A sólo 50 kilómetros de la ciudad de Ovalle se encuentra el poblado de Los Canelos, quienes, a pesar de estar relativamente cerca de la urbe, pareciera que viven mucho más lejos, ya que en el lugar aun no cuentan con unos de los servicios básicos, como es la luz eléctrica.
Tener electricidad en los hogares significa tener iluminación, calefacción, conservación de alimentos (refrigeración) y uso de aparatos electrónicos, pero todo esto no ha llegado a Los Canelos, por ello hoy apelan por tener una mejor calidad de vida con la aprobación de su tan anhelado proyecto de electrificación rural.
Al respecto, Diario El Ovallino tomó contacto la presidenta del Comité Proluz “Última Esperanza”, Janet Andrade, quien comentó la actual situación que viven en Los Canelos y la larga espera que han tenido que llevar por más de dos décadas.
“Antes que yo fuera presidenta esto ya llevaba 15 años de espera, conmigo han sido dos periodos, es decir, son casi 21 años que estamos esperando electricidad rural”, mencionó la dirigente.
AVANCE ESTANCADO
Conjuntamente, la vecina y presidenta del comité agregó que son 65 familias las que están esperando este proyecto, que si bien estuvo en situación de prioridad en algún momento hoy está nuevamente a la espera de su aprobación, así como otros tantos.
“El año pasado estábamos como prioridad dentro del proyecto, habíamos avanzando y tenido reuniones, incluso tuvimos una reunión con la señora Irma Muñoz, encargada de los proyectos regionales (…) pero con el cambio de alcalde nos dijeron que tenían que volver a revisar y que vamos a ver nuevamente si quedamos como prioridad y eso nos preocupa porque vamos a tener que esperar 3 o 4 años más y eso se nos hace difícil”, señaló Janet Andrade.
Asimismo, la dirigente de Los Canelos indicó que estar en este estado se vuelve problemático, ya que la mayoría de los miembros del comité son adultos mayores, que llevan años deseando tener electricidad en sus hogares.
“Encuentro que en pleno siglo XXI, que los habitantes sigan alumbrándose con velas, es difícil y preocupante, porque no todos tienen los recursos para comprar paneles solares”, enfatizó.
CONSECUENCIAS DE NO TENER LUZ
A raíz de esto, la presidenta del comité recalcó lo triste que es ver fallecer a algunos miembros, quienes murieron sin poder tener luz eléctrica.
“De los 6 años que llevo de presidenta, ya han fallecido alrededor de 10 socios y duele, duele conseguir un generador para poder velarlos y que esto siga pasando a pesar del tiempo que hemos esperado”.
Cabe destacar que, a parte de la necesidad que existe en cada hogar, no tener luz también golpea la productividad de las personas, ya que en esta localidad se vive de la agricultura y la ganadería, que también se ve perjudicada con esta falta de electricidad.
“Somos un sector productivo, podríamos mejorar si tuviéramos luz, podríamos ordeñar nuestro ganado usando una maquina ordeñadora. Hoy tenemos que hacer todo manual y depender de los paneles solares y en esta época se vuelve difícil porque los días son de invierno, no hay mucho sol y todo se complica, hay que usar generador y eso es un gasto más para nuestros bolsillos”, apuntó Janet Andrade.
LLAMADO A LA AUTORIDAD
Por otro lado, en relación a la comunicación que existe con la autoridad vigente, la presidenta del Comité “Última Esperanza”, aclaró que, recientemente se tuvo una reunión en terreno.
“La respuesta que nos dieron es que se están evaluando el tema de los comités, porque no somos solos nosotros y ahí veremos si seguimos quedando como prioridad nuevamente. Le hago el llamado a la autoridad, específicamente al alcalde, que tengamos una mesa de trabajo, porque tener luz nos ayudaría mucho”.
En este sentido, la dirigente sostuvo que mejoraría sin duda la calidad de vida de la comunidad, para quienes hacen queso (quienes necesitan cámaras de refrigeración) para los adultos mayores y también para los insulinodependientes que necesitan mantener sus medicamentos refrigerados.
“Esperamos el apoyo del alcalde Jonathan Acuña y que podamos llegar a un acuerdo para trabajar en conjunto por esta localidad que tanto le hace falta la luz eléctrica (…) he visto otras localidades, que están mucho más lejos que nosotros, tienen electricidad y pavimentación, no entiendo porque nosotros seguimos esperando, antes teníamos prioridad y queremos que se respete eso”, culminó Janet Andrade.
RESPUESTA DESDE EL MUNICIPIO
Ante la duda e incertidumbre de la comunidad, El Ovallino solicitó una respuesta desde la autoridad competente, el Secplan del municipio, Jeremías Tapia, quien señaló que actualmente se están haciendo cargo de estos proyectos de electrificación rural (PER).
"Para contextualizar cuál es la problemática que están teniendo hoy estos proyectos para ser viables, hay que señalar que desde un tiempo atrás, los costos de mantención y operación de estos proyectos eran asumidos por la empresa distribuidora de electricidad. Hoy, no existe esa voluntad de poder asumir esos costos, lo que hace que el proyecto en sí, al sumarle esos costos de operación, no da la rentabilidad social bajo la metodología por la cual, se evalúan los proyectos".
"No olvidemos que estos son subsidios que se entregan y que tienen que cumplir esta metodología y cierto monto, para poder obtener recomendación satisfactoria. No obstante, ello, nosotros hemos estado en estos cuatro cortos meses trabajando activamente con el Gobierno Regional, para ver la solución a esta problemática, y también con el Ministerio de Energía", remarcó.
Además, el Secplan relató que la situación que se vive con estos proyectos de electrificación rural, como en Los Canelos, tienen una arista que escapa de las posibilidades del municipio y también del GORE, por esto se está esperando una respuesta por parte de un comité de expertos.
“Lo que estamos haciendo nosotros en este proyecto de Los Canelos, como unidad técnica es avanzar en la actualización de los datos de las personas, de los registros social de hogares de los beneficiarios y en los cálculos propiamente tal del proyecto", finalizó