Cincuenta años en Arica pero con el corazón en Huamalata

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    Elías Roberto Pizarro Pizarro (Huamalata, 1965) hijo menor de Oscar y Herlinda.

    Oscar del Rosario Pizarro Díaz y Herlinda del Carmen Pizarro Alfaro, tenían 39 años de edad y debían alimentar a sus siete hijos que están entre los dos y los 15 años. Era 1967 y las “fierreras” en las que había trabajado Oscar habían cerrado.

    El Presidente Eduardo Frei Montalva hacía esfuerzos por industrializar el norte de Chile y el gobierno otorgaba algunas facilidades para urbanizar las rurales comunas norteñas. Los nueve miembros de la familia Pizarro Pizarro aceptaron el guiño del ejecutivo y pasaron a engrosar las estadísticas de grupos familiares que buscaban en la frontera con Perú una nueva vida.

    Tardaron cuatro días en tren para llegar de Huamalata a Arica, pero allí comenzaron a escribir una historia familiar que nunca se despegaría del todo de su cuna.

    El Ovallino tuvo la oportunidad de entrevistar A Oscar y Herlinda sobre sus cincuenta años fuera de Huamalata.

    ¿Qué recuerda de su infancia y juventud en Huamalata?

    Oscar: Yo vivía al lado de lo que hoy es un almacén (Hugo Henríquez) casi esquina de la plaza. En esa nos juntábamos los niños del sector en la tarde a jugar a la pelota. Recuerdo que cuando llovía me gustaba salir a mojarme y muchas cositas más que se me quedan en el tintero. Yo estudié en la Escuela de Artesanos y no terminé mis estudios, a los 15 años me fui a trabajar a la pampa salitrera, anduve por Argentina y volví a Huamalata y trabajé en el mineral de El Dorado.

    Herlinda: En aquella época las niñas  ayudaban a los padres en las labores de la casa y asistiendo al colegio, en mi caso fui a la escuela 6 de Ovalle y luego a la escuela vocacional N°14. Debido a que mi padre Floridor era cochero y le gustaba hacer amistades,  tuvimos la oportunidad de conocer otros lugares  cercanos como Sotaquí donde teníamos algunos familiares por parte de mi mamá.

    ¿Qué fue lo más difícil de emigrar?

    Oscar: Lo más difícil fue el cierre del  mineral El Dorado en el cual yo trabajaba.  Habían cerrado todas las fierreras que estaban trabajando por lo tanto, no había una fuente laboral y yo había trabajado entre 1956 hasta 1965 más o menos. Mis hijos estaban en la era de estudiar, por lo tanto todo padre quiere darle lo mejor para sus hijos y en la situación que quedamos era imposible. Dejamos muchas cosas atrás, pero yo diría que conseguimos el objetivo. Un amigo que había conocido años a tras me ubicó en Huamalata y me invitó a Arica en momentos en que la ciudad estaba creciendo y se habían instalado grandes industrias electrónicas, automotrices y textiles que estaban necesitando mucha mano de obra. Todo ello acompañado de la gran institución de la junta de adelanto de Arica que entregaba sitios y viviendas a quienes llegaban del norte chico.

    Herlinda: Tuvimos que deshacernos de todo lo que teníamos entre familiares y vecinos. Sólo me traje mi máquina de coser Singer que aún la conservo de esos tiempos. También recuerdo cuando mis padres, cerca de donde vivíamos nos hacían señas con una lámpara a carburo en la noche cuando el tren pasó por el alto cerca de nuestra casa en Huamalata y nos hacían señas como despedida en nuestro viaje al norte. Verdad que a un principio la sufrimos un poco buscando donde vivir. Mi esposo encontró trabajo y de a poco todo se fue solucionando.

    ¿Mantuvo contacto con otros ovallinos en Arica?

    Oscar: Entré a trabajar en la industria automotriz (General Motors) y ahí en la hora de colación conversábamos los de Ovalle con relación a cuánto tiempo estábamos acá, a donde vivíamos y si habíamos ido a Ovalle y de qué parte de Ovalle éramos etc. Cuando llegamos a Arica en la población que nos dieron sitio para construir nuestra vivienda, habían llegado antes que nosotros otros vecinos de Ovalle de lugares como Camarico y Tabalí.

     Herlinda: Los contactos con otros ovallinos fueron mis vecinos: los Parra, Vega, Rojas, Tello, Tirado, con los cuales tuve muy buenas relaciones. Algunos de ellos ya no están, pero aún quedan los descendientes de ellos. Todos fueron para mi un gran apoyo compartiendo costumbres sureñas, como el pancito amasado con chicharrones, el cocho, el matecito con churrasquita, el tecito con montes varias horas al día, todo eso en cocina a leña

    ¿Cómo fueron sus visitas a Ovalle y cuál fue el cambio que más le impresionó?

    Oscar: Nosotros emigramos en marzo de 1967. Nos demoramos como cuatro días en llegar en tren desde Ovalle a la estación de Pintados y después a Iquique para tomar algún transporte para llegar a Arica. Nos demoramos 10 años en regresar de vacaciones a Ovalle en 1977. Lo que más me impresionó fue la construcción de la feria modelo en la ex maestranza del ferrocarril. Yo conocí ese recinto porque iba al estadio ferroviario a ver los partidos de fútbol cuando jugaba el Ferroviario. Siempre que hemos podido viajamos a visitar a nuestros familiares hasta la fecha vemos los cambios y progresos en la ciudad de Ovalle, por ejemplo, grandes cadenas comerciales, locomoción permanente a Huamalata, caminos pavimentados, la ciudad muy iluminada y todo el progreso que han traído los nuevos tiempos. 

    Herlinda: Volvimos con mis hijos después de diez años a Ovalle en 1977, y desde los años 80 comenzamos a viajar más seguido, la última vez fue el año pasado. Siempre quiero venir ya que me queda familia por parte de mis padres ya fallecidos y dos de mis hijitos están sepultados en el campo santo de Huamalata. También me queda mi hermanita Blanca Pizarro que este año cumple 93 años y que por muchos años era la “practicante” del pueblo que atendía los problemas de salud de la gente de Huamalata de otros pueblos.

     

     

    Linaje de Huamalata

    Oscar del Rosario Pizarro Díaz nacíó en Huamalata un 28 de noviembre de 1928. Es hijo de don Julio Pizarro Videla (+) y doña Rosa Elvira Díaz (+), mientras Herlinda del Carmen Pizarro Alfaro, nació el 10 de agosto de 1928, hija de Floridor Pizarro López (+) e Isabel Alfaro (+), y es la segunda de siete hermanos: Blanca, Jorge, Gastón, Eduardo, Segundo y Aurora.

    Tienen siete hijos: Carlos, Nancy, Rosa, Ana, Fanny, Cristian y Elías Roberto, 17 nietos y dos bisnietos.

     

     

    La historia del historiador

    Elías Roberto Pizarro Pizarro (Huamalata, 1965) hijo menor de  Oscar y Herlinda. Hizo todos sus estudios  en Arica hasta la Educación Superior. Es profesor de Historia y Geografía y los grados académicos de Licenciado en Ciencias Sociales; Magíster en Didáctica para la Educación Superior por la Universidad de Tarapacá y el grado de Dr. en Historia por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

    “Recuerdo que la primera vez que regresamos a Huamalata fue en 1977, diez años después que nos fuimos a Arica. Vimos como la electrificación, la pavimentación y el agua potable estaban en proyectos”, recuerda.

    “Los abuelitos fueron pocas veces a vernos a Arica, porque a sequedad y la salinidad le afectaban mucho, pero mis hermanas comenzaron a venir más seguido en los veranos, y pasaron años muy bonitos con sus primas y sus tíos que los recibían muy bien”.

    Explica Pizarro por qué su familia es un ejemplo vivo de la historia reciente. “Mi familia es testigo de primera línea, porque la tendencia económica, social y política del país se ven reflejadas en las decisiones que toman los sujetos, y en este caso mi padre llegó a Arica no porque se le ocurrió, sino porque el país apuntaba hacia ello, hacia la prosperidad económica de las distintas zonas del país”.