Con una formula de elaboración única en el mundo, la cerveza Atrapaniebla, creación es obra de los hermanos Miguel y Marcos Carcuro, avanza a pasos agigantados en el complejo escenario de la producción de este tipo de bebidas, que día a día suma a mas actores a la competencia. Ambos ingenieros agrónomos egresados de la Universidad de La Serena, a punta de esfuerzo y de innovación han sabido generarse un espacio dentro de los productos mas destacados a nivel nacional, que se coronó con la gran recepción en la expo Milán durante el mes de junio. Para conocer la historia detrás de Atrapaniebla, conversamos con Miguel Carcuro, uno de los gestores de la cerveza limarina.
-¿Cómo nace Atrapaniebla?
“Con mi hermano siempre quisimos hacer un trago, un vino o pisco mientras estábamos en la universidad, pero para hacer vino o pisco hay que tener un terreno, entonces la inversión es mayor. En cambio, para hacer cerveza, uno puede comprar los insumos, la cebada, no es necesario tener un terreno y con eso experimentar, pero nos faltaba algo para diferenciarnos de los demás, porque el mercado de la cerveza es súper competitivo, hay harta competencia y los grandes compiten fuerte, amarran a locales que venden bastante para que no entren otras marcas nuevas, entonces empezamos primero a pensar en una marca para poder destacarnos pero faltaba algo más”.
-¿Desde un inicio trabajaron junto a tu hermano Marcos?
“Cuando yo estaba en la universidad, traté de motivar siempre a algunos compañeros de la universidad para que me siguieran la corriente, para que nos dedicáramos a este rubro. Muchos no me pescaron, porque tenían otras aspiraciones. Después a un amigo le conté si quería asociarse conmigo, tampoco pescó porque parece que al papá le había dicho que nunca le iban a dar la patente de alcohol para hacer cerveza.
En ese momento, vi que mi hermano también había estudiado lo mismo y que nos llevábamos bien, entonces le propuse la idea y me dijo que si. Ahí empezamos a trabajar juntos. Nos llevamos súper bien, trabajamos al mismo ritmo. Yo creo que le achunté. Menos mal los otros me dijeron que no, porque mi hermano es bueno para el trabajo. De hecho, si el ve que yo estoy muy motivado también se motiva, nos vamos apoyando y si discutimos, el enojo dura 5 minutos, porque hay gente que se enoja y le puede durar un año, dos años, tres años, etc”.
-En ese sentido ¿cómo logran dar con ese elemento diferenciador ante la competencia?
“Decidimos hacer un curso de cerveza en Santiago, donde nos dicen que las aguas del norte no son muy buenas para hacer cerveza, por tener problemas de contaminación, de dureza y todos esos problemas que se acarrean cuando el agua entra en contacto con el suelo. Por ello buscamos un sistema para captar el agua antes que entre en contacto con el suelo y como los atrapanieblas existían desde mucho tiempo atrás, los asociamos al rubro de la cerveza y ahí nace Atrapaniebla”.
-¿Qué los hace optar por instalarse en Peñablanca?
“Primero buscamos el lugar donde instalarnos, porque los lugares que tienen mucha niebla no son muy comunes, y los que más se conocen son la mayoría parques nacionales, entonces no se pueden intervenir. En ese proceso nos encontramos con Peñablanca, que era una comunidad agrícola que estaba bien organizada y donde se podía llevar bien el proyecto. En una asamblea nos reunimos con los miembros de la comunidad, donde les presentamos en proyecto y nos dijeron que si, que podíamos instalarnos, pagar un arriendo y funcionar en el lugar. Lo primero que nos dijeron fue que para aceptar el proyecto había que llevarlo a votación y si te dicen eso es porque están bien organizados. Las decisiones las toman en conjunto, no las toman según como anda de ánimo el presidente o el secretario, sino que se lleva a votación. Eso fue lo que nos gustó y por eso nos quedamos con Peñablanca”.
-¿En qué momento deciden el tipo de cerveza a producir?
“Antes de tener la patente, estuve practicando aproximadamente un año para hacer cerveza. Practiqué un año con unas ollas para hacer 20 litros, hice varias recetas y la que más me gustó fue la Scottish Ale. Ese año me permitió aprender a ser limpio en el tratamiento y que no se me contaminara la cerveza, porque generalmente muchos productores tienen ese problema, la contaminación”.
-¿Cuáles han sido los beneficios y complejidades en el emprendimiento?
“Como hicimos esto del agua de niebla, ha sido fácil, en el sentido de la venta y del traspaso de la información a través de la gente. La publicidad se nos ha acercado sola. Al ser innovador hay muchas cosas que uno se ahorra, ya sea publicidad, distribución, etc. Hay gente que viene a comprar acá, entonces no hay que salir a distribuir la cerveza. Resulta beneficioso el proceso de la niebla siempre y cuando la cervecería esté al lado de donde se captura el agua, si estuviese más lejos no sale a cuenta, por el transporte”.
-En este ámbito, ¿postularon a fondos concursables para potenciar el proceso de producción?
“Postulé a capital semilla de Corfo y de Sercotec. Fue un apoyo importante, lo mejor, porque no solamente es un apoyo monetario, sino que también en cuanto a las comunicaciones, porque tienen muchos contactos, de diario, de televisión, etc. Por ejemplo, les consultaban a ellos sobre qué producto innovador existe en la zona y nos visitaban los medios. Siempre nos consideran las instituciones, así que nos hicimos conocidos más o menos rápido y eso es bueno.
-¿De qué forma ha recibido la comunidad de Peñablanca a la cervecería?
“Yo lo que veo es que están todos contentos, porque llega gente a visitar el lugar. Las personas que a veces vienen a ver a los familiares se llevan regalos y cajas de cerveza Atrapaniebla. Yo se que la gente de Peñablanca tiene la aspiración de que esto siga creciendo. Tengo un compromiso con los comuneros, en que si necesito gente tiene que ser de acá. La idea es que crezca acá y si el día de mañana necesito trabajadores, que sean de aquí también”.
-Junto con el potencial económico que presenta Atrapaniebla para dicha comunidad ¿qué otros emprendimientos se generan actualmente en el lugar?
“Hay harto cordero y la gracia es que como está libre, tiene poca grasa. Mucho menos grasa que un cordero que está descansando todo el día. Lo otro que hay es cuarzo. Acá dos o tres comuneros se dedican a la extracción de esa roca. Hay productos derivados del cuero, la lana de oveja, donde se hacen ponchos y gorros, hay una producción local interesante y falta destacarla. Como el cordero va muy relacionado con la cerveza, me gustaría hacer acá una fiesta de la cerveza y el cordero. Creo que de a poco se irán motivando. En otros lados se “mueven” mucho con las exposiciones, con las ferias, etc. Por ejemplo, hace no mucho fui a la fiesta de la aceituna y estuvo muy bueno. Es importante eso de las alianzas con las otras municipalidades”.
-¿Qué consejo entregaría a quienes están iniciándose en el mundo del emprendimiento?
“Conversar con publicistas, para darle una historia al producto. Que conversen con profesionales que se dedican al rubro. Lo ideal es que esté en un lugar rural, porque todos los lugares rurales tienen un cuento, tienen historia. Por ejemplo Andacollo, con el tema de los pirquineros, ahí se puede hacer algo. Por ejemplo, en San Marcos hay mucha gente que tiene alambiques clandestinos, entonces hacer algo con el tema de la clandestinidad, ideal que sea rural y que se busque la historia. Lo otro es que los locales tengan la cerveza abierta al público, porque así es más rápida la información”.
-¿Como fue la recepción del publico en la expo Milán?
“Se vendió todo, mandamos 2000 botellas, se vendieron todas. También fue el pisco Waqar de la zona. Hablé con el vendedor de Atrapaniebla en el lugar, el cual me transmitía un resumen. Les llamaba la atención el tema de el agua de niebla, porque allá está muy en auge los productos verdes, que tengan relación con la ecología, con la sustentabilidad, entonces cualquier producto que tenga ese sello llama la atención. Mucha gente la pide de Brasil, de Italia, incluso ya hay planes para exportar”.
-¿Y a nivel local?
“La gente que viene y compra después vuelve, y eso es fundamental, porque se repiten el plato. Ahora nos llegaron los resultados de la guía de la cerveza 2015, donde la Scottish Ale tiene un 3.5 y la Brown, que es a la que menos le teníamos fe, sacó un 4.25 y el máximo es 5, entonces eso es muy buena nota, por lo mismo este fin de semana celebraremos (ríe)”.
-¿Cómo ves Atrapaniebla en un futuro a mediano y largo plazo?
“Mucha gente la pide de Brasil, de Italia, incluso ya hay planes para exportar, sólo faltan algunos detalles y se va la cerveza. A Italia y a Miami. Me gustaría que cada chileno conociera la cervecería, yo creo que eso vale mas que vender 100 mil litros al mes y que se reconociera como una buena cerveza, con eso estoy feliz, nada mas”.