Las 19.54 horas de este miércoles 16 de septiembre quedarán marcadas para todos los habitantes de la región de Coquimbo. Fue aquel momento cuando el sacudón de la tierra provocó la alarma, angustia y también desesperación entre quienes vivieron in situ el 8.4 grados Richter al oeste de Canela Baja.
El movimiento telúrico con epicentro en el mar estimuló a que el oleaje hiciera de las suyas, dejando a varias víctimas perdiendo sus pertenencias en la costa de Coquimbo, Tongoy, Los Vilos y en las numerosas caletas de Limarí.
Los primeros fallecidos producto de las consecuencias del terremoto en la provincia se registraron en la comuna de Monte Patria. Allí, Victoria Alejandra Flores Jofré (20) falleció aplastada por un rodado en el sector de El Tayán, en la localidad de Tulahuén.
Mientras que Felipe Jesús Aguilera Tapia (19) domiciliado en Pedregal de Rapel, murió en el sector de Campanario, cuando se dirigía en su auto. Sobre el móvil cayó un rodado, falleciendo aplastado.
Además, se encuentra una persona desaparecida, identificada como Yolanda Carrasco, quien reside en Caleta El Totoral. Su familia realizó la denuncia por presunta desgracia en la Comisaría de Carabineros de Tongoy.
Los daños materiales de esta catástrofe son muchos. Los pescadores artesanales de las caletas de la provincia perdieron sus embarcaciones, aquellas que ocupaban a diario para recolectar el sustento a sus familias y las viviendas fueron arrastradas varios metros (ver nota página 6).
Según el último reporte del Comité Operativo de Emergencias, los afectados alcanzan las 133.748 personas, los damnificados suman 2.716 y las viviendas con diferentes daños superan las 900 a lo largo y ancho de Limarí.
El Gobierno de Chile decretó Estado de Excepción, por lo cual la región quedó al mando del general de brigada Schafik Nazal, comandante de la segunda División Motorizada y a la zona llegaron durante el día viernes.
Desde esa jornada, los efectivos policiales comenzaron por evaluar los daños y necesidades en distintos puntos de las zonas afectadas, para que en la jornada sabatina ya trabajaran en el borde costero de la provincia y en las localidades rurales. La principal tarea es despejar los caminos debido a los múltiples rodados y salvaguardar las viviendas que sufrieron mayores daños.
Punitaqui
Desde la comuna de los molinos, el alcalde Pedro Valdivia monitoreó las diferentes localidades de su territorio junto a funcionarios municipales. Catastraron 120 casas y todas las casas de adobe de la comuna estarían inhabitables, debido al poder destructor del terremoto.
Río Hurtado
Al igual que el resto de las comunas, Río Hurtado también sufre con las consecuencias del 8,4° Richter. Una de las infraestructuras dañadas seriamente fue la Iglesia de Tabaqueros. Ese miércoles se realizaba una misa a la chilena, la iglesia estaba golpada de personas. Incluso el mismo alcalde Gary Valenzuela y el concejal Edgard Anjel estaban presentes en ella a la hora del movimiento telúrico.
Hasta el momento, existen 43 viviendas con daños severos, mientras que 14 casas están en calidad de inhabitables. Estas cifras podrían incrementarse cuando personal municipal recorra más exhaustivamente las localidades en la jornada de hoy a partir de las 8.30 horas.
Combarbalá
Los daños del ‘terremoto silencioso’, como denominó el alcalde Pedro Castillo a las consecuencias del 8,4° son los aspectos que más preocupa a la comuna.
Dentro del casco urbano existen 44 viviendas con daños graves, donde no podrán habitar sus moradores, con daños irrecuperables. En la comuna existe total cobertura de agua potable y suministro eléctrico.
El regimiento Maipo se hizo presente en la comuna con 101 efectivos que ayudan en las labores de retiro y remociones de escombros, así como también para mantener y reforzar el orden público.
Monte Patria
La comuna de los valles generosos tiene a cerca de 500 casas evaluadas y el 20% de ellas están en condiciones de ser demolidas. Muchas de las viviendas con daños tienen el decreto de demolición desde el año 1997, cuando la zona fue afectada por el último terremoto de Punitaqui.
La provincia comienza a levantarse, luego del sacudón del miércoles que quedará marcado para todos sus habitantes.