para acortar la brecha entre el productor y el consumidor final, sin que pasen por tantas manos”, agregó Rojas.