El 2016 en la Escuela Óscar Araya Molina se inició el taller de robótica. Desde su puesta en marcha ha ido potenciando cada vez más las habilidades de los estudiantes, además de dotarlos de nuevos conocimientos referentes a la tecnología. En total son cerca de 80 los alumnos que forman parte del taller.
La idea del establecimiento es insertar el tema de la robótica en el currículum normal, “en esos intentos estamos para ir viendo cómo es la mejor manera de incorporarlo en todas las asignaturas, como lenguaje, matemáticas”, explica el director de la Escuela Óscar Araya Molina, Carlos Vargas.
En cuanto a la ejecución de las jornadas educativas, el educador indica, “en los talleres que tenemos se hacen ejercicios con los robots, se van haciendo diferentes actividades que vienen propuestas con los materiales que se compraron. Cuando los adquirimos venían para kínder, pre kinder y primero (básico), otros para los niños de segundo a quinto, y otros más sofisticados para los alumnos de quinto a octavo”, dice.
Torneos
“Los niños han aprendido a programar los robots con el computador para que avancen, doblen, hablen, emitan sonido. Después se hace un enlace. Ahora no estamos trabajando para que ese enlace u orden no sea con cables, sino inalámbrica y desde un celular se pueda mover”, dice Vargas sobre cómo van desarrollando sus conocimientos de cara a las competiciones.
En relación a las competencias en las que han participado, en el año 2017 fueron a Coquimbo a un certamen nacional y obtuvieron el segundo lugar. “El año pasado participamos en Explora Conicyt (Feria Provincial Escolar de la Ciencia y la Tecnología, FPECyT Limarí 2018) en donde ganamos el primer lugar en la categoría de quinto a octavo básico con un robot que tenía que ver con el reciclaje”, afirma.
Uno de los premios que alcanzaron en una de esas competencias fue una impresora 3D, sumando así un total de dos que les permitir seguir desarrollando aún más proyectos.
Pero los desafíos no cesan porque los alumnos están invitados a participar a dos torneos; uno en agosto en la ciudad de La Serena, y otro a fines de mayo en Santiago.
Positivo balance
Para el director de la escuela, los resultados de la implementación del taller de Robótica han sido más que positivos en diversos aspectos. “Creo que es muy importante, interesante y valioso tener el tema de la robótica en la escuela en general y en particular en ésta que es tan vulnerable, tenemos como 97% de vulnerabilidad. Entonces cuando los niños van y ganan un torneo y vuelven con medallas, diplomas y son reconocidos, eso les hace súper bien para su autoestima y para la de la institución”.
De esa forma, “se van generando nuevas oportunidades para que los niños se desarrollen, se sientan felices, cómodos y tengan mejor autoestima”, afirma.
El educador menciona que incluso se ha mejorado aspectos como labia, desplante y expresión oral en general, ya que al principio detectaron que algunos estudiantes tenían dificultades al referirse a sus proyectos durante algunas instancias como torneos.
Gracias a un trabajo interno del recinto, ahora los alumnos son capaces de desenvolverse óptimamente y definitivamente comprobaron que a través de la Robótica pueden desarrollar otras habilidades, “trabajamos en el lenguaje oral porque esa era una debilidad que había (…) Ahora los niños han progresado mucho”, concluye.