A días de que Gendarmería celebrara su octogésimo quinto aniversario y el día nacional del Gendarme (30 de noviembre), el capitán titular del Centro de Detención Preventiva de Ovalle, Erick Jara, reafirma el compromiso institucional y detalla cómo funciona actualmente la institución y el servicio que se presta en la realidad penal chilena luego de la Reforma Procesal Penal.
-¿Cómo evalúa la situación de la institución actualmente?
“Gendarmería de Chile ya tiene 85 años, por lo tanto, somos una institución consolidada y dentro de Latinoamérica el sistema penitenciario chileno es el que ha tenido mejor aceptación. Constantemente estamos recibiendo visitas desde el exterior; últimamente de Ecuador, Perú, Brasil, Argentina que vienen a conocer nuestro modelo penitenciario. Primero como trabajamos en Gendarmería y como hemos crecido en lo que es infraestructura, principalmente las cárceles concesionarias y ya a la fecha tenemos ocho cárceles concesionadas funcionando.Eso ha sido un tremendo avance en todo sentido, en la gestión que realizamos, en el servicio que prestamos; y principalmente a lo que le hemos estado dando bastante énfasis como institución; en lo que es respetar los derechos humanos de nuestra población penal.En ese aspecto hemos avanzado porque realidades de otros países que son nuestros vecinos, sus sistemas penitenciarios son súper arcaicos”.
-Comparativamente, ¿Cómo podríamos establecer ciertas diferencias entre los modelos que hay?
“Por ejemplo, en cárceles de Perú hay mucho hacinamiento. El hacinamiento de la población penal es tremendo. Nosotros desde hace aproximadamente diez años, hemos estado trabajando fuertemente para evitar el hacinamiento. Y ¿Cómo se ha hecho?, porque estas ya son políticas de Estado. ¿Cómo lo ha hecho el Estado chileno para solucionar este problema de hacinamiento? Construyendo nuevas cárceles; y ahí nacen las cárceles concesionarias que en la región de Coquimbo tenemos la cárcel de La Serena. Huachalalume es una cárcel nueva, con el modelo concesionado, que significa que la empresa que la construye se adjudica por 20 años de la mantención del recinto, de entregar todos los servicios que en el interior se le prestan a la población penal, tales como: la salud, la alimentación, lo que es el servicio de lavandería, el aseo y control de plaga, la educación, todo eso está licitado, hay una concesión. Existe una empresa que presta esos servicios, a diferencia de la cárcel tradicional, como la de Ovalle, porque este modelo es antiguo. No tenemos una empresa que nos preste los servicios, todo depende de Gendarmería. Entonces con ese modelo de las cárceles concesionarias hemos mejorado y sobresalido del resto de los países vecinos porque ellos aun continúan con sus modelos mucho más antiguos y el personal en sí, también con mucho menos capacidades, no hay tanta especialidad. En cambio nosotros nos hemos especializado en diversas áreas al interior de la institución y eso ha permitido que mejoremos nuestros procedimientos”.
-¿Esas especializaciones son una línea de Gendarmería que viene desde siempre o es algo que se ha trabajado con el tiempo?
“Yo creo que le pasó a las policías, tanto Carabineros como PDI, y también a nosotros. Después de la Reforma Procesal Penal, tuvimos que cambiar casi todos los procedimientos, porque todo cambió en el sistema penitenciario; vino un tremendo cambio.
Por lo tanto, nosotros nos hemos especializado más. Por ejemplo, en las cárceles los funcionarios trabajan en la cárcel no más. Para trasladar internos al exterior a los tribunales, a los hospitales, existe un grupo especializado que se dedica exclusivamente a eso; antes no era así. Antes el gendarme de la cárcel era el mismo que iba al tribunal. Eso permite que ese personal se capacite puntualmente en esa función, y en este caso, ¿Qué mejoramos con eso? Evitamos lo que tiene que ver con el tema de la fuga. Y así hemos tenido otras especialidades”.
-¿Usted sabe si Gendarmería tiene estipulado lograr una total y plena cobertura, bajo ese modelo, a nivel nacional?
“Estas son políticas de Estado, por lo tanto, ya el Estado no construye más cárceles con el modelo antiguo. Lo que se está haciendo, es que se está construyendo una cárcel concesionaria en cada región (…) En la de Coquimbo, está la cárcel de Huachalalume que desde el 2006 está funcionando. Eso permitió que esa cárcel descongestionara las otras cárceles, en este caso, la de Ovalle e Illapel.
Ahora tenemos menos reos, pero aquellos más refractarios, se van trasladados a la cárcel de seguridad que es Huachalalume y por eso en este caso estamos con población penal que son de mediana y baja peligrosidad. Nosotros privilegiamos la cantidad de años que establezca la condena, no el delito. Aquí la mayoría de los reos tiene condenas de cinco años, y a lo más de ocho. Pero las condenas más altas, se van trasladadas a Huachalalume.
¿Construir una cárcel concesionaria en Ovalle? No hay proyectos de esos; porque se están privilegiando las instalaciones regionales. Se está dando prioridad a necesidades mayores”.
-Pero aun así, ¿Cómo evalúa usted que funciona la cárcel acá en Ovalle?
“Al descongestionarnos de internos en nuestra cárcel, al ser enviados casi la mayoría obviamente nosotros evitamos lo que es el hacinamiento; y tenemos población penal adecuada para la capacidad que tiene en nuestra cárcel. Eso nos permite a nosotros como Gendarmería entregar un mejor servicio, porque tenemos mayor control de la población penal, porque si bien los recursos que nosotros tenemos son tan amplios, pero si alcanzan para entregar de manera adecuada el servicio.
La principal función que tiene en la actualidad Gendarmería de Chile es respetar y promulgar los derechos humanos”.
Apuesta institucional
-Ustedes también trabajan con el Centro de Reinserción Social que también depende de Gendarmería ¿Cómo se da esa relación con ellos?
“El CRS es una unidad especial que depende de Gendarmería, pero su funcionamiento es totalmente distinto al de una cárcel, allá no hay internos. Al CRS van personas que ya hayan cumplido una pena intramuro, o internos que hayan sido condenados a penas alternativas a la reclusión total en una cárcel”.
-Hace poco fue inaugurado el nuevo edificio para el Centro de Reinserción Social, ¿Qué le parece que se materialicen estos avances?
“Gendarmería se ha ido modernizando. Hasta hace un par de meses atrás, el Centro de Reinserción Social (CRS) estaba funcionando en una dependencia arrendada no con todas las condiciones que necesitábamos. Hace algo más de una semana atrás fue inaugurado el nuevo CRS que está ubicado a un costado del Servicio Médico Legal acá en Ovalle, con una tremenda instalación, con comodidades para los profesionales que trabajen y eso obviamente repercute positivamente en la población penal o en los usuarios que están cumpliendo pena en ese lugar.
El objetivo de ese centro es que justamente se logre o se consolide definitivamente la reinserción en el sujeto que haya infringido la ley en este caso”.
-¿Y ustedes como CDP también tienen medidas para incentivar que las personas se reinserten socialmente?
“Por supuesto. Acá nosotros hacemos algo similar al CRS con la diferencia de que acá es intramuros y todos los servicios que prestamos, los prestamos a la gente que está recluida completamente. Por lo tanto nosotros a ellos les entregamos herramientas para que ellos ya comiencen a cambiar.
Hay internos que han llegado a la unidad sin saber leer ni escribir, sin saber hacer nada, tener algún oficio, nada. Primero que todo, acá se imparte educación que se inicia de primero básico hasta cuarto medio. Tenemos el área de reinserción social con profesionales que se encargan de realizarles diferentes talleres de intervención a la población pernal en aquellas áreas que se hayan analizado probablemente tienen inconvenientes los internos, entonces se les refuerza esa área y a través del área laboral se les enseñan diferentes oficios.
Acá toma fuerza también el apoyo que hemos recibido de otras instituciones que nos han prestado mucho apoyo, por ejemplo en lo que es el tema del Sence. Ellos anualmente nos están apoyando con capacitaciones para nuestra población penal. Por lo mismo este 2015 aprendieron a confeccionar hornos solares, y el resultado fue más de lo que esperábamos. A las damas se les entregó capacitación de manicure y pedicure, y eso les sirve como oficio cuando ellas puedan obtener su libertad”.